El primer ministro australiano, el liberal Scott Morrison, dijo la noche del lunes en una cena del Consejo Empresarial de Australia que su gobierno estaba trazando su hoja de ruta para para asegurar que Australia “está bien situada para prosperar a través de la gran transición energética de nuestro tiempo, en consonancia con una acción fuerte sobre el cambio climático".
"La clave para alcanzar nuestras ambiciones en materia de cambio climático es la comercialización de tecnologías de bajas emisiones", dijo el mandatario, quien entró alguna vez en el Parlamento australiano, cuando era ministro del Tesoro con un pedazo de carbón pidiendo a los legisladores que no le tengan miedo.
Según un informe de la OCDE citado por el diario The Guardian Australia, la economía australiana sigue siendo una de las más dependientes de los gases de efecto invernadero. Y sí, se ha reducido, pero también lo ha hecho la de todos los demás, pero a un ritmo más rápido.
Puntos destacados:
- Scott Morrison admitió que Australia debe apuntar a las emisiones contaminantes neutrales para el 2050.
- Morrison dio señales de un giro en su política energética, que es un asunto espinoso dentro de la coalición gobernante que tiene a miembros que defienden a ultranza la producción y el uso de combustibles fósiles.
- Morrison hizo estas declaraciones poco días antes de que participe en la cumbre virtual sobre gases de efecto invernadero que auspicia el presidente estadounidense, el demócrata Joe Biden.
A principios de siglo, el nivel de emisiones de Australia por cada 1.000 dólares de PIB era 1,8 veces superior al de la nación media de la OCDE y ahora es 2 veces, agregó este informe.
“Nuestro transporte por carretera sigue siendo mucho más intensivo en carbono que el de otros países de la OCDE, y lo que es peor, mientras otros países reducen su intensidad, nosotros vamos en sentido contrario”, acotó Greg Jericho en el diario The Guardian Australia.
A pocos días de que el Primer Ministro participe en la cumbre virtual sobre gases de efecto invernadero del Presidente de EE.UU., Joe Biden, admitió que la combinación energética de Australia debe cambiar en los próximos 30 años "en el camino hacia las emisiones netas cero".
El gobierno de Biden ha hecho del objetivo de las emisiones cero una de las principales prioridades políticas, lo que ha aumentado la presión sobre Australia para que se adhiera al objetivo de 2050 antes de la reunión sobre el clima que se celebrará en Glasgow a finales de año.
Estados Unidos y China -los dos mayores contaminadores de carbono del mundo- acordaron recientemente cooperar para frenar el cambio climático.
Propuesta con la mente en los empresarios
En un discurso dirigido a líderes empresariales en Sidney, declaró que la nación trazaría su "propio rumbo" y lograría sus objetivos mediante "la mejor tecnología y los espíritus animales del capitalismo", no con "impuestos", como un precio del carbono.
Morrison reconoció que "tenemos que cambiar nuestra combinación energética durante los próximos 30 años en el camino hacia las emisiones netas cero", aunque acotó que "no lograremos el cero neto en los cafés, cenas y bares de vinos de nuestros centros urbanos".
“No se conseguirá gravando a nuestras industrias, que proporcionan el sustento a millones de australianos, como pretenden hacer nuestros adversarios políticos cuando tienen la oportunidad de hacerlo, sino sSe conseguirá gracias al espíritu empresarial pionero y a la innovación de los caballos de batalla industriales de Australia, los agricultores y los científicos”, precisó.
"La clave para alcanzar nuestras ambiciones en materia de cambio climático es la comercialización de la tecnología de bajas emisiones", dijo Morrison.
El objetivo de cero emisiones netas para 2050 es una propuesta muy controvertida dentro de la Coalición, recordó la cadena local ABC, al mencionar que algunos miembros de los nacionales, como el senador de Queensland Matt Canavan, han prometido votar en contra, alegando que acabará con los puestos de trabajo de la minería del carbón y la fabricación en las zonas regionales.
Mientras tanto, Anthony Albanese intenta poner en duda la capacidad del gobierno federal para manejar la tecnología de las energías renovables, señalando la red nacional de banda ancha.
Se espera que la NBN cueste 57.000 millones de dólares, casi el doble de lo prometido inicialmente por la coalición, debido a cambios en los materiales utilizados.