El primer ministro australiano, Scott Morrison, está bajo fuertes presiones por el trato de los miembros de su coalición gobernante a las mujeres.
Tras decir que "los tíos no siempre aciertan", Morrison ha tenido que apagar otro incendio político generado por las denuncias contra el legislador liberal Andrew Laming por ciberacosar a dos mujeres durante mucho tiempo.
El polémico legislador de Queensland dijo que abandonará las funciones parlamentarias mientras sigue cursos de empatía y se somete a una asesoría psicológica.
A media mañana del domingo, el tesorero federal, Josh Frydenmberg, anunció que Laming no se presentará en los próximos comicios.