"Imagina lo que se siente cuando llegas a un país donde no conoces a nadie", cuenta Innocent Karabagega un inmigrante africano de Burundi que llegó a Australia en 2012 cuando tenía 20 años.
"Soy el primero en la historia de mi familia en venir a Australia.
"Pero antes de venir a Australia, no sabía nada sobre Australia, ni siquiera que era un continente. Fue bastante traumático para mí al principio cuando llegué aquí como refugiado ", dijo.
En entrevista con SBS Karabagega dijo que le proporcionaron alojamiento temporal en Melbourne poco después de su llegada a Australia con una visa humanitaria. En poco tiempo de vivir allí, lo asaltaron, le robaron y terminó hospitalizado. "Un grupo de matones entró en mi habitación y me robó todas las pertenencias. La policía asistió y me ayudó pero fue una experiencia muy fea para mi ", explicó.
Karabagega dijo que aunque asentarse en Australia fue inicialmente difícil, la experiencia le hizo apreciar lo importante que es tener el apoyo familiar, un lugar estable y seguro que puedes llamar 'tu hogar".
"En nuestra cultura en África, no alquilas ni compras una casa, heredas una casa de tu padre. Si estás comenzando de cero, entonces compras la tierra y construyes la casa y luego comienzas una familia para que generaciones de niños vivan en esa casa hasta que se casen", contó Karabagega.
En la actualidad Karabagega ya tiene su propia familia en Australia; una esposa y dos hijos y además está estudiando Derecho en la universidad. Su sueño es poder encontrar un trabajo que le permita ganar suficiente dinero para comprar su propia casa para albergar a su familia.
"Para mí, es importante comprar una casa para tener un lugar seguro en nuestra vejez".
Soo-Lin Quek, una de las gerentes del Centro Multicultural para Jóvenes dijo que la determinación de Karabagega de seguir una carrera exitosa para lograr suficiente estabilidad financiera y comprar una casa es un deseo común que sienten muchos inmigrantes y refugiados.
"Para la mayoría de las familias que vienen del extranjero a Australia, ya sean inmigrantes calificados o refugiados, lo más importante es tener un hogar y ese sueño se concreta una vez que la persona tiene la capacidad de comprar una casa", dijo Quek.
"Tener un hogar permanente, donde nadie te va a pedir que te vayas, aumenta el sentido de pertenencia y seguridad, algo que todas las personas necesitan para echar raíces en un nuevo país".
"La representación de comprar una casa y tener un 'hogar' para muchos inmigrantes sirve también como mensaje para la próxima generación, de que la familia ha tenido éxito y ahora puede pasarle este bien a las futuras generaciones'".
Quek habla por experiencia personal; sus padres inmigraron a Australia de China y al igual que Karabagega compartían el sueño de comprar un hogar seguro y permanente- y lo lograron.
"Mis padres hicieron muchos sacrificios para lograr su sueño de comprar una casa; ahorraban todo lo que podían, por lo que nuestra casa fue la primera representación de pertenencia en Australia", dijo.
"Pero ese sueño es cada vez más inalcanzable, para todas las personas en Australia, pero especialmente para los inmigrantes y refugiados que recién comienzan.
"De modo que si queremos una comunidad socialmente cohesiva, acceso a un hogar donde la gente se sienta segura y estable, sin temor a perderlo, es fundamental", señaló Quek.
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