El primer ministro australiano, Scott Morrison, anunció este lunes el despliegue de los miembros de las Fuerzas de Defensa Australianas (ADF, siglas en inglés) para ayudar al sector de la asistencia a la tercera edad a hacer frente a los disparos de los casos de COVID-19.
Tras una reunión del comité de seguridad nacional del gabinete federal celebrada el lunes, el Ejecutivo de Camberra decidió que se utilizarán hasta 1.700 efectivos de las ADF en las residencias de ancianos.
La decisión garantizará el despliegue de equipos para hacer frente a situaciones graves en un plazo de 24 horas.
Los equipos militares se dividirán en clínicos, que estarán liderados por una enfermera registrada, y apoyo general, para realizar tareas como las de limpieza, así como logística y planificación en el sector de cuidados de ancianos.
Puntos destacados:
- El Gobierno australiano desplegará a las tropas de las Fuerzas Armadas Australianas (ADF, siglas en inglés) en las residencias de la tercera edad afectado por la COVID-19.
- Se calcula que hay unos 285.000 trabajadores en el sector de la asistencia a la tercera edad.
- Más de 500 ancianos de las residencias para la tercera edad han muerto desde principios de año y este número supera a las cifras de fallecidos de todo el 2021.
Los equipos incluirán un enfermero titulado, técnicos médicos y otro personal de apoyo a las tareas generales.
El despliegue empezará con unos 50 miembros de las ADF en cada estado, con la posibilidad de ampliarlo a 200.
Los equipos incluirán un enfermero titulado, técnicos médicos y otro personal de apoyo a las tareas generales.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo que las medidas no significarían que hubiera una mano de obra sustituta para el sector de la atención a la tercera edad.
"Han proporcionado un apoyo bastante específico al sector de la asistencia a la tercera edad en situaciones extremas, algunas de las más difíciles", dijo a los periodistas en Canberra.
"La mayoría de ellos son de apoyo clínico porque son los recursos disponibles... es un esfuerzo específico a medida".
El ministro de Defensa, Peter Dutton, dijo que también habría 15 militares expertos en logística que se desplegarían en el departamento federal de salud para ayudar a los esfuerzos de coordinación.
Pero la portavoz de la oposición, Clare O'Neil, dijo que el gobierno no tenía una solución sostenible para hacer frente a la crisis de la atención a los ancianos.
"El cuidado de los ancianos es fundamentalmente una cuestión de atención, así que podemos llamar a todo el personal de las fuerzas de defensa que queramos para que nos ayude con la cocina, la logística y las entregas, y eso será muy útil", dijo.
"Pero no cambiará el problema fundamental, que es que tenemos un sector de atención a la tercera edad que lleva nueve años en crisis".
O'Neil dijo que un gobierno laborista apoyaría a los trabajadores del sector de la asistencia a la tercera edad que pidieran un aumento salarial a la Comisión de Trabajo Justo, pero dijo que era el árbitro quien debía decidir cuánto debían aumentar los salarios.
Los centros de atención a la tercera edad se han visto sometidos a una gran presión durante la oleada de Ómicron, con más de 500 muertes por COVID-19 desde principios de año.
Muchos centros han tenido que hacer frente a la escasez de equipos de protección y de pruebas rápidas de antígenos, así como a la escasez de personal debido a que muchas personas han dado positivo a COVID-19.
Morrison dijo que las últimas semanas habían sido un reto para los centros de atención a la tercera edad.
"Es un reto difícil, y nos estaríamos engañando como país si no pensáramos que la pandemia tiene impactos", dijo.
"Uno trata de mitigarlos lo mejor que puede".
