Nada prepara para una muerte violenta y en ese estado de conmoción está la familia de Michaela Dunn, la joven de 24 años y estudiante de la Universidad de Notre Dame que murió el martes en el ataque con cuchillo perpetrado atribuido a Mert Ney a plena luz del día en el centro de Sídney.
Michaela, quien procede de los barrios del oeste de Sídney, murió en la escena del crimen, un piso en la calle Clarence.
Los motivos detrás de esta agresión se desconocen, aunque la Policía ya ha revelado que se trata de una persona con problemas mentales que tenía en su poder material vinculado a masacres en Estados Unidos y Nueva Zelanda, cree que no se trata de un incidente terrorista, aunque no lo descarta del todo.
Su madre expresó al Canal 9 que era “una niña hermosa de una familia hermosa” y “era muy querida”, mientras una amiga de la joven, Joan Westenberg, la describió en Twitter como un “encanto”.
En declaraciones al diario The Guardian, Joan, comentó que conocía a Michaela desde los 14 años y ella era “una persona increíble en todas las formas”.
“Su hermana y yo estuvimos juntas por seis años y Mikki es como mi hermanita pequeña…no puedo describir lo triste y destrozada que estoy en este momento. Amaba a esta chica, era increíble”
La familia ha expresado en un comunicado divulgado por la Policía de Nueva Gales del Sur (NSW, siglas en inglés) que si bien “agradece el apoyo de la comunidad” ha pedido que se respete “su privacidad en este momento difícil”.
Si usted tiene algún problema de salud mental contáctese con la línea de ayuda y prevención de suicidio 13 11 14 o visite lifeline.org.au o llame a 1800 RESPECT (1800 737 732)