El niño o la niña no puede conciliar el sueño y los padres se quedan a su lado por horas, muertos de cansancio, esperando a que se duerma. Una vez que se van a sus habitaciones, el niño comienza nuevamente a gritar. Otros padres, en medio de la noche, tienen que lidiar con las constantes pesadillas o los llamados terrores nocturnos de sus pequeños y pequeñas.
La disrupción del sueño en los menores se dan en muchas ocasiones durante períodos especiales como las vacaciones en las que se quiebra la rutina, lo que causa un nivel de estrés mucho mayor en los padres.
Aunque en casos más acentuados es mejor consultar al médico de cabecera, muchos expertos de psicología como Pilar Conde, directora de la clínica española Origen, recomiendan a los padres que ayuden a sus hijos a superar sus dificultades para dormir y alcancen un sueño profundo y necesario para su crecimiento y desarrollo.
Puntos destacados:
- La directora de la clínica española Origen y psicóloga sanitaria Pilar Conde, recomienda una rutina antes de dormir incluso durante las vacaciones o períodos especiales, aunque éstas son más flexibles en esos momentos.
- Para combatir el insomnio infantil es bueno retirar los dispositivos audiovisuales dos horas antes de ir a la cama y evitar también en ese período los ejercicios físicos intensos.
- Los padres tienen que dar tranquilidad y cuando puedan hablar por la mañana de lo que le aterra al niño en caso de que tengan pesadillas.
Conde recomienda “mantener las rutinas” antes de dormir, aunque esto no signifique mantenerlas rígidas en los horarios, al poner como ejemplo el poner al niño o niña en la ducha después de cenar, y leerle un libro cuando ya esté arropado en su cama.
La psicóloga española también recomienda retirar los dispositivos como las tabletas o juegos dos horas antes de dormir dado que estos aparatos provocan dificultades para conciliar el sueño, así como evitar las rutinas físicas intensas.
Conde también explicó que existen “miedos evolutivos” que se manifiestan durante la infancia como son el temor a la oscuridad o que le pase algo a algún familiar por lo que en esos casos es dar un objeto como un peluche al niño o niña, dejar una luz encendida y dar mucha tranquilidad.
Si el niño tiene una pesadilla es “consolarlo o tranquilizarlo” y hacer una retirada progresiva de la habitación.
En los casos en los que sean posible hablar del temor o la pesadilla en horas del día y plantear diferentes “contenidos” positivos para que el niño o niña pueda tener más control y perder el miedo, así como para brindarle las herramientas para afrontar los próximos sueños aterrorizantes.
Si quieres escuchar la entrevista con Pilar Conde presiona la imagen de arriba.
