Es la única guerra que se libra en Europa y los combates parecían haber perdido efervescencia. Pero la situación cambió radicalmente en las últimas semanas, con renovados enfrentamientos entre los rebeldes separatistas apoyados por Rusia y las fuerzas del gobierno Ucraniano.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas advirtió hace pocos días de un "peligroso deterioro" en la región y pidió a las partes en guerra que pongan fin a la violencia.
Ninguna de las partes, sin embargo, parece dispuesta a ceder en este conflicto que ha precipitado las relaciones entre Moscú y Occidente a niveles similares a los de la Guerra Fría.
Entrevista con el profesor Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano, en Madrid.