El dolor crónico le cuesta a Australia más de 150 mil millones al año

Young office woman feeling pain in the neck

El dolor crónico hace que el absentismo laboral en Australia sea alto. Source: iStockphoto

El ministro de salud, Greg Hunt, ha anunciado una inversión a cuatro años de 2,5 millones de dólares adicionales para financiar la educación y el tratamiento del dolor crónico. Escucha los detalles en el podcast.


Un informe elaborado por , asegura que el dolor crónico le cuesta a la economía australiana más de $ 150 mil millones al año, y se espera que esa cifra aumente.

Las personas que viven y trabajan con esta condición dicen que la financiación anunciada por el ministro de salud, Greg Hunt de 2,5 millones de dólares adicionales, es un comienzo pero no es suficiente. Así lo asegura Sarah Fowler, una joven de 20 años que fue diagnosticada por primera vez con un síndrome de dolor regional complejo cuando tenía solo 12 años.

"El dolor crónico es un dolor que dura normalmente más de tres meses. En muchos casos, es que el sistema nervioso continúa enviando señales de dolor, que en mi caso no eran necesariamente válidas pero aún sientes ese dolor. Y el dolor crónico en sí mismo puede venir en muchas formas, desde muchas dolencias diferentes", explica.

Sara es estudiante de ingeniería y trabaja como vigilante en la playa y dice que, si bien antes tenía dolor crónico, no fue diagnosticada oficialmente hasta mucho más tarde.

"Probablemente he tenido dolor crónico desde la escuela primaria. En el quinto año terminé con tanto dolor que me pusieron en una silla de ruedas. Desafortunadamente, todavía no me diagnosticaron, pero pude recuperarme debido a los apoyos que tuve a mi alrededor. Y luego, en el año 7, de nuevo terminé en silla de ruedas, pero con un dolor mucho más grave", detalla.
Young woman suffering from pain in knee, close up
Más de la mitad de las personas afectadas por dolor crónico son mujeres en edad de trabajar. Getty Images/Witthaya Prasongsin Source: Moment RF
Painaustralia es una organización que trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas que viven con dolor y a quienes les rodean. Su directora ejecutiva, Carol Bennett, dice que el dolor crónico afecta a más de 3 millones de australianos, de los que más de la mitad son mujeres en edad de trabajar.

"El dolor puede afectar a cualquier persona, estamos hablando incluso de niños, ya saben, adolescentes, jóvenes, en todas las edades y,  obviamente, también tiene un gran impacto hacia el final de la vida. Una de cada tres personas mayores que se encuentran en residencias  de sufren dolor", asegura.

Según el informe coordinado por Painaustralia, se espera que el número de afectados por esta dolencia aumente a 5,23 millones de personas en 2050.

Las consecuencias del dolor crónico

Pero mientras muchos australianos viven con dolor crónico, Sarah asegura que muchas personas no lo entienden, y especialmente no comprenden su condición. 

"No parece que me ocurra nada malo, pero si alguna vez esto hace que me inhiba, o resulta que tengo mucho dolor, la gente no lo entiende y eso puede ser muy difícil”, asegura.
Como problema añadido, cerca de la mitad de las personas que viven con dolor crónico también viven con depresión y ansiedad y se prevé que ese número aumente a 2,3 millones de personas para el 2050.
Los afectados pierden alrededor de ocho días al año de trabajo en promedio, en comparación con las personas que no sufren dolor.

También es costoso, y  colectivamente a las personas afectadas les cuesta alrededor de $ 2.7 mil millones en gastos de administración de su propio bolsillo.

Sarah Fowler se considera afortunada porque su familia ha podido financiar un tratamiento constante e incluso ella ha podido trasladarse para su tratamiento.

"Hubo muchas citas médicas, muchos intentos de encontrar especialistas que luego no funcionaron. Muchas visitas al hospital,  pruebas de resonancia magnética y ese tipo de cosas. Todos los gastos se suman muy rápido. Y luego, tuve que ir a Sídney con bastante frecuencia y eso hizo que mi madre tuviera que faltar al trabajo."

El coste es aún más elevado para el sistema en general. Las cifras sugieren que esta condición ha supuesto un costo para la economía de más de $ 139 mil millones (139.3) en 2018, y se espera que esa cifra aumente a más de $ 215 mil millones ($ 215.6) para 2050.

También hay problemas importantes con los tratamientos actuales. Carol Bennett, de Painaustralia, apunta que aquellos que viven en áreas regionales en particular tienen poco o ningún acceso a especialistas del dolor.

Pero incluso aquellos que están en áreas metropolitanas, como Sarah Fowler, que vive en Canberra, descubren que tienen que viajar para recibir tratamiento o esperar mucho tiempo.
Senior Man With Back Pain
Se espera que el número de afectados por dolor crónico llegue a 5,23 millones de personas en 2050. Source: iStockphoto
Carol Bennett de Painaustralia advierte que es aún más difícil para los indígenas australianos y los migrantes.

"Si uno vive en zonas regionales de Australia, áreas rurales y remotas, es casi imposible acceder a la mejor atención posible. Si tienes, además de eso, una barrera del idioma o una barrera cultural, eso crea aún más dificultades", asegura.

Incluso cuando las personas tienen acceso a la atención médica, no siempre es la más apropiada. Carol Bennett dice que el informe publicado ha detectado que los opioides se usan a menudo en los casos en que otros tratamientos menos riesgosos podrían ser más efectivos.

Problemas con los opiáceos

"Para muchas personas se trata de confiar en medicamentos recetados. Para muchos de ellos, son opioides, y sabemos que el 70% de todas las visitas a los médicos de cabecera dan como resultado un medicamento para el dolor. Y sabemos que no es la mejor práctica, no se recomienda para el dolor crónico a largo plazo."
Se estima que entre 2017-18, 823 australianos perdieron la vida como resultado del uso indebido de opiáceos con receta.
El gobierno federal ha comprometido $ 2.5 millones en cuatro años para educación y capacitación, lo que se suma a los $ 4.3 millones anunciados en el último presupuesto para aumentar la concientización y los servicios para los australianos en zonas rurales que sufren de dolor crónico.

Carol Bennett dice que la financiación es una respuesta de un millón de dólares a un problema de mil millones de dólares.

"No es suficiente, nunca va a ser suficiente cuando estás tan lejos, aunque lo que nos permitirá hacer es crear conciencia en la comunidad sobre este tema y capacitar a las personas. Queremos que nuestra inversión se dirija hacia la creación de un tipo de opción de ventanilla única donde la gente pueda acudir para averiguar sobre el dolor crónico."


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