El gabinete nacional de Australia ha respaldado nuevas medidas de viajes internacionales y nacionales para reforzar las protecciones contra el COVID-19 en respuesta a la creciente amenaza de una variante del coronavirus descubierta inicialmente en Reino Unido y que es considerada altamente infecciosa.
El área metropolitana de Brisbane también ha sido declarada "punto crítico del coronavirus" a nivel de la Commonwealth, después de que una trabajadora de la limpieza diera positivo en la nueva variante, lo que provocó el cierre de la ciudad durante tres días.
Según los cambios, los pasajeros que vuelan a Australia deben entregar una prueba de COVID-19 negativa antes de la salida del vuelo y también se han reducido los límites de los viajeros que regresan.
Los pasajeros de vuelos desde el Reino Unido también serán sometidos a pruebas rápidas para la nueva variante del coronavirus antes de abordar los vuelos de regreso.
También se harán obligatorias las mascarillas faciales en todos los vuelos nacionales e internacionales y en los aeropuertos nacionales de Australia. Estarán exentos los niños de 12 años o menos.
"Este virus sigue escribiendo sus propias reglas, y eso significa que debemos seguir adaptándonos a la forma en que seguimos luchando contra él", dijo el primer ministro de Australia Scott Morrison.
Habrá exenciones a los requisitos de pruebas de coronavirus en circunstancias atenuantes, como en el caso de los trabajadores temporales de países de bajo riesgo, en los que el acceso a las pruebas es limitado pero que, sin embargo, estarán igualmente sujetos a controles "a medida".
Límites de llegadas internacionales reducidos hasta febrero
Los límites para los vuelos internacionales con pasajeros que regresan a Australia se han reducido en Nueva Gales del Sur, Australia Occidental y Queensland en un 50 por ciento.
El límite revisado en Nueva Gales del Sur se reducirá a 1,505 personas por semana, en Australia Occidental a 512 y en Queensland a 500 personas.
Victoria también seguirá teniendo una capacidad de 490 personas por semana, después de que ésta se redujera anteriormente tras la segunda ola de coronavirus del estado.
El gabinete nacional ha decidido esta reducción hasta, al menos, el 15 de febrero.
Morrison dijo que el 80 por ciento de los australianos registrados en el extranjero están ahora en países donde la nueva variante está presente.
"Hay muchas incógnitas e incertidumbres en relación con la nueva cepa, y por eso creemos que este enfoque de precaución es muy sensato", aseguró.
El director médico, Paul Kelly, dijo que la respuesta "dura, rápida y fuerte" tenía como objetivo evitar los riesgos que plantea la nueva cepa altamente transmisible.
"Nuestra principal preocupación es mantener a los australianos seguros y realmente asegurarnos de que esta cepa en particular no sea la que esté circulando en Australia", puntualizó.
"La razón es porque será mucho más difícil de controlar".
Todos los trabajadores de cuarentena ahora también serán evaluados diariamente.
La tripulación aérea internacional también deberá someterse a una prueba de COVID-19 en Australia cada siete días o a su llegada y tendrá que permanecer en cuarentena en instalaciones de confinamiento específicas entre los vuelos internacionales.
Alrededor de 38,000 personas están registradas actualmente en el Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio que desean regresar del extranjero.
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