La hoja de ruta para el desconfinamiento de Australia comienza con un 70 por ciento de la población con la pauta completa de la vacuna contra la COVID-19. Los estados de Nueva Gales del Sur y Victoria están a punto de darle el puntapié, tras largos confinamientos, a una nueva normalidad que permita las reuniones en casa y la vuelta a los restaurantes y cafés. Pero esta bocanada de libertad solo se otorgará, en primera instancia, a las personas que tengan la pauta completa de la vacuna. ¿Qué pasará con los que no se han vacunado?
En Australia, como en la comunidad internacional, las vacunas mandan y se necesitan o se necesitarán pasaportes o certificados de vacunación para acceder a los locales de esparcimiento y socialización públicos, para cruzar las fronteras que desde el inicio de la pandemia están cerradas en el país oceánico, para que la vida sea lo más parecida a lo que era antes de que se pronunciara la palabra COVID-19.
Si bien Victoria y Nueva Gales del Sur, que luchan contra dos brotes persistentes con la variante Delta, administrarán la pauta completa de la vacuna contra la COVID-19, a un 70 por ciento de sus respectivas poblaciones en la segunda quincena de octubre, aún tendrán que gestionar la situación que plantean aquellos que por razones médicas no pueden vacunarse y el más de diez por ciento que niega a inocularse el suero por diversas razones.
Puntos destacados
- La hoja de ruta para el desconfinamiento de Australia, suscrito por los estados y territorios del país, comienza con un 70 por ciento de la población con la pauta completa de la vacuna contra la COVID-19.
- Victoria y Nueva Gales del Sur, que luchan contra dos brotes persistentes con la variante Delta, administrarán la pauta completa de la vacuna contra la COVID-19, a un 70 por ciento de sus respectivas poblaciones en la segunda quincena de octubre, y a un 80 por ciento para el siguiente mes.
- Las personas vacunadas podrán gozar de las libertades en esta primera etapa de desconfinamiento.
Con la reapertura de los pubs, restaurantes y cafeterías, entre otros negocios, las personas que no están vacunadas perderán la oportunidad de gozar de estas nuevas libertades en Australia, país en el que las autoridades remarcan que las muertes que se producen en esta tercera ola es de aquellos que no han sido vacunados.
“Si te vacunas, habrá normas especiales que se te aplicarán", dijo en agosto. "¿Por qué? Porque si te vacunas, presentas menos riesgo para la salud pública. Tienes menos probabilidades de contraer el virus. Es menos probable que lo transmitas.Tienes menos probabilidades de contraer una enfermedad grave y ser hospitalizado, y tienes menos probabilidades de morir", dijo recientemente el primer ministro australiano, Scott Morrison.
Pero, uno de los expertos médicos que trabajó con el Gobierno australiano en las primeras etapas de la pandemia, el Dr. Nick Coatsworth, prevé que luna crispación en la población causadas por el status de vacunación si la situación no se maneja adecuadamente y esperó que la gente que no esté vacunada “realmente no sea vilipendiada debido a su opción”, según declaraciones citadas por el Sydney Morning Herald.
El diario citó al legislador liberal Trent Zimmerman, un liberal que apoya el pasaporte de salud del gobierno de Nueva Gales del Sur, aunque admite que muchas [de las restricciones adoptadas por la pandemia “resultan incómodas para cualquier persona liberal por naturaleza”, aunque admitió que “ hay una necesidad esencial de que estas cosas existan desde el punto de vista de la salud".
Por su lado, el senador conservador Eric Abetz considera que estas medidas crean ciudadanos de segunda clase dado que no permite, en su extremo, que se adopten decisiones que no van en línea con lo que cree la mayoría.
Asimismo, el obispo Paul Barker, de la diócesis anglicana de Melbourne, manifestó a la ABC recientemente que: "Nos preocupa a qué punto puede llegar la sociedad con las líneas divisorias. Si es a largo plazo, es una de nuestras preocupaciones".
Los que no pueden vacunarse por razones de salud
Además de los antivaxx, es decir, aquellos que se oponen a vacunarse, existe un grupo de habitantes en Australia que por razones de salud no puede recibir el suero contra la COVID-19, en un contexto en que los contagios locales se incrementarán y pondrán una enorme presión en los trabajadores sanitarios y los sistemas hospitalarios, así como en las autoridades estatales y federales que intentarán atajar las bajas.
“Pido que nuestros responsables de las políticas públicas piensen en toda la comunidad. Que entiendan que hacer las cosas bien es más importante que abrirlas.Pido que los responsables políticos de nuestro país no conviertan en ciudadanos de segunda clase a los que ya estábamos marginados, arriesgando nuestras vidas, nuestra salud y nuestro futuro”, escribió en una columna de opunión la profesora e investigadora Gemma Carey de la Universidad de Nueva Gales del Sur el 20 de septiembre en un artículo de opinión The Camberra Times.
¿Discriminación o medida justificada?
Para los profesores Tim Dare y Justines Kingsbury, expertos de filosofía neozelandeses, la necesidad de contener la COVID-19 justifica los condinamientos, pero no se aplica en función de quienes están o no vacunados, s egún un artículo publicado en la revista The Conversation en la que reflexioan si se trata de una discriminación o una medida justificada la emisión de pasaportes de salud.
“Distinguir entre personas en función de su inmunidad al COVID puede ser una discriminación, pero no es obvio que sea una discriminación injustificada”, apuntan los expertos al aclarar que los vacunados suponen un mayor riesgo para los demás que los vacunadosy probablemente sufran síntomas graves si contraen la COVID-19.
Al reflexionar sobre los pasaportes de salud, los incentivos y las medidas de coerción, los dos filósofos neozelandeses alertan que probablemente se de una presión mucho mayor sobre los que ya están socialmente desfavorecidos y tienen menos capacidad para hacer una verdadera elección.
“La coacción está a veces justificada, y quizás la amenaza que supone el COVID-19 la justifique. Sin embargo, debemos ser cautelosos a la hora de aceptar tipos de coacción que sean discriminatorios e inigualitarios”, indicaron en The Conversation.
Por su lado, el profesor Julian Savudescu, experto en ética de la Universidad Murdoch explicó que la discriminación se produce cuando se trata a las personas de forma diferente por motivos moralmente irrelevantes. Pero el trato diferenciado sobre la base de una amenaza diferencial es moralmente relevante como las cuarentenas por riesgo de contagio.