Sandra Martínez tenía 22 años cuando se integró a un programa para jóvenes recién graduados que ofrecía la compañía Nestlé en Ecuador.
Los egresados debían estar un par de años en ese programa antes de aspirar a un puesto dentro de la compañía. Pero Sandra Martínez a los pocos meses, y ante el asombro de su jefe, pidió una oportunidad para seguir trabajando en la compañía pero en sus oficinas generales, en Suiza.
“Había hecho como 15 meses del entrenamiento que ellos pedían. Lógicamente mi jefe no estuvo muy positivo al principio. Me dijo que como que me atrevía un poco ¿no? Pero después de un par de días me llamó y me dijo: ‘mira hay una posibilidad, pero tendrías que ir y solicitar directamente allá. Yo te voy a dar una carta de reconocimiento’. Y así fue como empecé en Suiza”.
Lo que motivó a Sandra a pedir una oportunidad como ésta fueron sus circunstancias personales. Su esposo estaba por iniciar una maestría en Suiza y ambos deseaban mantener a su pequeña familia junta.
Creo que el mensaje es: nunca tengas miedo de preguntar. Yo sabía que las oficinas generales de la empresa estaban en Suiza y entonces pregunté si podían darme una oportunidad.
Una vez en Suiza y con la posibilidad de un empleo profesional, Sandra tuvo que reacomodar sus prioridades, pues junto con ella y su esposo viajaba su pequeño hijo de apenas un año.
“El desafío más grande que tuvimos como pareja y como familia, al principio, fue encontrarnos de un momento a otro solos; cuando veníamos de un medio en el que había un familia grande que era nuestro centro y de donde venía toda nuestra energía”, recuerda Sandra Martínez.
La familia ecuatoriana, ahora asentada en Suiza, decidió hacerle frente a esta situación concentrándose en las cosas positivas que tenía la experiencia de vivir en otro país.
Si me hubiera quedado pensando en todo lo que no tenía, en todo lo que extrañaba de mi país, me hubiera vuelto loca. Entonces, me concentré más en las cosas buenas que podía encontrar: estaba aprendiendo un nuevo idioma, Suiza es un país hermosísimo para caminar, disfrutar de las montañas.
También tenía la posibilidad de darle a mi hijo otro idioma, abrirle los ojos a nuevas culturas”, explica la mujer que con los años se convertiría en la directora ejecutiva de Nestlé Oceanía.
Para Sandra Martínez esta primera migración le dio la oportunidad de entender que el mundo iba mucho más allá de lo que ella creía, y que lo mismo ocurría con las oportunidades.
Criada en una familia donde la voz de las mujeres tenía el mismo o a veces más valor que la de los hombres, Sandra Martínez asegura que las latinas tienen mucho potencial para destacar en todos los ámbitos, la cuestión está en mantenerse firme y confiar en las fortalezas que cada persona tiene.
“Yo alcancé posiciones de alto rango relativamente joven. Y de pronto la gente me preguntaba que dónde estaba mi jefa. Pensaban que yo era la secretaria o ¡qué sé yo! Yo les decía: yo soy Sandra. Entonces se admiraban de que yo tuviera una responsabilidad tan grande”, comenta y agrega que esto era una constante con sus colegas en América Latina.
A lo largo de más de 35 años, Sandra Martínez ha ocupado diversos cargos ejecutivos dentro de la compañía Nestlé, posiciones que la han llevado a vivir en países como Venezuela, Estados Unidos, Canadá, Suiza y desde hace tiempo en Australia.
Actualmente, se desempeña como directora ejecutiva de Nestlé Oceanía y es una de las latinas más destacadas en el ámbito laboral en Australia.
Con toda esta experiencia acumulada, Sandra aconseja a la audiencia de SBS Spanish identificar las redes de apoyo que existen en Australia para el desarrollo profesional de las personas inmigrantes y apoyarse en ellas para superar los desafíos y lograr incorporarse al mercado laboral de este país.
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