Uno de los sectores más afectados por el coronavirus en Australia y especialmente por la variante ómicron son los mayores con necesidades especiales. Ahí es donde entra SLASA. Esta asociación sin ánimo de lucro de Nueva Gales del Sur ofrece asesoramiento y ayuda a la comunidad latina y especialmente a aquellos con dificultades económicas, idiomáticas o con necesidad de apoyo psicológico u emocional.
Carlos Encina, director de SLASA, asegura que ahora especialmente, cuando la nueva variante de COVID-19 parece extenderse sin control, el apoyo financiero y emocional resulta vital. Él reconoce que no se ha enfrentado a muchos casos positivos entre la comunidad habitual, apenas cuatro o cinco miembros directos, aunque conocen muchos otros afectados de forma indirecta.
Atendimos un caso hace unos días de una pareja mayor. Él fue hospitalizado y su esposa, solita en casa, no sabía cómo inyectarse la insulina. Conseguimos ayudarla a través de nuestros voluntarios.
Encina destaca especialmente el grupo de voluntariado que colabora de forma altruísta con la asociación y la ayuda finaniera que han recibido por parte de las autoridades estatales. Ese apoyo se ha traducido en bonos de comida canjeables, 500 canastas familiares con productos básicos de supervivencia o 500 kits de higiene para los más vulnerables. Todo ello repartido en los últimos dos meses.
En el apartado emocional, SLASA cuenta con dos consejeros que ofrecen apoyo psicológico al que lo necesite. Además, la organización ofrece cursos de zumba, yoga o ejercicios para los más mayores e incluso utilizan las redes sociales para reunirse y compartir sus emociones.
Escucha la entrevista a Carlos Encina, director de SLASA.