Ante el deseo de la población australiana de poder disfrutar de la temporada Navideña, las autoridades se ven forzadas a encontrar un balance entre no arruinar las celebraciones con más restricciones y controlar la propagación de ómicron, después de que un modelo estimativo pronosticó que la nueva variante de COVID-19 podría extenderse rápidamente por Australia en pocos meses y alcanzar 200.000 casos diarios, si el gobierno no vuelve a imponer la mayoría de las restricciones.
Puntos destacados:
- Los resultados del modelo estimativo del Instituto Doherty pronostican que los números de casos en toda Australia alcanzarían 200.000 por día a fines de enero o principios de febrero, si se eliminan la mayor parte de las restricciones.
- El Instituto Doherty pronosticó la cifra en base a lo que sucedería si se abandonaran todas las restricciones consideradas de nivel bajo y medio.
- El primer ministro Scott Morrison, los premiers y ministros principales participarán el miércoles en una reunión virtual de emergencia del gabinete nacional para analizar la situación.
Morrison calificó la predicción como "muy poco probable".
"El modelo presenta un escenario de caso extremo muy improbable que asume que se hace nada al respecto, que nadie recibe vacunas de refuerzo, que no hay cambios, que nadie usa el sentido común", dijo Morrison al programa de canal siete, Sunrise.
"El director médico y yo queremos asegurarle a la gente que nosotros no esperamos estas cifras".
El primer ministro Scott Morrison, los premiers y ministros principales participarán hoy en una reunión virtual de emergencia del gabinete nacional para analisar la situación y discutir los hallazgos del reciente modelo estimativo del Instituto Doherty.
Según las últimas cifras del Departamento de Salud, hay 37 personas infectadas con la variante ómicron internadas en hospitales en todo el país y ninguna ha tenido que ser trasladada a cuidados intensivos.
Los resultados del modelo estimativo del Instituto Doherty, que fueron publicados por primera vez en Nine Newspapers, pronostican que los números de casos en toda Australia alcanzarían 200.000 por día a fines de enero o principios de febrero, si se eliminan la mayor parte de las restricciones.
El director médico Paul Kelly describió la forma en que la información fue presentada por Nine Newspapers como "selectiva" y "engañosa".
"Si bien el modelo de estimaciones es una herramienta importante para ayudar a guiar la toma de decisiones, es solo una de las varias herramientas que tenemos y no se puede considerar de manera aislada", dijo el profesor Kelly.
Agregó que el modelo presenta el "peor caso de todos los escenarios potenciales" e incluye suposiciones como que la variante ómicron es tan severa como delta, una ausencia de capacidad de respuesta hospitalaria, un programa de vacunación con dosis de refuerzo muy limitado y ningún cambio en las medidas de salud pública respecto al aumento en el número de casos.
Cifra asombrosa
El Instituto Doherty pronosticó la cifra en base a lo que sucedería si se abandonaran todas las restricciones consideradas de nivel bajo y medio, por ejemplo, la eliminación de las restricciones sobre la cantidad de personas que pueden estar en un espacio confinado o la cantidad de visitantes que una persona puede recibir en su hogar.
En ese contexto, el número de personas que necesitarían asistencia hospitalaria aumentaría a miles. El modelo también asumió que la enfermedad provocada por la variante ómicron sería tan grave como la de delta.
Los resultados del modelo fueron publicados casi al mismo tiempo que el director médico de la nación, Paul Kelly, y los directores de salud que representan a los estados y territorios, enviaran una solicitud por escrito al gobierno pidiendo la reimplementación del uso obligatorio de mascarillas en espacios cerrados.
Algunos estados australianos le han prestado atención a la petición de los expertos de salud, por ejemplo, el Territorio de la Capital Australiana ha reintrodudico el uso obligatorio de mascarillas a partir del miércoles, al igual que Tasmania, mientras que Victoria ha mantenido las reglas para el uso obligatorio de mascarillas en algunos entornos, entre los cuales se encuentran los trabajadores de hostelería, comercio minorista y personas que acuden a hospitales.
El primer ministro ha alentado el uso de mascarillas, pero también ha sugerido que los "mandatos" se archiven en favor de la adopción de políticas que permitan a las personas asumir responsabilidad por las decisiones que toman sobre su salud.
Morrison también ha asegurado que la implementación de confinamientos ha quedado en la historia.
Pero el análisis del modelo del Instituto Doherty supuestamente incluye la implementación de otro confinamiento cuyo fin sería limitar la propagación del virus y mantener los números de hospitalizaciones bajos, durante el período que le toma a las autoridades administrar las vacunas de refuerzo.
Esta información está siendo estudiada por las autoridades en los estados más poblados del país, Nueva Gales del Sur y Victoria, que quieren que el programa de vacunas de refuerzo comience lo antes posible.
El plazo de espera para recibir la dosis de refuerzo de una vacuna COVID se ha reducido de seis a cinco meses, pero ahora se está considerando reducir este período aún más.
A pesar de la presión de algunos sectores para que la campaña de vacunación con la dosis de refuerzo comience lo antes posible, los médicos de cabecera y farmacéuticos ya han planteado sus preocupaciones sobre la forma en que el proceso está siendo planificado.
Mientras tanto, el gobierno federal insiste en que no hay escasez de suministro de vacunas.
Anna Henderson es la corresponsal política principal de SBS News.
