El chileno Víctor Marillanca llegó a Australia después de haber sido encarcelado y torturado durante la dictadura de Augusto Pinochet y pronto se convirtió en un adalid de las comunidades de refugiados e inmigrantes del territorio capital.
Ha trabajado en la de manera voluntaria y, por su incansable trabajo, ha recibido premios y reconocimientos a su labor. El más reciente fue el premio Ohtli de la Embajada de México por su contribución a abrir camino a los inmigrantes que llegan al territorio capital.
Marillanca es embajador honorario de la comunidad latinoamericana en Canberra, y además ha sido el primer juez de paz de la capital australiana.
En conversación con SBS Spanish, el chileno recuerda cómo inició el programa en 1976, trabajando como voluntario en la emisora de la Australian Nacional University, en Canberra.
“Preparando material, dando a conocer lo que sucede en nuestra comunidad, informando sobre lo que es Australia, sus leyes, y también sobre lo que sucede en nuestros países de origen”, dice.
Pero Víctor tiene una particularidad que lo distingue de la mayoría de los periodistas inmigrantes en Australia: Ha trabajado siempre de manera voluntaria. “Todos los gastos salen de mi bolsillo”, explica. Y recuerda que cuando inició el programa tenían que comprar por su propia cuenta los casetes y los discos compactos, así como los periódicos y revistas que llegaban con la información proveniente del continente americano. “Ahora por lo menos todo se consigue por internet y obtenemos la información más fresca. Antes entregábamos noticias que llevaban ya varias semanas. Eran noticias antiguas”, explica.Víctor entiende muy bien al inmigrante, pues llegó siendo aún un menor de edad y tuvo que adaptarse al idioma y la cultura de su nuevo país, con todos los desafíos que esta situación presenta.
Víctor Marillanca recibe el Centenary Multicultural Media Award de manos de la Ministra de Asuntos Multiculturales Joy Burch, en noviembre 2013. Source: Provided by Victor Marillanca
El periodista reconoce que su mayor satisfacción como comunicador voluntario es saber que lo están escuchando. “Hay gente que llama y pregunta muchas veces por información que se ha dicho en los programas, buscando clarificación o mayor información”, dice y asegura que esa es su mejor retribución al esfuerzo de producir un programa radial con recursos provenientes de su propio bolsillo.
De la tortura a la libertad
El interés por ayudar a la comunidad no nació en Australia. Desde joven Víctor siempre se involucró en asuntos comunitarios y sociales en su natal Chile, por lo que terminó como miles más, preso en los calabozos de la dictadura que prosiguió al golpe de estado contra el presidente Salvador Allende, en 1973.
Estuve en un campo de concentración y fui salvajemente torturado por miembros del ejército chileno. Después me dejaron en una especie de libertad controlada. Tenía que reportarme al ejército 2 veces al día y no podía reunirme con más de 2 personas en la vía pública.
"Estaba preso en mi propia casa”, relata Marillanca, quien figuraba como persona muerta, por lo que inicialmente no fue localizado por los delegados del gobierno australiano que finalmente lo trasladaron de manera secreta a Australia.
Llegó en marzo de 1975 y poco después cumplió los 21 años. “Trabajé primero cortando ladrillos” dice con humildad. “Después trabajé en la cocina del parlamento y después en la oficina de estadísticas”. Poco después se involucró con los servicios de Seguridad Social gubernamental, donde laboró 33 años.
"Los caminos están hechos"
Ahora en su retiro, este comunicador a quien no le gusta que le llamen periodista, goza de los muchos premios y reconocimientos que ha recibido por su trabajo de información al servicio de la comunidad.El más reciente ha sido el premio Ohtli (una palabra náhuatl que significa camino) de la embajada de México, por su contribución “abriendo camino” a los inmigrantes provenientes de ese país.
Víctor Marillanca recibe el premio Ohtli de manos del embajador de México en Australia, Eduardo Peña. Source: Provided by Víctor Marillanca
“El trabajo voluntario que he hecho en diferentes organizaciones, no solamente en la radio, ha ayudado para que las personas que vienen detrás nuestro puedan ajustarse de la mejor forma, que puedan al menos llegar a algo establecido, que sepan lo que se puede hacer y no tener que empezar a descubrir nuevos caminos. Los caminos están hechos”. Finaliza
Para escuchar la entrevista completa con Víctor Marillanca, embajador honorario de la comunidad latinoamericana en el territorio capital, pulsa arriba en la imagen principal.