"Hice mi registro en MyGov, tal como lo indican, para descargar el certificado (de vacunación), pero mi información no aparece en el sistema. El certificado aparece en blanco, el de mi primera dosis", dice a los micrófonos de SBS Spanish Susan*, una mujer colombiana que reside en Australia desde hace dos años y que posee una visa de estudiante.
Susan se registró en el sistema algunos meses atrás para pedir una cita de vacunación, tal como han hecho millones de australianos y residentes que ya se han inoculado con una o dos dosis de las vacunas que se encuentran disponibles para luchar contra el COVID-19 en el país. Sin embargo, a pesar de cumplir con todos los pasos del protocolo, Susan no ha podido hasta ahora recibir un comprobante válido que certifique que efectivamente ha recibido el esquema vacunatorio completo.
“He estado llamando a todas las líneas de ayudas, escribiendo a los correos del lugar donde me fueron suministradas las dosis, pero hasta ahora no he tenido éxito. He estado más de dos semanas tratando de conseguir ese certificado", dice resignada la colombiana residente en el estado de Victoria.
Puntos destacados:
- Más de 36 millones de dosis se han inoculado hasta ahora en el país. Cerca del 80 por ciento de la población mayor de 16 años y apta para recibir la vacuna ha recibido las dos dosis.
- Susan y Claudia Torres, miembros de nuestra comunidad, han tenido problemas para descargar sus certificados de vacunación, a pesar de poseer su esquema completo. Alegan problemas en el registro de sus datos y la ausencia de un protocolo claro para estos casos.
- Quienes no tengan en su poder los certificados oficiales de vacunación podrían eventualmente perder sus trabajos, verse impedidos de viajar interestatalmente y al extranjero, además de no poder acceder al comercio no esencial o visitar lugares de esparcimiento, dependiendo de las restricciones en cada estado.
Justamente el premier de Victoria, Daniel Andrews, ha hablado de una "economía vacunada" para referirse a las nuevas aperturas y a los beneficios que tendrán quienes están vacunados con las dos dosis y que les permite por ahora acceder, por ejemplo, al comercio no esencial, a restaurantes y bares, a espectáculos públicos y que también permite la posibilidad de viajar tanto interestatalmente como al extranjero.
Esos beneficios son, justamente, los que no han podido disfrutar personas como Susan, a pesar de haber cumplido con todos los requerimientos que han hecho las autoridades respecto a la vacunación. La obtención del certificado de vacunación oficial ha sido imposible hasta ahora para ella.
“He estado llamando a todas las líneas de ayudas, escribiendo a los correos del lugar donde me fue suministradas las dosis para lograr ese certificado. Pero hasta ahora no he tenido éxito”, dice Susan.
Para ella, como para tantos otros trabajadores en el país, la imposibilidad de conseguir ese certificado les impide desempeñarse en sus trabajos, pues este es uno de los requisitos que muchos empleadores exigen a sus trabajadores para poder continuar con los contratos acordados.
“Eventualmente voy a tener que dejar de trabajar hasta que esto no se solucione. Esto ya es un tema de obligatorio cumplimiento. La empresa no va a asumir ese riesgo de entrar en incumplimiento con sus clientes. Es uno de los requerimientos de mi empleador”, confirma Susan.
Personas como Susan no solo se han visto impedidos de poder gozar de los beneficios de estar vacunados, tales como acceder al comercio no esencial, visitar un restaurant o asistir a un espectáculo público, sino que también temen que esta falta de comprobantes oficiales les impida viajar a sus países de origen una vez que los viajes entre Australia y Latinoamérica se reanuden.
“Como estudiante internacional desafortunadamente no tengo la opción de salir del país, porque si salgo ahora no voy a poder regresar. Esa situación sigue siendo incierta. Tener la doble vacunación no es garantía de poder regresar”, dice Susan.
Claudia Torres, al igual que Susan, también experimentó dificultades para descargar su certificado de vacunación luego de haberse inoculado con las dos dosis de las vacunas contra el COVID-19.
Su problema se suscitó específicamente por una mala inscripción de su nombre en el proceso de registro para acceder a las vacunas.
“Ellos ingresaron mal mi nombre. Un registro quedó con mis dos nombres completos y el otro con mi nombre y solo una inicial”, dice Claudia Torres a los micrófonos de SBS Spanish.
“Ellos dijeron que resolver el problema podía tardar de dos a cuatro semanas”.
Australia, país que ha registrado más de 180 mil infecciones de COVID-19 y cerca de 1800 muertes desde el inicio de la pandemia, ha avanzado exitosamente en la vacunación de su población en los últimos meses, luego de un largo tiempo en que las tasas de inoculaciones habían sido muy bajas, debido en parte a los pocos contagios en el país y al retraso de las entregas de las dosis de la vacuna Comirnaty del laboratorio Pfizer. Estas causas se sumaron a las dudas de algunos ciudadanos sobre los efectos secundarios de las vacunas del laboratorio AstraZeneca (Vaxzevria).
Son más de 36 millones de dosis las que se han aplicado en el país hasta ahora, lo que corresponde a un 89,3 por ciento de las personas mayores de 16 años residentes en el país que han recibido, al menos, una dosis. Mientras que más del 80 por ciento de esa misma población apta para recibir la vacuna ya se han vacunado con dos dosis.
Luego de que los estados de Nueva Gales del Sur y Victoria registraran sendos brotes de coronavirus a mediados de este año, mayormente de la variante Delta, mucho más contagiosa que las anteriores, se impusieron duros confinamientos y múltiples restricciones en ambos estados, además del cierre de fronteras estatales. Por este motivo las autoridades federales y estatales se decidieron a incrementar los llamados a las personas para que acudan a algunos de los centros especialmente habilitados para suministrar las vacunas y así poder torcer las duras estadísticas de contagios, de enfermos graves y muertos que ha estado causando el virus en el país.
Con más de 80 por ciento de vacunados con dos dosis entre el público apto para recibir las vacunas, estos estados ya han comenzado ha flexibilizar las normas contra el COVID-19 y su población ya disfruta de algunas libertades ganadas.
Claudia Torres finalmente pudo acceder a su certificado oficial, a diferencia de Susan que aún lucha por conseguirlo. Ambas coinciden, sin embargo, que uno de los factores que podrían estar generando el problema en el registro podría estar asociado a la extensión de los nombres de las personas de nuestra comunidad hispana, que el sistema no reconoce al poseer nuestros nombres más datos que los típicos nombres anglosajones.
“Muchísimos colombianos tienen el mismo problema. El problema es que como latinos tenemos dos nombres. Y el segundo nombre no aparece en el registro”, confirma Claudia Torres.
Susan, por su parte, también cree que el no estar afiliada a Medicare, por ser una estudiante internacional, impide que el gobierno pueda cotejar los datos del registro con sus propias fuentes provocando inconsistencias en el sistema, lo que finalmente se manifiesta en certificados con fallas o en blanco.
“Yo creí que era una situación que me estaba pasando a mí, pero me he dado cuenta de que hay otras personas que han tenido dificultades con esta situación. Han tenido problemas con el registro. De ahí han tenido problemas para descargar el certificado”, reflexiona Susan.
A pesar de los problemas experimentados en este proceso, Susan dice que está agradecida con el país por haberle permitido vacunarse.
“Yo agradezco que nos dieron la vacuna, pero eso viene atado a otras cosas, como tener el certificado de vacunación”.
Pero el costo de este error y el tiempo gastado en resolverlo, infructuoso hasta ahora, también le han provocado a Susan frustración y estrés, por el alto riesgo de perder su única fuente laboral.
“Ha sido frustrante. A pesar de que somos parte activa de la comunidad y que aportamos al funcionamiento de la economía local. Muchos de nosotros estamos ayudando y participando en los negocios en muchos aspectos. Pero no hubo un claro y efectivo proceso para involucrarnos en el proceso de vacunación".
Finalmente, Susan deja una reflexión para el futuro con la intención de evitar que se produzcan estos problemas nuevamente.
Hay que ampliar la perspectiva de quienes están participando de esta sociedad.
Para escuchar la entrevista completa con Susan, presiona en el ícono en la imagen principal.
*Por motivos de privacidad, solo mencionaremos el primer nombre de la entrevistada.