Tildada como “the race that stops the nation” o “la carrera que detiene al país”, la Copa de Melbourne se ha convertido en un evento que abre paso al glamur, el derroche y la extravagancia.
Están las millonarias apuestas y el desfile de los trajes más lujosos para ver a 20 de los mejores caballos de carrera competir por un premio de 8 millones de dólares.
Sin embargo, este año la copa ha estado marcada por protestas contra el maltrato de los caballos de carrera.
Ahora, la Copa de Melbourne ha sido tachada por quienes se oponen a ella como “la carrera que divide” al país y dado paso al lema "Nup to the Cup" o “No a la Copa” y a protestas multitudinarias.
Muchas de estas protestas se generaron a partir de una investigación de la ABC que reveló videos perturbadores que demostraban el trato cruel a caballos y cómo eran sacrificados inclementemente.
Desde 2013, han muerto seis caballos de carrera, la mayoría importados, tras participar en la Copa de Melbourne, la más rica del mundo.
Sin embargo, cientos de miles de australianos apoyan la copa, ya que consideran el evento parte importante de la identidad nacional. Además, les gusta apostar, disfrutar del asueto en Victoria y ser partícipe de las miles de fiestas alrededor de todo el país para celebrar el día.
Sally Capp, la alcaldesa de Melbourne, cuidad que se beneficia económicamente del evento, ha hecho un llamado para que se tomen medidas más fuertes de protección animal.
“Se trata de mejorar lo que tenemos y asegurarnos que estamos cuidando bien de los caballos, estos animales magníficos que son el centro del evento. Y eso lo podemos hacer, y debemos hacerlo.”
El entrenador de caballos en Victoria, Carlos Tabernaberri, dijo a SBS Spanish que detrás del deporte hay mucho dinero de por medio, pero también desdén, lo que termina afectando el bienestar de los caballos.
Por su parte, el experto hípico, Jack Gasolina, opina que la industria debe cambiar.
Escucha el segmento arriba.
