Puntos destacados:
- Las leyes fueron aprobadas el 22 de marzo por la cámara alta de Nueva Gales del Sur y criminalizarán las llamadas prácticas de conversión con una pena de hasta cinco años de cárcel.
- Un informe reveló que hasta el 10 por ciento de los australianos LGBTIQ + aún estaban expuestos a las terapias de conversión.
- Victoria, el Territorio de la Capital y Nueva Zelanda, también prohíben estas metodologías por ley, mientras que Tasmania y Australia del Sur están considerando reformas.
Sinopsis:
Nueva Gales del Sur aprobó recientemente una ley que prohíbe las prácticas de conversión de orientación sexual.
La ley tendría como objetivo prohibir el tratamiento diseñado para cambiar la orientación sexual o la identidad de género de una persona o cambiar comportamientos, pensamientos o expresiones relacionadas con el género o la atracción sexual.
"Esta ley salvará a innumerables personas de una vida de dolor y, en algunos casos, salvará vidas", dijo Anna Brown, directora ejecutiva de Igualdad Australia.
El Centro de Derechos Humanos, publicó en 2018 el informe '', elaborado junto a la Universidad de La Trobe y la organización Gay and Lesbian Health Victoria.
Los datos revelaron que hasta el 10% de los australianos LGBTIQ + aún estaban expuestos a la terapia de conversión.
El informe decía que las terapias se dan dentro de una variedad de credos y está perjudicando a las personas lesbianas, gais, bisexuales y transexuales.
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La psicóloga Gabriela Salabert dijo a SBS Spanish que es un asunto de “salud mental grave” que sufre la persona.
Estas prácticas se suelen realizar en entornos religiosos, por lo que representantes religiosos han criticado estas leyes y grupos cristianos afirman que los pastores podrían ser encarcelados injustamente.
El Lobby Cristiano Australiano (ACL) se ha opuesto durante mucho tiempo al proyecto de ley y afirma que los líderes religiosos podrían ser atacados por brindar atención pastoral.
El mexicano residente en Australia, Paco Ortiz, comparte su testimonio como sobreviviente de estas terapias, que incluyeron sesiones de electroshock en México, ya que “no quería ser homosexual” debido a las presiones de su entorno social.
Victoria, el Territorio de la Capital y Nueva Zelanda, también prohíben estas metodologías por ley, mientras que Tasmania y Australia del Sur están considerando reformas.