La inercia política sobre el cambio climático podría costarle a Australia 70.000 puestos de trabajo en Nueva Gales del Sur y Queensland si las naciones del G7 y otros países comienzan a imponer aranceles a las importaciones de países con altos niveles de emisiones de CO2, como es el caso de Australia.
Esa es la advertencia del Consejo del Clima, que tildó de "JobKiller" (asesino de trabajos) la política climática del gobierno australiano.
Puntos destacados:
- El Consejo del Clima advirtió que Queensland y Nueva Gales del Sur experimentarían las mayores pérdidas de empleos por la falta de una política climática adecueda y calificó la estrategia del gobierno de "JobKiller".
- Una encuesta realizada por el Instituto de Australia revela que 82% de las personas entrevistadas están preocupadas por el cambio climático, la cifra más alta de todos los tiempos.
- Los principales actores mundiales del cemento anunciaron su intención de acelerar la transición hacia una producción menos contaminante.
El gabinete federal analizará el miércoles los detalles de un plan para lograr cero emisiones netas para 2050, con miras a establecer un objetivo más ambicioso a mediano plazo, a la vez que trata de apaciguar la inquietud del partido Nacional sobre el impacto en los trabajos en zonas regionales y precios de la energía.
La Unión Europea (UE) planea gravar las importaciones de productos generados a partir de altas emisiones de carbono de países que no han fijado el precio del carbono, desde 2023.
Esto llevaría a los exportadores australianos a pagar más por vender en la UE que los exportadores de naciones que han establecido un precio para el carbono.
El Consejo del Clima ha elaborado un modelo para demostrar lo que sucedería con la minería del carbón de Australia y otras exportaciones de Nueva Gales del Sur y Queensland producidas con un alto nivel de emisiones, si las naciones del G7, como China y Corea del Sur, decidieran imponer impuestos a las importaciones en proporción a las emisiones de carbono del país de origen.
El modelo proyectó una pérdida de más de 50.000 puestos de trabajo en Queensland y una disminución económica de $ 10.000 millones en producto estatal bruto.
En Nueva Gales del Sur se podrían perder 20.000 puestos de trabajo y $5.000 millones en producto estatal bruto, según el informe.
El Consejo del Clima espera que en esta década el gobierno federal reduzca en un 75 por ciento las emisones de carbono para lograr cero emisiones en 2035.
Como punto de partida, el Consejo Climático quiere que Australia se comprometa a reducir las emisiones a la mitad para 2030, para así lograr igualar los compromisos formulados por otras naciones similares.
"El gobierno federal debería estar al frente y brindar apoyo a las regiones afectadas", dijo la consejal Nicki Hutley.
"La nueva economía de bajas emisiones de carbono está cada vez más cerca y necesitamos con urgencia un plan de transición para las comunidades y los trabajadores australianos".
Actualmente, la coalición tiene un objetivo para 2030 de reducir las emisiones entre un 26 y un 28 por ciento por debajo de los niveles de 2005 y una "preferencia" por alcanzar cero emisiones netas para 2050.
Este miércoles también se conocieron los resultados de una encuesta del Instituto de Australia titulado "Climate of the Nation" que reveló la inquietud de los entrevistados. Tres cuartas partes de los 2626 adultos encuestados expresaron preocupación por el cambio climático.
La nueva economía de bajas emisiones de carbono está cada vez más cerca y necesitamos con urgencia un plan de transición para las comunidades y los trabajadores australianos.
El 82% de los encuestados coinciden en que el aumento en el número e intensidad de los incendios forestales, las inundaciones y eventos provocados por el calentamiento global que están causando la extinción de habitat y animales, son hechos de mayor preocupación.
Más del 60% dijo que apoyaría un impuesto sobre las exportaciones de combustibles fósiles para ayudar a pagar por los desastres climáticos, y un requisito para que todas las ventas de autos nuevos sean vehículos de cero emisiones para 2035.
Solo el 23 por ciento de los entrevistados está a favor del nivel actual de subsidios otorgados a la industria de los combustibles fósiles, comparado con el 57 por ciento que se opone.
El gobierno federal debería estar al frente y brindar apoyo a las regiones afectadas.
Desde la firma de los acuerdos de París en 2015, la transición hacia energías más limpias ha progresado alrededor del mundo, pero de manera sumamente lenta para limitar el calentamiento a 2 °C, y de ser posible a 1,5 °C, con respecto a fines del siglo XIX.
Las energías renovables son ahora la segunda fuente de electricidad del mundo, con 26% del total en 2019, detrás del carbón pero delante del gas y el sector nuclear, según la Agencia Internacional para las Energías Renovables (IRENA).
La industria mundial del cemento
Los principales actores mundiales del cemento anunciaron el martes su intención de acelerar la transición hacia una producción menos contaminante, con una reducción adicional del 25% de sus emisiones de CO2 para 2030.
Las empresas del sector se comprometieron a "evitar (emitir) 5.000 millones de toneladas de emisiones de CO2 de aquí a 2030", lo que supone "casi lo mismo que 15.000 millones de vuelos comerciales entre París y Nueva York", declaró la Asociación Mundial de Productores de Cemento y el Hormigón (GCCA) en un comunicado.Esta asociación reúne a los principales actores del sector, entre los que se encuentran gigantes como la suiza Holcim, la mexicana Cemex y la china CNBM, que en conjunto representan el 80% de la producción mundial, excluyendo a China.
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Los miembros de la GCCA se comprometieron en 2020 a alcanzar el objetivo de neutralidad de carbono para 2050.
Cada año se producen 14.000 millones de m3 de hormigón en todo el mundo para construir carreteras, puentes y edificios.
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