Mientras millones de australianos en la costa este del país permanecen en un confinamiento con un término indeterminado, las autoridades federales y estatales de Australia continúan instando a las personas a ver la vacunación como su "boleto a la libertad".
El gobierno federal ha anunciado que una vez que el número de personas completamente vacunadas alcance el 80 por ciento, la nación podría pasar a la fase de "consolidación" de su hoja de ruta para salir de la pandemia. Sin embargo, se estima que actualmente solo el 20 por ciento de la población australiana está completamente vacunada.
Si bien el llegar a la cifra meta de vacunación antes del final del año se muestra como algo matemáticamente posible, varios expertos señalan que el gobierno debe hacer mucho más para lograr el objetivo.
Puntos destacados:
- El gobierno australiano ha presentado una hoja de ruta hacia mayores libertades en Australia, dividida en tres fases y que dependerá de los niveles de vacunación de la población.
- El gobierno sugiere que con un 80 por ciento de vacunaciones, la nación podría pasar a la fase de "consolidación" de su hoja de ruta para salir de la pandemia.
- Actualmente, un 20 por ciento de la población australiana está completamente vacunada.
La libertad como "incentivo" a la vacunación
Mientras que miles de personas hacen fila a diario en los centros de vacunación masivas en Sídney, y la premier de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian insta a los residentes del estado que vean agosto como un nuevo comienzo y vayan a vacunarse para salir del cofinamiento, hay otras decenas de miles de personas que luchan a diario con las planillas en línea por obtener una cita para vacunase. Otras decenas de miles permanecerán en confinamiento por meses, esperando que les llegue su turno para arremangarse.
Existen múltiples críticas de quienes catalogan al proceso de inscripción para pedir una cita para vacunarse como “engorroso”, una dificultad que se suma a la escasez de suministro de la vacuna Pfizer.
Pero más allá del reto logístico de distribición de los fármacos, hasta la fecha de publicación, las autoridades no han creado una página centralizada para la obtención de citas de vacunación, el número de citas disponibles es limitado, y el proceso se muestra cuestra arriba para personas sin buen manejo del inglés, sin conocimiento de la informática o sin acceso estable a internet.
El Dr Diego Silva, experto en bioética de la facultad de Salud Pública en la Universidad de Sídney, dijo a SBS Spanish que es necesario que exista justicia en el acceso a la vacuna contra el COVID y que el gobierno tiene que facilitar mejor ese acceso, y no solo colocar la responabilidad de la vacunación en la voluntad del individuo.
“Tenemos que tener más lugares de vacunación, más dosis, y parece que para septiembre vamos a tener más vacunas. Va a ser difícil llegar al 70 y al 80 por ciento para fin de año”, aseguró Silva.
El experto en bioética explica que el manejo de la pandemia por parte del gobierno pone al desnudo sus valores morales y motivaciones políticos, al tiempo que añade que el plan no sólo se basa en lo que dice la ciencia.
“Es la combinación de la ciencia y los valores de gobierno tratando de ver qué quiere la gente australiana. O, para ir más al punto, qué quiere la gente que va a votar en la próxima elección, porque no hay duda que esto influye en lo que está haciendo el gobierno”, apuntó.
La hoja de ruta de tres fases del gobierno federal hacia la libertad
Recientemente, el Gabinete Nacional confirmó que no se aliviarán las restricciones ni confinamientos hasta que al menos el 70 por ciento de la población haya sido vacunada.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, anunció una hoja de ruta hacia mayores libertades en Australia, dividida en tres fases, denominadas A, B y C.
Actualmente Australia está en la fase A.
La Fase B entraría en vigor cuando el 70 por ciento de la población esté vacunada, e implicaría el poder dar fin a la política de confinamientos y las restricciones fronterizas interestatales.
Para entrar en la Fase C, se requiere un 80 por ciento de la población vacunada.
Morrison explicó que, en la Fase C, los confinamientos solo ocurrirán de manera "altamente selectiva" y no se impondrían en toda el área metropolitana de una ciudad.
Asimismo, añadió que, en la Fase C, no habrá un límite en el número de australianos completamente vacunados que puedan ingresar al país.
También se aumentarán las entradas de estudiantes internacionales, titulares de visas económicas y de refugiados.
Tenemos que tener más lugares de vacunación, más dosis, y parece que para septiembre vamos a tener más vacunas, pero va a ser difícil llegar al 70 y al 80 por ciento para fin de año.
Los australianos que estén completamente vacunados podrán viajar al extranjero en esta fase, y podrían restablecerse viajes sin restricciones a países con los que Australia acuerde nuevas "burbujas de viajes".
Pero para alcanzar estas tasas de vacunación, un número significativamente mayor de australianos necesita acceder a la vacuna.
El Dr Diego Silva, afirma que el gobierno está utilizando la libertad de movimiento de las personas como incentivo a la vacunación. Asimismo, señala que, sin salud pública no puede haber gozo de la libertad.
“Necesitamos tener salud para poder usar nuestras libertades. (…) Es un balance en el que hay que ajustar unas cosas y otras, y para mí los australianos valoran mucho la salud, aunque no sólo eso, también valoran tener protección”, dijo Silva.
“En Australia queremos estar seguros de que protegemos la salud por encima de los demás valores”.
El gobierno presentó el miércoles un plan de campaña de vacunación más detallado a cargo del teniente general John Frewen y describe un programa para ofrecer a todos la oportunidad de recibir una vacuna antes de Navidad.El plan, anunciado a principios de este año pero actualizado y publicado el martes, tiene como objetivo que los australianos se vacunen en los próximos meses en sitios como clínicas de autoservicio o en los lugares de trabajo.
Lieutenant General John Frewen Source: Getty Images
La estrategia describe la necesidad de acelerar las vacunaciones aprovechando la colaboración "sin precedentes" entre los gobiernos y la industria.
Frewen dijo el miércoles que el plan muestra que la nación puede "matemáticamente" alcanzar su objetivo de vacunar completamente al 80 por ciento de su población adulta para diciembre, pero requerirá que los australianos se presenten con "urgencia".
"Tendremos todo en su lugar para poder llegar a esos números para fin de año, pero la voluntad pública de dar un paso adelante es clave", dijo a los periodistas.
Mientras tanto, en el estado de Nueva Gales del Sur, el actual epicentro de la crisis de la pandemia debido a la variante Delta del virus, las ocho áreas de Sidney de mayor preocupación por la alta transmisión del COVID-19 (Liverpool, Fairfield, Cumberland, Canterbury-Bankstown, Blacktown, Parramatta, George's River y Blacktown) todavía están sometidas a restricciones más severas que otras partes de la ciudad.
El movimiento se ha limitado a un radio de 5 km, y solo los trabajadores esenciales autorizados pueden salir de esas áreas.
En esas ocho municipalidades, el número de personas que nacieron fuera de Australia y que hablan otros idiomas, sobrepasan el promedio nacional.