El primer ministro australiano, Scott Morrison, ha dado un giro a su política energética al dar un mensaje más claro esta semana sobre el objetivo de alcanzar emisiones contaminantes neutrales para el año 2050, así como el anuncio el miércoles de destinar unos 540 millones de dólares para proyectos de hidrógeno limpio e instalaciones de almacenamiento y captura de emisiones contaminantes.
Morrison también dijo la víspera que buscará asociaciones con países como Alemania, Corea del Sur o Japón para el desarrollo de tecnologías de bajas emisiones con el fin de alcanzar este objetivo mundial para hacer frente a la emergencia climática.
Estos anuncios se dan antes de la cumbre de líderes sobre el clima, este 22 y 23 de abril, en la que se espera que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anuncie un objetivo más ambicioso para reducir las emisiones de su país al menos a la mitad para 2030, después de que el primer ministro británico, Boris Johnson, prometiera una reducción del 78% para 2034.
Puntos destacados:
- El gobierno de Scott Morrison ha dado pasos para acercarse a un objetivo de emisiones cero para el 2050 con anuncios en inversiones en tecnologías verdes y la esperanza de asociarse con otros países para su desarrollo, pero no se ha comprometido en el cumplimiento de este objetivo.
- El objetivo actual de Australia es de un 26 a un 28% por debajo de los niveles de 2005 para 2030, pero el Primer Ministro Scott Morrison se ha negado hasta ahora a poner un plazo en el "camino hacia el cero neto" de la nación, al que muchos otros países se han comprometido para 2050.
- El gobierno de la coalición gobernante, que ganó en 2013 con la promesa de anular el impuesto que obligaba a las grandes empresas por sus emisiones contaminantes, está bajo fuertes presiones por parte de un sector conservador que defiende la producción y exportación de los combustibles fósiles.
Australia – que acude a la reunión mundial de 40 líderes con una mala reputación dado que ocupó el último lugar en política climática entre 57 países y la Unión Europea el año pasado, a pesar de las presiones de su ciudadanía y de los países vecinos del Pacífico para que haga una rápida transición de su dependencia de los combustibles fósiles hacia energías limpias.
Por otro lado, los principales mercados de exportación de carbón de Australia, China, Corea del Sur y Japón, han presentado recientemente un calendario de emisiones netas cero, mientras que la Unión Europea, que ya ha anunciado sus planes de introducir una tasa sobre el carbono en todas las importaciones, se comprometió a alcanzar este objetivo hace tiempo.
Australia también se enfrentará a la presión de tener que mejorar su actuación en materia de clima mientras negocia los acuerdos comerciales posteriores al Brexit con el Reino Unido y la UE. Según recuerda en la revista digital The Conversation, Matt McDonald, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Queensland.
Según la Autoridad del Cambio Climático (CCA) de Australia, que es independiente, y el Operador del Mercado Energético Australiano (Aemo), Australia no solo debería hacer mucho más como "nuestra parte justa" hacia los esfuerzos globales para reducir las emisiones, sino que, además, ahora tenemos la capacidad de hacer más.
Pero el aparente giro de Morrison no será fácil dado que miembros de su coalición como el representante del Partido Nacional Matt Canavan consideran que el intento de Australia de alcanzar la emisión neutral para 2050 es, según apuntó en un tuit esta semana, “como un niño de diez años que cree que es Superman y puede saltar del techo de la casa de sus padres. No tiene la tecnología y se caerá de bruces”.
¿Cortina de humo?
El editor político de la publicación de análisis político Crickey, Bernard Keane, apuntó que la prioridad energética de Morrison ha sido financiar un estudio sobre una nueva central eléctrica de carbón, fomentar la extracción de carbón y financiar una "recuperación impulsada por el gas", incluida la construcción de una nueva central eléctrica de gas.
“Y Morrison, por supuesto, se centra sólo en las emisiones nacionales, no en las colosales emisiones de las que somos responsables en otros países a través de nuestras exportaciones de carbón. Incluso su propio gobierno reconoce que las exportaciones de carbón de Australia contribuyen al catastrófico cambio climático, aunque se niega a aceptar cualquier responsabilidad para evitarlo”, agregó Keane.
Australia, país que derogó en 2013 con la entrada al gobierno de la coalición Liberal-Nacional una impuesto a las grandes empresas contaminantes argumentando que incrementaba el precio de la electricidad a sus ciudadanos- es uno de los países más contaminantes per cápita del planeta y también es considerado como uno de los más contaminantes del mundo si se toman en cuenta sus exportaciones de combustibles fósiles.
Para el científico estadounidense Michael Mann, el gobierno de Morrison parece estar desplegando “una cortina de humo y espejos”, promoviendo con bombo y platillo políticas como su hoja de ruta de tecnología de bajas emisiones "para distraer de su claro historial de inacción sobre el clima", según declaró al duario The Australian, al referirse a ejemplos como el anuncio de inversiones de 539 millones de dólares del miércoles.
McDonald explicó en The Conversation que la captura y el almacenamiento de carbono requieren importantes cantidades de agua para su refrigeración, mientras que el hidrógeno es potencialmente una fuente de energía limpia, pero sólo si se produce con electricidad renovable. También se teme que Australia haya sobrestimado radicalmente el alcance probable del mercado de exportación del hidrógeno.
En un artículo de opinión conjunto, los exprimeros ministros, el laborista Kevin Rudd, y el liberal Malcolm Turnbuill, expresaron en The Guardian Australia esta semana su preocupación por la falta de un calendario para alcanzar las emisiones cero y mejorar su propia meta de reducciones de las emisiones contaminantes para el 2030, según el Acuerdo de París.
“Nuestro país sigue escondiendo la cabeza en la arena, a pesar de que Australia sigue estando peligrosamente expuesta a las consecuencias económicas y medioambientales que se derivarán de la crisis climática que se avecina”, señalaron los exmandatarios.
Bajo la presión de Biden
Estados Unidos presionará a todas las naciones para que reduzcan la dependencia del carbón, dijo el lunes el secretario de Estado, Antony Blinken, advirtiendo que "no nos quedará mucho mundo" sin un liderazgo más fuerte de Washington sobre el cambio climático, según citó la agencia internacional de noticias AFP.
Al considerar el cambio climático como un problema de seguridad nacional, Blinken advirtió sobre un gran impacto en todo el planeta y los riesgos para Estados Unidos si no realiza sus propios esfuerzos.
"Es difícil imaginar a Estados Unidos ganando una competencia estratégica a largo plazo con China si no podemos liderar la revolución de la energía renovable", dijo Blinken en un discurso en Annapolis, Maryland.
"En este momento, estamos rezagados", agregó.
Si bien el Secretario de Estado refirió al liderazgo de China en tecnología solar y de otros tipos, la potencia asiática es también el mayor emisor de carbono del mundo y, por lejos, el mayor consumidor de carbón, la forma de energía más sucia.
Tema político delicado
El carbón es un tema político especialmente delicado tanto en China como en Estados Unidos.
China, a pesar de su promesa de volverse neutral en carbono para 2060, ha avanzado en la construcción de plantas de carbón.
El expresidente republicano Donald Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo climático de París al declararse campeón de los mineros del carbón, aunque la demanda de ese mineral sigue cayendo en el país.
Blinken dijo que "si Estados Unidos no lidera al mundo en cuanto a abordar la crisis climática, no nos quedará mucho disponible del mundo", expresó.
Biden propuso un paquete de infraestructura masivo de dos billones de dólares que incluye una transición importante hacia la energía verde.
Se espera que anuncie un objetivo estadounidense más ambicioso de reducción de las emisiones de carbono para 2030 antes de la cumbre.