El Ministerio de Exteriores de Australia emitió una recomendación de viaje a los residentes y ciudadanos que estén en el exterior para retornen al país lo más pronto posible a través de las aerolíneas comerciales.
La razón es el creciente cierre de las fronteras en todo el mundo y un mayor riesgo de ser infectado con el nuevo coronavirus, que ha causado casi 8.000 muertes y ha infectado a unas 180.000 personas en el planeta.
El último cierre de fronteras lo anunció la Unión Europea, cuya medida se aplicará por 30 días.
"A medida que los países comienzan a cerrar sus fronteras o introducir restricciones de viaje, los desplazamientos al extranjero son cada vez más complejos y difíciles", indica el comunicado del Ministerio de Exteriores (DFAT, siglas en inglés).
“Posiblemente no podrás volver a Australia como lo habías planeado. (Entonces) considere si tiene acceso a los sistemas de atención de la salud y de apoyo en el caso de que se enferme mientras esté en el extranjero. Si decide regresar a Australia, hazlo lo antes posible".
Esta alerta se da después de que el gobierno australiano recomendó la semana pasada a sus residentes y ciudadanos sopesar la necesidad de viajar al exterior. Asimismo, el domingo, el primer ministro Scott Morrison anunció que desde el lunes las personas que ingresen al país, ya sea por tierra o mar, deberán someterse a un autoconfinamiento obligatorio por 14 días.
Asimismo las aerolíneas han recortado fuertemente sus vuelos internacionales. Qantas por ejemplo las redujo en 90 por ciento y Air New Zealand en un 85 %.
Virgin Australia anunció hoy la cancelación de todos sue vuelos internacionales.
Australia también ha ordenado la cancelación de todas las ceremonias por el día de ANZAC en el exterior.
El Ministerio de Exteriores (DFAT, siglas en inglés) también remarcó que la asistencia consular será limitada debido a las restricciones impuestas en varias naciones y territorios del planeta debido a esta pandemia que ha motivado la puesta en cuarentena en varios países, en donde los sistemas sanitarios tienen fuertes presiones y en comparación a los de Australia pueden tener menores recursos y capacidad.
Una carrera contrarreloj en Australia
Australia ha registrado cinco muertes y alrededor de medio millar de infecciones, aunque la cifra varía rápidamente. El estado de Nueva Gales del Sur, especialmente Sídney, registra la mayor cantidad de casos de infecciones por el COVID-19.
Anoche, el primer ministro Scott Morrison dirigió una reunión del gabinete nacional y se espera que en la jornada emita varios anuncios sobre la lucha contra el COVID-19, que se apoyarán en las recomendaciones de su equipo médico.
Entre las restricciones se contemplan las restricciones a las visitas a los hogares de ancianos, así como medidas relativas a las escuelas y el número máximo de personas reunidas en un lugar, que actualmente es de 500. Esto afectará a los restaurantes, bares y cines.
Asimismo una gran cantidad de universidades han suspendido las clases presenciales y mantiene las que se imparten por internet.
La batalla contra la propagación del COVID-19 ha motivado a un sector de expertos en enpidemias y políticas sanitarias públicas a pedir al gobierno que ordene una cuarentena nacional como las de Italia, España o Perú para evitar el colapso de los hospitales.
Dado el incremento de los nuevos casos en Australia, en donde se han sometido a pruebas para detectar el nuevo coronavirus a unas 800,000 personas, los paquetes para tomar las pruebas del COVID-19 comenzaron a escasear.
Esta semana se prevé la llegada de casi 100.000 nuevos kits de prueba de COVID-19, que además darán los resultados en tres horas. A diferencia de las pruebas existentes, estos kits llegan listos para su uso y no tienen que ser ensamblados en el laboratorio.
El ministro de Salud, Greg Hunt, dijo el martes que, además de importar más equipos de fabricación internacional, el gobierno busca en ampliar el uso de pruebas alternativas desarrolladas recientemente en los laboratorios australianos.
"El objetivo es contar con más pruebas y más tipos para que podamos evitar cualquier perturbación en el régimen de pruebas a gran escala que tenemos en Australia", explicó Hunt a periodistas.
El Instituto Doherty de Melbourne ha creado un método de prueba interno hecho de diferentes componentes para los equipos de prueba comerciales internacionales, que el Gobierno espera extender a otros laboratorios.
Según las proyecciones, en el peor caso, unos 150,000 australianos podrían morir por el COVID-19.
De acuerdo a la Sociedad de Cuidados Intensivos de Australia y Nueva Zelanda, el país solo tiene dos mil camas para cuidados intensivos con ventiladores, que es lo que necesitarán los pacientes gravemente afectados por el nuevo coronavirus.
Suspensión de servicios
Las calles de Australia se ven más vacías debido a las regulaciones de distanciamiento social.
Esto ha obligado por ejemplo al Tribunal Federal a cancelar todos los casos que requieren que las personas estén en los tribunales a partir de hoy para disminuir el riesgo de transmisión del coronavirus.
El registro del Tribunal de Familia en la calle Goulburn de Sydney reabrirá hoy después de haber sido cerrado por limpieza a instancias de un abogado que dio positivo en la prueba de COVID-19, según la cadena local ABC.
Asimismo, todos los nuevos juicios por jurado del Tribunal Supremo y del Tribunal de Distrito de Nueva Gales del Sur siguen suspendidos hasta nuevo aviso.
Las autoridades australianas aconsejan que solamente se hagan las pruebas para detectar el COVID-19 aquellas personas que hayan viajado recientemente al extranjero o que hayan estado en contacto con un caso confirmado y que, además, hayan experimentado síntomas en un plazo de 14 días.
Si cree que puede haber contraído el COVID-19, llame a su médico (no lo visite) o contacte con la línea nacional de información sobre el nuevo Coronavirus (1800 020 080).
Si tiene dificultades para respirar o tiene una emergencia médica, llame al 000.