Refugiados ucranianos prefieren volver a su país en guerra ante la indignidad de malvivir en España

Anastasia Vovk

Anastasia Vovk, refugiada ucraniana en Madrid

Refugiados ucranianos acogidos en España se enfrentan al dilema de tener que volver a su país ante la imposibilidad de alquilar un apartamento o encontrar un trabajo, a pesar de las ayudas del gobierno y de las asociaciones de voluntarios. Svitlana Kornienko relata a SBS Spanish en exclusiva cómo, tras tratar de vivir en Madrid, decidió volver a su hogar en Kiev pese al riesgo de las bombas para dar apoyo a su hijo de 22 años, quien lucha en el frente contra los rusos.


Los ucranianos que llegaron como refugiados a España huyendo de la invasión rusa, enfrentan un panorama lleno de dificultades que les impiden acceder a recursos básicos, como el trabajo y la vivienda.

Natalia Bochan, ucraniana establecida hace años en Madrid y cofundadora de la asociación “Voluntarios por Ucrania”, explicó a SBS Spanish que incluso los más afortunados que encuentran un empleo, no tienen suficiente para mantenerse.

“Algunos consiguen encontrar trabajo, pero son contratos muy recientes y de salarios un poco bajos. No es suficiente para garantizar el pago a los propietarios de viviendas”, dijo Bochan.

Natalia Bochan con voluntaria de la asociación Voluntarios por Ucrania
Natalia Bochan con voluntaria de la asociación Voluntarios por Ucrania

Según datos del ministerio español de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en la actualidad existen en España cerca de 130.000 ucranianos desplazados a los que el gobierno facilita permisos de residencia temporal y ayudas económicas que incluyen apoyos para el alquiler de vivienda.

Además, el gobierno anunció en julio una nueva ayuda de 400 euros para las familias ucranianas en situación de vulnerabilidad que no hayan recurrido al sistema de acogida.

“Estas ayudas no proporcionan garantías a los propietarios de viviendas, y estos, al oír que los inquilinos son ucranianos, no les quieren aceptar”, aseguró Bochan.


Este rechazo está empujando a muchos ucranianos a volver a su país, pese a que la guerra continúa.

Ese es el caso de Svitlana Kornienko, traductora e intérprete de inglés y español.

Ella escapó de Kiev el 24 de febrero con su hijo de 16 años y su hija de 13, dejando detrás a su hijo mayor de 22 años y su marido, obligados a quedarse para luchar en el ejército y defender a su país de la invasión rusa.

Svitlana y sus hijos salieron en autobús hacia Varsovia donde se quedaron en casa de unas amistades por unos días, hasta que llegaron a Madrid donde se alojaron en casa de otro amigo durante dos meses y medio.

A pesar de que la familia disponía de dinero para alquilar una vivienda, se encontró con el mismo problema del rechazo.

“Claro, yo entiendo a los españoles que no quieren dejar entrar a los ucranianos porque no saben si van a pagar o no, es un problema muy grande”, dijo Svitlana.


Para ella, el irse a vivir a un centro de refugiados no era una opción.

“La gente me cuenta que en los centros la comida es muy mala, las condiciones son muy malas, con cinco personas viviendo en una habitación, es imposible”.

“Pendiente de cuándo puedes salir, cuándo no… No puedo, yo soy libre, yo soy independiente”.

Yo he entendido una cosa: nosotros tenemos que combatir por nuestra tierra y defenderla a costa de nuestra vida. Si nosotros morimos, se quedarán otros ucranianos que van a reconstruir nuestra patria. No queremos desaparecer. De momento no tengo miedo a nada.
Svitlana Kornienko

Después de vivir cerca de tres meses en España, Svitlana decidió volverse con sus dos hijos a Kiev.

“La decisión de volver es muy fácil”, relató. “No me costó nada. Porque tu vuelves a tu patria, a tu tierra y para mí, todo lo que está pasando en Ucrania es mi vida”.

El día de la independencia de Ucrania, el 23 de agosto, ella y su familia lo pasaron metidos en un refugio antiaéreo para ponerse a salvo de las bombas rusas.

“Yo he entendido una cosa: nosotros tenemos que combatir por nuestra tierra y defenderla a costa de nuestra vida. Si nosotros morimos, se quedarán otros ucranianos que van a reconstruir nuestra patria. No queremos desaparecer. De momento no tengo miedo a nada”, declaró.

Kyiv - Ukraine
Un soldado ucraniano pasa junto a elementos de protección antitanque en un puesto de control en las afueras de Kyiv el 28 de marzo de 2022. Source: AFP, Getty / Source: Getty / SERGEI SUPINSKY/AFP via Getty Images

Ante la pregunta de si teme por la vida de su hijo de 22 años que lucha en el frente, Svitlana aseguró que ella cree en la victoria.

“Estoy segura de que nosotros venceremos”, dijo. “No quiero pensar negativamente y decir que tengo miedo de que muera. Mi hijo no va a morir, estoy segura de que vencerá. Tenemos que apoyar a nuestros soldados”.

Por el momento, Svitlana ayuda a su hijo desde Kiev enviándole comida al frente y lavándole la ropa una vez a la semana.

“Yo actúo en el presente, pensando en lo que tengo que hacer hoy. El día de mañana, con lo que pase, ya me indicará cómo tengo que actuar”, declaró.

Anastasia VovK en Madrid
Anastasia VovK en Madrid

Mientras tanto, la refugiada ucraniana Anastasia Vovk vive la otra cara de la realidad. Ella apostó por quedarse en España y perseguir allí su suerte. Con 26 años y al poco de graduarse en obstetricia y ginecología, salió de Kiev el 9 de marzo en los trenes de evacuación organizados por el gobierno.

Ella se considera afortunada porque, mientras espera poder convalidar su título de doctora, trabaja en un restaurante y a través de una red de conocidos ha podido encontrar alojamiento.

“Tuve la suerte de conocer a una chica en el centro de voluntarios que me puso en contacto con una amiga que me alquila una habitación”, relató.

Anastasia dejó a su familia en Kiev y a pesar de su ilusión por establecerse en España, mira al futuro con incertidumbre.

“Tengo una meta, homologar mi título y ganar dinero para ayudar a mi familia. Si vuelvo a Ucrania, no sé qué me va a esperar. Quiero volver a ver a mi familia, pero ahora la situación económica en Ucrania es muy grave”, aseguró.

Natalia Bochan con otras confundadoras  de la asociación "Voluntarios por Ucrania"
Natalia Bochan con otras confundadoras de la asociación "Voluntarios por Ucrania" en Madrid.

Natalia Bochan es consciente de que la guerra se va a alargar y planea seguir ayudando a sus compatriotas refugiados a través de la asociación.

“Me gustaría pedir que sigan ayudando, sé que es muy difícil, ver que los recursos se acaban, que las personas que tenían ganas de ayudar se están quedando sin fuerzas… Que sigan encontrando recursos y ganas de ayudar a estas personas porque lo vamos a seguir necesitando por mucho tiempo todavía”.

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