Se propone impuesto al azúcar para luchar contra la obesidad.

AAP

AAP Source: AAP

¿Cómo tratar la obesidad cuando es un problema de salud pública?


En Australia es un tema que llegó al parlamento, con una propuesta del Instituto Grattan, que recomienda un impuesto al azúcar para las bebidas gaseosas.

Se estima que la obesidad les cuesta a los contribuyentes más $5.300 millones de dólares al año por los problemas de salud que genera.

La propuesta sigue a una llamado de la Organización Mundial de la Salud, que está urgiendo a los países que impongan el gravamen sobre las bebidas azucaradas.

El Instituto Grattan recomienda que por cada 100 gramos de azúcar en una bebida no alcohólica, se cobren 40 centavos.

Esto permitiría recaudar 520 millones de dólares y el costo para el consumidor sería mínimo, dice Stephen Duckett, el director del programa de salud del instituto.

"Reconocemos que lo que usted come, lo que usted bebe, es su decisión. Usted hace la elección, y usted vive con ella. Pero tomando esa decisión, usted también está incurriendo en costos que otros tienen que pagar".

El instituto estima que ese impuesto llevaría a que una botella de dos litros de una gaseosa, aumente en 80 centavos, y que esto provocaría una reducción en el 15 por ciento de su consumo.

Una gaseosa de dos litros cuesta $3.39. Con el impuesto aumentaría a $4.20.
Deputy Prime Minister and Minister for Agriculture and Water Resources Barnaby Joyce at a press conference at Parliament House in Canberra, Wednesday, Nov. 23, 2016. (AAP Image/Mick Tsikas) NO ARCHIVING
Deputy Prime Minister Barnaby Joyce Source: AAP


Caso México
El vice primer ministro australiano, Barnaby Joyce, se opone a la idea, porque según él, en México, un impuesto similar no ha funcionado.

"México tenía uno de estos impuestos. Lo que sucedió allá fue que se perdieron empleos y el consumo de azúcar siguió aumentando. Nuestro consumo de azúcar en Australia se está reduciendo. Creemos en ser saludables pero no creemos que usted deba tener una política de salud dirigida por un impuesto al azúcar porque si usted quiere lidiar con ser obeso, aquí le sugiero que deje de comer en demasía y haga ejercicio. Ahí van dos consejos que son gratis", dice Barnaby Joyce.

Sin embargo, en México los expertos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología CONACYT aún no se atreven a decir qué tan positivo es el impacto en la salud de las personas, porque la medida se implementó apenas en el 2014, y se estima que se requiere un seguimiento de al menos 10 años para poderlo conocer con seguridad. Lo que sí se sabe, es que en ese año la introducción del impuesto redujo el consumo de refrescos entre el 6% y el 12% y al mismo tiempo el consumo de agua embotellada aumentó el 4%.

En México las estadísticas señalaban que el 70% de los adultos y 30% de los niños padecen de sobrepeso u obesidad. Y que mientras un país como Francia consume 37 litros de refrescos azucarados por persona, en México se consumen 137 litros por persona al año.

Y existen tantos intereses económicos en juego que incluso ha habido intención de reducir el impuesto, lo cual no se ha logrado.

La caña de azúcar es uno de los cultivos industriales más importantes de Australia y en Queensland, de donde proviene Barnaby Joyce, es el más grande. Se producen 35 millones de toneladas de caña de azúcar, cada año, en 380 mil hectáreas.

Sin embargo, los médicos consideran que a veces es necesario imponer ciertas medidas para cambiar, si no los hábitos de la gente, al menos sí los de los productores.
Con un aumento en la obesidad en los últimos 25 años en Australia, donde uno de cada cuatro adultos es considerado obeso, la Asociación de Hospitales e Instituciones de Salud, dice que ya es hora de que el gobierno haga algo.

La directora ejecutiva de la asociación, Alison Verhoeven, dice que un impuesto a las bebidas azucaradas puede tener beneficios.

"Sabemos por experiencia internacional que un aumento de impuesto puede conducir a la reducción de compras de bebidas azucaradas, y además estimula a los fabricantes a buscar formas de reducir el contenido de azúcar en las bebidas que producen”.

Pero las medidas no deberían limitarse a un impuesto. Ella considera que aparte del gobierno federal, también los estados, los territorios y los gobiernos locales deben involucrarse, restringiendo la venta de estas bebidas en las cantinas de las escuelas, en los hospitales, con campañas publicitarias más agresivas, sobre todo durante las horas en que los niños están viendo televisión, u obligando a las compañías productoras a poner estrellas en sus etiquetas, además de campañas públicas de concientización.

En Chile
Etiquetas
Etiquetas para advertir la cantidad de azúcar y grasas en los alimentos, rigen en Chile Source: Hospital Clinico
En Chile el gobierno de Michelle Bachelet, lanzó hoy un paquete de 50 medidas para reducir en un 2%, durante los próximos cuatro años, los altos índices de obesidad que presentan los menores, principalmente de primer año escolar. Un tercio de los menores de 6 años en Chile, sufre obesidad.

El plan incluye el reemplazo de sal común por sal de mar y la reducción de azúcares libres a un 5% del total de calorías que contienen los alimentos que los niños reciben en 11.000 escuelas públicas. Esto gracias a un programa estatal de alimentación que beneficia principalmente a estudiantes de escasos recursos.

Asimismo, se entregará a los niños una pulsera inteligente que medirá el número de pasos y las calorías que gastan, también se aumentarán las ensaladas en los menús que reciben, y se promoverá la actividad física entre los estudiantes.

El gobierno chileno puso en vigencia en junio una ley de Etiquetado de Alimentos, en los que se obliga a los fabricantes a poner una advertencia similar a una señal de "Pare" del tránsito, en envases de alimentos altos en grasas saturadas, azúcares, sodio y calorías.

Y esta semana el gobierno demandó  las empresas de alimentos Nestlé, Kellogg's y Masterfoods por mantener publicidad dirigida a niños en los envases de sus alimentos.

 


Share