Más allá de ese titular atractivo, el estudio se refiere al comportamiento de los Cymadusa pemptos, unos anfípodos herbívoros que habitan la costa del sur de Australia, que cambian su apariencia física en un experimento dentro de unos tanques en los que se reprodujeron las condiciones pronosticadas dentro de cien años, es decir, con elevadas temperaturas y una gran presencia de CO2.
Los machos de los Cymadusa pemptos, como sucede con cualquier anfípodo marino, tienen pinzas más grandes que las hembras, y las utilizan para atraer a sus parejas potenciales o como arma para luchar contra sus competidores.
Munguía enfatizó que la investigación proporciona las primeras evidencias cuantitativas sobre los beneficios del cambio climático para algunas especies, a pesar de que éste sería catastrófico en general, así como posibles cambios en las conductas de apareamiento, escuchemos las razones.