El primer ministro Scott Morrison ha asignado 270 mil millones de dólares durante la próxima década para equipar al ejército de Australia con nuevos misiles de largo alcance, contra un mundo "más peligroso y más desordenado", según sus palabras.
El primer ministro presentó su plan nacional el miércoles en Canberra que incluye equipar a la Fuerza de Defensa Australiana y aumentar su enfoque en los esfuerzos en la región del Indo-Pacífico.
Morrison dijo que el plan incluye el desarrollo de capacidades en áreas como las armas de ataque de mayor alcance, capacidades cibernéticas y sistemas de restricción.
Puntos destacados:
- Gobierno asignará 270 mil millones de dólares durante la próxima década para equipar al ejército ante un mundo "más peligroso".
- Invertirán en armas de largo alcance, armas altamente integradas y automatizadas y sistemas de armas hipersónicas.
- Morrison dijo que para ser un mejor aliado su gobierno debe invertir en "nuestra propia seguridad".
"La simple verdad es esta: incluso mientras observamos la pandemia de COVID en casa, también debemos prepararnos para un mundo post-COVID que será más pobre, más peligroso y más desordenado", dijo.
El discurso fue formulado durante la presentación de la actualización estratégica de defensa Defence Strategic Update 2020 y el nuevo Force Structure Plan.
Las tensiones están aumentando en la región, junto con la creciente competencia estratégica entre China y Estados Unidos. También han acelerado las tendencias identificadas en el libro blanco de Defensa de 2016.
"El entorno estratégico y el gran riesgo de cualquier error de cálculo hacen que sea vital que Australia pueda responder con una fuerza militar creíble, si es necesario", dijo Morrison.
"Si necesitáramos recordarlo, 2020 ha demostrado en términos inequívocos, que los desafíos y amenazas que enfrentamos como nación están evolucionando continuamente", dijo.Con este fin, el gobierno promete asignar al sector de la Defensa 270 mil millones de dólares en la próxima década, por encima de los 195 mil millones prometidos en 2016.
Prime Minister Scott Morrison at the Australian Defence Force Academy in Canberra. Source: AAP
Esto ampliará los planes para adquirir "misiles marítimos sofisticados de largo alcance, armas antibuque, y sistemas de armas terrestres adicionales".
El plan incluirá armas que pueden atacar barcos o zonas terrestres desde miles de kilómetros de distancia, probar armas hipersónicas de largo alcance, aumentar la capacidad cibernética y la vigilancia, y construir una red de satélites para que Australia tenga una red de comunicaciones independiente.
Morrison dijo que la realidad es que Australia se ha movido a una nueva era estratégica que es "menos benigna".
"Las tensiones por reclamos territoriales están aumentando en la región del Indo-Pacífico, como hemos visto recientemente en la disputada frontera entre India y China, en el Mar del Sur de China y en el Mar del Este de China".
Morrison dijo que Australia necesitaba capacidades de disuasión más fuertes.
"Capacidades que puedan mantener a una distancia segura, las fuerzas adversarias potenciales y sus infraestructuras, para así disuadir un ataque contra Australia y ayudar a prevenir la guerra", dijo Morrison.
El gobierno también invertirá fondos en sensores y armas altamente integradas y automatizadas, y desarrollará sistemas de armas hipersónicas.
Morrison dijo que se invertirán unos 7 mil millones de dólares en capacidades espaciales durante la próxima década e invertirán 15 mil millones en capacidades de guerra cibernética e información.
El cambio en los objetivos de Defensa coincide con el enfoque de la política exterior de Morrison en la región de Australia, incluido el Pacific Step-Up diseñado para crear lazos más fuertes con los vecinos más cercanos de Australia.
Se produce cuando los Estados Unidos bajo Donald Trump se ha vuelto más introspectivo y menos abierto al mundo.
Morrison dice que Australia sigue interesada en contribuir en materia militar fuera de la región del Indo-Pacífico y que respaldará a las coaliciones lideradas por Estados Unidos.
"Las relaciones entre China y Estados Unidos son frágiles, ya que compiten por la supremacía política, económica y tecnológica", dijo.
"Pero no podemos permitir que tales contingencias conduzcan nuestra estrategia de defensa que debe tener la capacidad de responder a cualquier desafío en nuestra región de manera inmediata".
"Si queremos ser un mejor aliado y más efectivo, debemos invertir en nuestra propia seguridad", resaltó Morrison.