Estados Unidos dice que su guerra en Afganistán ha terminado, después de que el último avión que transportaba tropas estadounidenses abandonara el aeropuerto de Kabul esta mañana.
El ejército estadounidense se retiró completamente de Afganistán en la noche del lunes al martes, anunció el Pentágono, dejando el país en manos de los talibanes, sus enemigos en una guerra de 20 años.
En la madrugada de Kabul, talibanes y seguidores suyos celebraron ese momento histórico, doloroso para el presidente estadounidense Joe Biden, con disparos, fuegos de artificio y gritos de alegría.
El general Frank McKenzie, jefe del Mando Central de Estados Unidos, confirmó que el último vuelo partió del aeropuerto internacional Hamid Karzai justo antes de la fecha límite fijada por el presidente Joe Biden para completar la salida.
El General McKenzie dijo que las tropas estadounidenses no evacuaron a todos los que querían fuera de Afganistán, y que el número de civiles estadounidenses que quedaron atrás fue de unos pocos cientos.
Miles de soldados habían pasado dos semanas protegiendo un apresurado y arriesgado transporte aéreo de decenas de miles de afganos, estadounidenses, australianos y otras personas que trataban de escapar de un país gobernado de nuevo por militantes talibanes.
Por su parte, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, afirma que la embajada estadounidense en Kabul seguirá vacante, y que los diplomáticos destinados a Afganistán trabajarán desde Qatar.
Blinken agradeció a los miembros del ejército su valor durante el proceso de retirada, señalando que los últimos miembros del servicio estadounidense que han muerto eran sólo bebés cuando Estados Unidos comenzó su misión en Afganistán hace 20 años.
Desde el 14 de agosto, durante 18 días de evacuaciones contra reloj, más de 123.000 extranjeros y civiles fueron evacuados del aeropuerto de Kabul, indicó el Pentágono.
Estas riesgosas operaciones fueron enlutadas por un atentado suicida perpetrado el 26 de agosto por el brazo local del grupo Estado Islámico, que causó más de cien muertos, entre ellos 13 militares estadounidenses.
La precipitada retirada y evacuación se explica por la celeridad con la que los talibanes se hicieron con el poder en Afganistán, que sorprendió a Washington y sus aliados.
Muchos afganos siguen temiendo a los talibanes o a una mayor inestabilidad, y ha habido informes esporádicos de asesinatos y otros abusos en zonas bajo control de los talibanes, a pesar de las promesas de restaurar la paz y la seguridad.
Entrevistado: Miguel Alejandro Híjar-Chiapa, Profesor Asociado de Relaciones Internacionales en el Centro de Estudios Norteamericanos del Departamento de Estudios del Pacífico de la Universidad de Guadalajara, en México, y Presidente de la Asociación de Estudios Australianos y Neozelandeses de América del Norte (ANZSANA).