El Partido Laborista de la primera ministra Jacinda Ardern ganó con holgura las elecciones generales de este sábado en Nueva Zelanda, con cerca del 50% de los votos, un "excepcional resultado" reconocido inmediatamente por la oposición.
Cuando aún queda un cuarto de los votos por contar, los laboristas de centro izquierda de Ardern, que aspira a un segundo mandato, obtienen un 49% de apoyo y su aliado, el Partido Verde, suma 7,6%, mientras que el Partido Nacional de Judith Collins, principal fuerza opositora, consigue el 27%.
Ardern, de 40 años y en el poder desde 2017, agradeció a los votantes por la confianza depositada en estos comicios que ella misma calificó de "elecciones del covid" y cuya campaña centró en su éxito en la lucha contra la pandemia.
"Gracias a las muchas personas que nos dieron su voto, que confiaron en nosotros para continuar liderando la recuperación de Nueva Zelanda", dijo ante sus simpatizantes.
Puntos destacados:
- Jacinda Ardern logró que el Partido Laborista gane el derecho de gobernar en solitario, algo no visto en nueva Zelanda desde la reforma electoral de 1996.
- Los laboristas obtuvieron alrededor de 64 de los 120 escaños del Parlamento.
- Ardern promete gobernar para todos los neozelandeses e implementar ya con un fuerte mandato su plan de recuperación tras la covid.
Judith Collins admitió su derrota en un discurso televisado: "A la primera ministra Jacinda Ardern, a quien he llamado por teléfono, felicitaciones, porque se trata, creo, de un excepcional resultado para el Partido Laborista", dijo.
Las proyecciones otorgan la mayoría al Partido Laborista en el parlamento, con 64 escaños de 120. Para el Partido Nacional, de centro derecha, podría tratarse de su peor resultado en casi 20 años.
Las cifras superan ampliamente las previsiones de las encuestas de opinión preelectorales y, en caso de mantenerse, representarían la victoria más contundente del Partido Laborista desde el año 1946.
Ningún líder ha logrado una mayoría absoluta desde que Nueva Zelanda adoptara un sistema de votación proporcional en 1996, lo que llevó a una sucesión de gobiernos multipartidistas.
La presidenta del Partido Laborista, Claire Szabó, atribuyó la contundente victoria al carisma de Ardern, quien consiguió el apoyo masivo a de los neozelandeses a partir de la llamada "Jacinda-manía" cuando se hizo cargo del partido en 2017, que en ese momento apenas alcanzaba un 24% en las encuestas.
"Esta es una gran noche para nosotros", aseguró en declaraciones en la televisión. "No hay duda de que el gran y fuerte liderazgo de Jacinda Ardern ha sido un factor enorme en todo esto", agregó.
- Voto temprano -
La codirigente del Partido Verde, Marama Davidson, también felicitó a Ardern por "su extraordinario triunfo".
Alrededor de 3,5 millones de personas se registraron para votar. Nueva Zelanda cuenta con unas leyes muy estrictas para las jornadas electorales, que restringen la cobertura de los medios de comunicación y la propaganda política mientras las urnas están abiertas, para evitar que los votantes se vean influenciados.
Cerca de 1,7 millones de personas (casi la mitad del electorado total) votaron temprano, una proporción mucho mayor a la de anteriores elecciones.
En principio, las elecciones deberían haberse celebrado el pasado 19 de septiembre, pero fueron postergadas a causa de un brote de coronavirus en Auckland, que desde entonces se ha podido contener.
Además, los electores también votaron por dos referendos: uno sobre la legalización del consumo de cannabis con fines recreativos y otro sobre la legalización de la eutanasia. Sin embargo, los resultados de esas dos votaciones no se conocerán hasta el 30 de octubre.