La ceremonia de los Globos de Oro estuvo a la altura de su reputación el domingo, al ofrecer mucho entretenimiento con el humor ácido y corrosivo del comediante británico Ricky Gervais, , así como fuertes mensajes políticos sobre los incendios en Australia.
El actor de origen neozelandés Russell Crowe usó su triunfo como mejor actor en una miniserie o película para televisión por "The Loudest Voice" para enviar un poderoso mensaje sobre los devastadores incendios en su Australia natal y el cambio climático.
"No se equivoquen, la tragedia que tiene lugar en Australia está relacionada con el cambio climático", dijo el actor en un mensaje que leyó Jennifer Aniston, pues él se encuentra en Australia para permanecer en compañía de su familia durante la catástrofe.
"Necesitamos actuar apoyados en la ciencia, trasladar nuestra fuerza laboral global a las energías renovables y respetar nuestro planeta como el lugar único y sorprendente que es", dijo. "Es la forma de que todos tengamos un futuro".
Ellen DeGeneres quien recibió el Premio Carol Burnett a la trayectoria, honró al principio de su discurso de aceptación a aquellos que están luchando contra los fuego, mientras que la actriz. Patricia Arquette se lamentó por “el continente de Australia en llamas”.
La actriz inglesa Phoebe Waller-Bridge dijo que subastará su traje de los Globos y donará el dinero a los esfuerzos de los bomberos, mientras que la australiana Cate Blanchett hizo un homenaje especial a los bomberos voluntarios que luchan contra los incendios. “Cuando un país enfrenta un desastre climático, todos enfrentamos un desastre climático”.
El anfitrión Ricky Gervais, conocido por su humor corrosivo se burló de las estrellas diciéndoles que no están en posición de sermonear al público sobre nada porque no saben nada sobre el mundo real y La mayoría de ellos pasó menos tiempo en la escuela que Greta Thunberg.
Como si sus palabras ácidas fueran disparadas por un ventilador a toda velocidad, Gervais no se midió para criticar a la iglesia y los casos de pederastia, las denuncias de abuso sexual contra el productor Harvey Wenstein y las producciones de cine y sus estrellas.
A nadie le importa ya el cine, a nadie le interesa la TV tradicional. Toda la gente mira Netflix. Este show podría terminar simplemente diciendo: “Muy bien, Netflix, ganaste todos los premios, adiós”.
También apuntó contra uno de los iconos de la pantalla, Leonardo Di Caprio. "'El Irlandés' es maravillosa. Laaaarga, pero maravillosa. No fue la única. 'Érase una vez en… Hollywood' también dura tres horas. Leonardo Di Caprio fue a la premiere y al final su pareja era demasiado vieja para él”