La norma implica el alza de impuestos a los sectores altos y medios y beneficios sociales para los sectores más carenciados.
También contempla un impuesto del 30% a la compra y gastos en divisas, entre otros puntos, un tema sensible a la clase media argentina acostumbrada a ahorrar en la moneda estadounidense para cubrirse de las cíclicas devaluaciones del peso y de la inflación, una de las más altas del mundo.
Además establece aumentos a los gravámenes a las exportaciones agrícolas, con un máximo 33% para la soja, el principal producto de exportación.
La medida puso en alerta al poderoso sector agrario, el único que creció en el último año, cuyos dirigentes fueron recibidos este lunes por el presidente peronista de centro-izquierda.
Las cuatro entidades del campo solicitaron al presidente que no se aplique un 3% de gravámenes a las exportaciones, que se suman a las ya existentes, que contempla la nueva ley. "El presidente se ha comprometido a responder", explicaron en rueda de prensa conjunta con el ministro de Agricultura, Luis Basterra.
De aceptar la propuesta, quedaría un 30% de gravámenes sobre la soja y 12% para el resto de los productos.
Basterra dijo que el presidente "propuso modificar la ley de emergencia para que se incluya un tratamiento segmentado de los pequeños productores, y aquellas regiones que están lejos del puerto", agregó el ministro.
Lo mejor que nos puede ocurrir es que al campo le vaya muy bien
"Lo mejor que nos puede ocurrir es que al campo le vaya muy bien", declaró Basterra.