El turismo australiano continúa dando cifras récord. En 2017 los visitantes internacionales gastaron algo más de 41.000 millones de dólares. Eso supone un aumento del seis por ciento respecto al año anterior y representa además una inyección adicional anual a la economía australiana de algo más de 2.000 millones.
Parte de esta tarta se la lleva la plataforma de renta de propiedades a corto plazo Airbnb, donde los propietarios de casas y pisos alquilan sus propiedades a los turistas. Airbnb rara vez publica sus propios datos, pero el sitio web de monitoreo independiente Inside Airbnb, creado por el australiano Murray Cox, con sede en Nueva York, ha publicado su último análisis de las listas públicas de la plataforma.
Por dar algunos datos, ha habido un salto masivo en la cantidad de hogares australianos disponibles en la plataforma: de 43.610 en 2016 a 89.863 en diciembre de 2017, según Inside Airbnb.
Más del 80 por ciento de los anfitriones de Airbnb de Australia comparten sus hogares con huéspedes, ganando, en promedio, 5.000 dólares al año.
Sin embargo, están apareciendo en Airbnb un número creciente de edificios enteros y propiedades comerciales, tales como apartamentos gestionados por administradores de propiedades, que muestra el lado oscuro de esta, llamada por algunos, “economía compartida”.
Este boom está alimentando el descontento entre los residentes que ven cómo algunos bloques de apartamentos se están convirtiendo en cuasi hoteles, con las molestias del ruido y de los usuarios problemáticos. Además, los alquileres de estadía corta están cambiando la composición de las ciudades en detrimento de la disponibilidad de viviendas de alquiler a largo plazo.
En lugares como Byron Bay en NSW, algunos residentes se quejan de que los caseros les echan de sus casas justo antes de la temporada de verano para alquilar la propiedad a través de la plataforma Airbnb y sacar más dinero alquilándola a los turistas.
Si bien Airbnb dice que la mayoría de los anfitriones alquilan su residencia principal ocasionalmente para tener ingresos familiares extra, las cifras de Inside Airbnb sugieren que en Australia están en aumento las propiedades que se alquilan por más de 60 noches seguidas.
Grupos de consumidores están reclamando a los gobiernos locales que regulen la actividad de esta plataforma para evitar los efectos adversos en el mercado del alquiler generalista, cada vez más caro y con menos oferta disponible.
Pero hay una evidencia clara: Airbnb es en muchos casos una opción turística más económica que los hoteles tradicionales. Un estudio reciente realizado por Deloitte Access Economics estima que los usuarios de Airbnb que viajaron a Sídney habrían ahorrado alrededor de 26 millones de dólares entre 2015 y 2016 en comparación con la estadía en un alojamiento tradicional.
Si está considerando unirse al ejército de anfitriones de Airbnb en todo el mundo, cada vez hay más competencia, y no se trata simplemente de subir unas fotos a la plataforma, requiere algo de esfuerzo y dedicación.
Los listados de Airbnb reciben una calificación en base a aspectos como la comunicación de los anfitriones con los huéspedes, la limpieza, la ubicación y la relación calidad-precio, además de la experiencia general de los viajeros.
Oliver Lee dirige Hostmybnb, una compañía de administración de propiedades que se ocupa específicamente de los anfitriones de Airbnb que no quieren molestarse en mantener la comunicación regular con los viajeros y la logística que supone el mantener sus propiedades a punto.
Portrait mature couple with suitcases arriving at vacation rental Source: Getty Images
Lee dice que aunque no puede cambiar la ubicación de la casa, sí puede aumentar el número de reservas mediante la presentación esmerada de la propiedad.
"Cuando piensas en amueblar, no se trata solo de lo que quieres; debes pensar en los usuarios finales. Por lo tanto, alguien que venga a un alojamiento, una persona de negocios, particularmente no querrá dormir en una cama antigua, las que son más profesionales y modernas suelen tener más éxito que las que tienen un cierto estilo."
Dejar tu propiedad a desconocidos puede sonar aterrador, pero hay formas de controlar los riesgos, como verificar sus perfiles y reseñas de anfitriones anteriores, y hacer preguntas específicas.
"Se puede filtrar a los visitantes de manera adecuada, ya sea con algún tipo de programa de bloqueo inteligente o tener una llave que no se pueda copiar, estas son todas las cosas que evitarán que la gente haga eso. Sin embargo, hay un cierto nivel de confianza dentro de la plataforma. Las personas, no solo tienen que ser revisadas por otra persona, sino que también deben ser verificadas. Para todas nuestras propiedades, las personas deben tener identificaciones verificadas, ya sea a través de redes sociales, pasaportes, identificaciones del gobierno o licencias de conducir", explica Lee
Por otro lado, hay que considerar las implicaciones fiscales. Anand Shukla, contable de “A One Accountants”, nos recuerda que los anfitriones de Airbnb no necesitan preocuparse por pagar el GST, ya que este impuesto no se aplica a los ingresos generados por alquilar su propiedad, aunque hay que tener claro que estas personas tienen que pagar el impuesto a las ganancias de capital o “capital gains tax” incluso si solo están alquilando habitaciones vacías del hogar familiar.
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