PUNTOS DESTACADOS:
- Un estudio pionero en Australia revela que el tiempo frente a las pantallas podría afectar el desarrollo lingüístico en los niños pequeños.
- Expertos como Mary Brushe y Kathryn McKinley advierten sobre los riesgos del exceso de tiempo frente a las pantallas en niños y brindan consejos sobre cómo interactuar de manera saludable con la tecnología.
- Sebastián Wachter, docente de español, resalta la necesidad de un plan claro tanto en el hogar como en la escuela para regular el tiempo de pantalla y promover un entorno rico en lenguaje desde una edad temprana.
Un nuevo estudio sugiere que el uso de pantallas como televisores, tabletas, teléfonos celulares y computadores en niños pequeños podría estar interfiriendo con su desarrollo del lenguaje.
La investigación fue liderada por Mary Brushe, Oficial de Investigación Senior del Instituto de Niños Telethon.
"El tiempo frente a la pantalla está interfiriendo con esas primeras experiencias de lenguaje: la cantidad de palabras adultas que los niños escuchan y la cantidad de conversaciones que tienen", dice Brushe a SBS Audio.
Ella y su equipo siguieron los hábitos de más de 220 familias australianas durante dos años y medio, tiempo durante el cual los niños llevaron dispositivos similares a un Fitbit que medían la cantidad de ruido electrónico y el sonido de las conversaciones entre padres e hijos.
Estos dispositivos se llevaron durante periodos de 16 horas cuando los niños tenían 12 meses, 18 meses, dos, dos años y medio, y tres años.
"El promedio de un niño de 3 años en nuestro estudio estaba expuesto a aproximadamente tres horas de tiempo frente a la pantalla cada día. Y así, cuando lo estimamos, podrían estar perdiendo más de 1100 palabras adultas, más de 800 palabras infantiles y participando en casi 200 conversaciones menos con sus padres", agrega Brushe.
Los investigadores advierten a los padres que estén al tanto de la llamada 'tecnoferencia': cuando el tiempo frente a la pantalla limita la capacidad de un niño para hablar, interactuar y desarrollar nuevas habilidades.
¿Cuánto es demasiado?
La guía nacional dice que los niños menores de dos años no deben tener tiempo de pantalla recreativo.
Menos de una hora al día es la recomendación para aquellos de dos a cinco años, mientras que dos horas es el límite diario para los niños de cinco a 17 años.
Brushe comenta que la retroalimentación de los padres es que en el mundo actual, eso es poco realista. Esa es una razón clave por la que ella y su equipo llevaron a cabo el estudio.
"No queremos que el tiempo frente a la pantalla se convierta en otra cosa de la que los padres se sientan culpables. Realmente queremos centrarnos en formas en que los padres pueden elegir incorporar el tiempo frente a la pantalla en su vida si así lo desean, pero encontrar formas más saludables de hacerlo".
Sin embargo, no todo el tiempo frente a la pantalla es malo, según Kathryn McKinley, presidenta de la Asociación de Patología del Habla de Australia.
"Existen ciertas formas en que puedes interactuar en las pantallas con tu hijo para que no solo estén pasando tiempo mirando las pantallas sin interactuar. Hablar sobre lo que estás viendo, lo que está sucediendo en la pantalla, mostrar interés y mantener una conversación", aconseja McKinley.
Ella señala que aproximadamente el 20 por ciento de los niños está comenzando la escuela con retrasos en el lenguaje y la alfabetización.
Su consejo para los padres es crear entornos ricos en lenguaje en los primeros años.
El hablar con tu hijo, jugar, cantar, leer y la impresión son partes realmente importantes, a través de libros pero también mirando carteles y escribiendo listas de compras, mirando paquetes en el supermercado.Kathryn McKinley, presidenta de la Asociación de Patología del Habla de Australia.
Los investigadores continuarán siguiendo a las familias en el futuro para monitorear el impacto del tiempo frente a la pantalla durante la escolarización.
El docente de español del colegio St Francis Xavier de Melbourne, Sebastián Wachter, cuenta que en su experiencia profesional de 10 años en educación ha notado el impacto negativo del uso de pantallas en los niños.
"Hemos comparado a los niños que están más inmersos en la lectura y aquellos que participan más el juego, con aquellos que están más inmersos en la pantalla. Los primeros tienen más facilidad para acceder a un banco de palabras y expresan con más facilidad y rapidez ideas complejas y sobre todo sus emociones", dice el colombiano que lleva dos años trabajando en la institución educativa.
Wachter indica que hay signos claros que permiten identificar la afectación en el desarrollo lingüístico de los niños.
"Uno los identifica hablando con ellos. Se les dificulta agrupar oraciones, en su idioma nativo cometen errores gramaticales frecuentes, tienen dificultades para construir oraciones complejas y para expresar ideas", explica el licenciado en filosofía y humanidades, y especialista en la enseñanza de español como lengua extranjera.
También uno se puede dar cuenta cuando uno les da una instrucción y no la siguen porque no las entienden y no por terquedad.Sebastián Wachter, docente escolar en Melbourne.
Según él, es necesario que tanto padres de familia y el colegio tengan un plan que se comunique de manera clara a toda la comunidad educativa.
"Educar no es el arte de la improvisación, para educar se requiere planear. Se requiere que en casa haya un plan de cuánta horas y a qué edades se va a estar expuesto a las pantallas. Además, que ese plan vaya en corcondancia con lo que el colegio quiere", dice Wachter.
Si un niño desarrolla dificultades lingüísticas debe ser evaluado por un experto, asegura el docente.
"Lo mejor es remitirlos al departamento de psclogía para que un patólogo del habla les haga una prueba estandarizada y pueda hacer una valoración más completa".
A pesar de que cada caso tiene sus particularidades, Wachter menciona una recomendación general atendiendo a la literatura pedagógica y psicológica.
La Asociación de Pediatras Franceses propone la idea del 3, 6, 9, 12: no pantallas hasta los 3 años, no juegos digitales hasta los 6, no Internet hasta los 9 y la primera exposición a redes sociales a los 12 años.Sebastián Wachter, docente escolar en Melbourne.
Para escuchar el informe completo con los resultados del estudio y la entrevista al docente escolar Sebastián Wachter, pulsa el botón de reproducción de audio que aparece al inicio de esta página.