Sin embargo, con más del 50% de votos, el independentismo catalán salió reforzado del escrutinio regional del domingo y tendría todas las papeletas para mantener el poder, neutralizando la victoria mínima de los socialistas del mandatario español Pedro Sánchez.
Su apuesta de colocar como candidato a Salvador Illa, el ministro de Sanidad que gestionó la pandemia, se quedó a medio camino: ganó los comicios pero sin apenas posibilidades de presidir esta rica región nororiental de 7,8 millones de habitantes.
Los socialistas pasan a liderar el bloque contrario a la secesión en detrimento del centrista Ciudadanos, ganador de los comicios anteriores y furibundamente contrario a la estrategia apaciguadora de Sánchez en Cataluña.
En el banco separatista, ERC se prepara para presidir el gobierno regional tras superar al partido de Puigdemont pese a haber abandonado la estrategia de ruptura unilateral e impulsado el diálogo con Madrid.
Tan poco realista que, pese a llegar lastrados por las profundas diferencias surgidas tras el fallido intento de secesión de 2017, los independentistas reforzaron su mayoría parlamentaria, pasando de 70 a 74 escaños de 135 en la cámara regional.
Incluso, respaldados por una abstención récord que penalizó especialmente a los no independentistas, superaron por primera vez el 50% de los votos en un escrutinio regional.
Entrevistas con el académico y experto electoral de la Universidad de Griffith. Ferran Martinez i Coma y con el exalcalde de Alella en Cataluña, Andreu Francisco.
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