El ciudadano español que se encuentra en el centro de una investigación policial por no haber revelado a los rastreadores de contactos que trabajaba en turnos en el Woodville Pizza Bar no es consciente de la creciente atención del público hacia él mientras permanece en la cuarentena del hotel, publicó este martes el diario The Guardian Australia.
Las autoridades de Australia del Sur dijeron la semana pasada que la orden de confinamiento en el estado fue motivada debido a que se creyó que el brote era mucho más grave debido a que este hombre, que también trabajaba en la cocina del hotel para cuarentenas Stamford,, dijo que había estado en ese local como cliente y no como trabajador del Woodville Pizza Bar.
Pero el comisionado asistente de la Policía de Australia del Sur, Peter Harvey, dijo este martes al canal 9 de televisión que en las investigaciones el “requisito absoluto” es determinar “qué llevó y qué contribuyó y qué estuvo detrás de todo lo que se dijo o no se dijo y que llevó a la decisión por un conjunto de circunstancias bastante singular la semana pasada”
"Puede que haya delitos allí, puede que no", precisó Harvey al Canal 9, en un contexto en que el mentir a los rastreadores de contactos no supone un delito, aunque las autoridades analizan si se violaron otras leyes.
Puntos destacados.
- La Policía de Australia del Sur no ha determinado si el español cometió un delito.
- El español desconoce la polémica pública debido a que le confiscaron sus dispositivos electrónicos y está en cuarentena en un hotel, según The Guardian Australia.
- las autoridades de Australia del Sur revelaron la edad, el sexo, la nacionalidad y la situación de los visados del español, a pesar de que la información de las personas que contraen COVID-19 se mantiene en secreto para proteger el derecho a la intimidad.
Ayer Harvey expresó que “aquí no hay presunción de culpa. Veremos entonces si hay que presentar una acusación."
Dijo que los detectives habían incautado ahora teléfonos móviles, un ordenador portátil y un disco duro que estaban "directamente relacionados con la persona de interés".
La Policía de Australia del Sur le confiscó sus aparatos electrónicos al hombre de 36 años de edad, que actualmente tiene un visado temporal de graduado en Australia y que actualmente se encuentra en su habitación de hotel en cuarentena tras dar positivo a las pruebas para detectar la COVID-19.
La policía de Australia del Sur conformó semana pasada un equipo de Investigación para que investigara cualquier presunto acto delictivo en el período previo y posterior a la entrevista de localización de contactos.
A pesar de que el Comisionado de la Policía de Australia del Sur, Grant Stevens ,dijo el viernes por la mañana que el trabajador de la pizza no sería multado o acusado por sus acciones, para el viernes por la noche había anunciado la formación deTaskforce Protect.
El diario The Guardian recalcó que normalmente la información personal de quienes contraen la COVID-19 y hablan con los rastreadores de contactos no se hace pública para mantener su privacidad, pero las autoridades de Australia del Sur revelaron la edad, el sexo, la nacionalidad y la situación de los visados del hombre en conferencias de prensa.
El abogado de este hombre, Scott Jelbert, director del bufete Camena, dijo al diario The Guardian que su cliente desconocía el alcance de la atención pública sobre su caso debido a que la policía le quitó sus dispositivos como parte de la investigación.
No está claro si todavía tiene acceso a la televisión o a la radio en su habitación.
Colaboración con la Policía
Por su lado, la jefa de Salud Pública, Nicola Spurrier, dijo ayer que al trabajador de la pizzería le ofrecieron apoyo de salud mental mientras estaba en cuarentena en un medi-hotel.
Aunque estaba decepcionada por el hombre que proporcionó información falsa, dijo que había "diferentes maneras" de ver las cosas.
"Esa persona, por lo que entiendo, está muy arrepentida, y necesitamos poner esos apoyos en su lugar", dijo el profesor Spurrier.
"Siempre hay cosas que podrían haber estado sucediendo en la vida de alguien [y] siempre hay una forma diferente de ver las cosas en una perspectiva diferente."
El subcomisario de la policía de Australia del Sur, Peter Harvey, dijo a los periodistas el lunes que el ciudadano español ha estado ayudando a la policía con la investigación.
"Me complace decir en este momento que por lo que he visto, ha sido cooperativo y ha sido útil", dijo el mando policial al agregar que otras dos personas asociadas con el Woodville Pizza Bar, que también están en cuarentena, también se han involucrado en la investigación.
Harvey no dijo si eran los propietarios de la pizzería, pero dijo que estaban relacionados con ella y que buscaban asesoramiento jurídico antes de hablar con la policía.
"Ciertamente están trabajando con abogados. Están buscando asesoramiento jurídico y representación legal antes de que hablemos más, lo cual es su derecho, y eso es apropiado", dijo.
Algunos de los 40 policías involucrados en la investigación están analizando más de 400 horas de imágenes de circuito cerrado de televisión del hotel Peppers desde que el viajero que regresó del Reino Unido fue puesto en cuarentena en el hotel para determinar cómo pudo haber comenzado el brote y quién pudo haber estado en el hotel. Harvey dijo que no podía decir si algo saldría de ello.
