La Pepi te cuenta: La prueba del “dos”…¡uy!

Y llegó el dichoso sobrecito del gobierno australiano con un formulario para participar en las pruebas de despistaje del cáncer de colon. Si yo hasta para cambiar los pañales me giraba para no ver el regalito, imagínense pasar por ese Via Crucis. La Pepi te cuenta su aventura, que tiene mucho de ficción, aunque de allí a la realidad puede haber un paso.

La Pepi

Source: Richard Gurney

“¡Mamá, te llegó una prueba del gobierno para tu c...o!”, así comenzamos la historia con la finura de mi Pepito.

Acababa de abrir un sobre con el formulario y el “kit” para hacerse la prueba casera para el cáncer de colon.

Como diría la señora del comercial publicitario “Poo on the stick” y no lo traduzco literalmente. Técnicamente sería “insertar” tus heces en un palito. “¡Caca, mamá, caca!”, me corregiría rápidamente entre risas y con la "manito italiana" Pepito.

Me imaginé rápidamente todos los escenarios posibles. Recordé una historia de mi amigo Tato, que me contó que él de niño alguna vez tuvo que llevar una muestra fecal al laboratorio y para que quede caliente, como recién salido del horno, lo llevó en un contenedor térmico de café, de dos litros.

Ahora me tocaba a mí, cual mono de la NASA, participar en el programa experimental del gobierno australiano porque había alcanzado el medio cupón, la edad necesaria para producir las muestras benditas.

A pesar de ser consciente de la importancia de que descartemos en cáncer pasada cierta edad, pero a lo mejor me siento más cómoda con el hecho de que me aplasten los pechos con esas planchas que te ponen en todas las posiciones del Kama Sutra para sacarte las placas y descartar un cáncer. ¡Ay! Pero, “poo on the stick”, ¡¿a quién se le ocurre?!
Ya quisiera ser como los catalanes, que ya vienen con un chip escatológico mejor desarrollado. Incluso tienen al “Caga tió”, un tronco de Navidad que en la tradición de esta región le caga regalos a los niños… Tal vez  los colombianos también se sentirían más cómodos, ya que le dicen a los niños pequeños “culicagados”, qué gracioso..

Bueno, no me quejo más, me tengo que armar de valor… Pero, ¿por qué no lo hacen con una muestra de sangre? Con tanto avance científico, ¿tenemos que realmente enviar una muestra de caca?

Recuerdo que mi profesor de psicología de las comunicaciones (y sí, me acuerdo todavía de las lecciones de la Universidad), decía que los ladrones a veces dejaban sus heces en los lugares en los que cometían un crimen, como una firma o un regalo.

Pero mi “tesorito”, ¿cómo lo voy a compartir así no más? ¿Por qué no me ponen la musiquita aquella de los baños japoneses que ocultan los sonidos de las flatulencias? “Ahhh, relájese y escuche la musiquita con el baño calientito y el aguita caliente salpicando desde el inodoro”….Opsss, despierta Pepi, despierta.

Sigo parada frente al inodoro y con el “kit” lleno de bolsas y un papel biodegradable.

Hay que escribir el nombre, la fecha de nacimiento, la fecha de deposición y hay que poner el “regalito” con el palo en un frasquito y guardarlo a temperaturas de unos dos grados ¡¿Quéé?! ¿ Tengo que meterlo en la nevera con mi comida?! ¿Ni de c..ña! Aunque no haya contaminación, uno no mezcla las cosas…

Lo gracioso es que las pruebas se hacen dos veces. Al final no es ningún drama, es más el drama que nos hacemos en la cabeza.

Listo. El sobrecito bendito habrá ahora que enviarlo al laboratorio designado por el gobierno.

Pepitooooo, mi hijito lindo...


Para escuchar más historias de SBS en español, visita :
apple_podcasts_badge.svg
google_podcasts_badge.svg


Share
Published 6 August 2019 4:26pm
By R.O.
Presented by SBS Spanish
Source: SBS Spanish


Share this with family and friends