Educadores “nerviosos y ansiosos” ante un regreso a clases probablemente “caótico”

Students in Yrs 2-11 return to school at Fairvale High School in Sydney, Monday, October 25, 2021. All student year groups are returning to NSW classrooms for face-to-face learning despite some schools being closed for deep cleaning after COVID-19 cases.

Source: AAP

El inminente retorno a las aulas en medio de la ola ómicron trae consigo una mezcla de alivio y preocupación. La experta en economía de la educación de la Universidad de Sídney, Marian Vidal Fernández, dialoga con SBS Spanish sobre las posibles consecuencias de las nuevas regulaciones de bioseguridad que regirán en los establecimientos educativos.


El regreso a clase presencial de millones de estudiantes en Australia en febrero ha generado inquietud en padres de familia, educadores y el personal de apoyo en escuelas y centros educativos, por el alto nivel de contagio que supone la variante ómicron del COVID-19.

Es probable que la ola de ómicron exacerbe la escasez de docentes existente en el país y las exigentes cargas de trabajo. Se espera que desde la primera semana de clases presenciales muchos maestros corran el riesgo de contraer COVID-19. De resultar infectados por el virus, tendrán que mantenerse alejados del trabajo, mientras que otros pueden optar por dejar la profesión por completo.

Los estados de Victoria y Nueva Gales del Sur han implantado un plan para el retorno a clases, que incluye varias normas de bioseguridad, con el fin de mantener a estudiantes y docentes a salvo.

Entre las nuevas medidas está la recomendación de que los estudiantes y el personal se hagan las pruebas de antígenos (RAT, por sus sigals en inglés) dos veces por semana, mientras que a los estudiantes y al personal de las escuelas especializadas se les recomendará que lo hagan diariamente.

Los gobiernos estatales han garantizado que tendrán suficientes pruebas rápidas de antígeno disponibles para cumplir con su plan, pero hay quienes dudan que haya suficientes. El programa se revisará al final de las primeras cuatro semanas.
Principal Glenn Butler takes delivery of Rapid Antigen Tests (COVID 19 Self Tests) at Mount View Primary School in Glen Waverley, Melbourne.
Principal Glenn Butler takes delivery of Rapid Antigen Tests (COVID 19 Self Tests) at Mount View Primary School in Glen Waverley, Melbourne. Source: AAP
Se ha anunciado también que las escuelas ya no cerrarán si un estudiante da positivo y no habrá rastreo de contactos para los estudiantes o el personal.

Los padres de los niños que den positivo con COVID-19 en Nueva Gales del Sur o Victoria deberán mantener a sus hijos en casa, informar a la escuela, e informar también al departamento de salud de su estado.

La prueba será voluntaria, y será realizada por los mismos padres, estudiantes y profesores.

La experta en economía de la educación de la Universidad de Sídney, Marian Vidal-Fernández, dijo a SBS Spanish que no cree que las medidas implantadas serán suficientes.

“En algún momento puede llegar a ser un poco caótico y va a afectar más en aquellas áreas y colegios en los que los padres y las escuelas tienen menos recursos para apoyar a los estudiantes que deberán quedarse en casa”, afirmó.
En algún momento puede llegar a ser un poco caótico.
La académica opina que la presencia de niños en la casa debido a la enfermedad del COVID-19 obligará los padres trabajadores a faltar también a sus puestos de empleo.

"Me preocupa que, si el niño es asintomático, y sabemos que los niños tienden a ser al asintomáticos, algunos padres podrían preferir no hacer la prueba rápida para no tener que reportar el resultado y no tener que faltar al trabajo”, afirma Vidal.
A teacher wearing a protective mask teaches in her classroom on the first day of the new school year in Nice, France.
Source: Serge Haouzi/Xinhua via Getty
Una vez confirmada la prueba positiva de un estudiante, dependerá de las escuelas el contactar a otros padres para informarles que ha habido un caso positivo, para que los padres a su vez monitoreen a sus hijos para detectar si presentan síntomas.

Tanto en NSW como en Victoria, cualquier persona que dé positivo debe aislarse durante siete días.

Algunos gobiernos estatales han concedido que la escasez de personal será uno de los mayores desafíos cuando los estudiantes regresen a las aulas, por lo que anunciaron que pedirán a estudiantes en el último año de carrera y a profesores jubilados, o por retirarse, que hagan suplencias en caso de emergencia. 

El plan presentado por los líderes de ambos estados ha sido bien recibido por los especialistas, quienes afirman que el aprendizaje remoto ha incidido negativamente en la calidad del aprendizaje y en la salud mental de los niños.

No obstante, es un plan que preocupa a los sindicatos, y a los profesores, especialmente porque los profesores han sido catalogados como trabajadores esenciales bajo las definiciones del gobierno, por lo que podrían ser obligados a regresar al trabajo si son contactos cercanos. En ese sentido, la definición de contacto cercano sólo aplica en caso de que una persona pase más de cuatro horas con una persona contagiada en un hogar, cuando los profesores podrían pasar ese mismo número de horas o más, con estudiantes contagiados en un aula.

“No me extraña que los sindicatos estén nerviosos y ansiosos”, dice la catedrática, quien recalca que es muy probable que sólo el primer día se presenten estudiantes que vienen ya contagiados.

Según Vidal-Fernández, habrá una cadena de infecciones inevitable, que afectará igualmente a los profesores, quienes, al dar positivo, también tendrán que quedarse en casa, generando la necesidad de reemplazos.

El plan de los gobiernos federales contempla la contratación de estudiantes de último año de magisterio para realizar esos reemplazos y llamar a los profesores que están en plan de retiro, para que continúen como personal de soporte.
Llamar a los profesores jubilados o a punto de retirarse, a reemplazar, es una mala idea.
Marian Vidal considera que el plan de retrasar la jubilación o pedir el retorno de los profesores retirados “es una mala idea", ya que "ellos son precisamente unas de las personas más vulnerables, por su edad”.

Como medida adicional para minimizar la posibilidad de contagio del COVID-19 en las escuelas, el gobierno de Victoria ha ordenado miles de purificadores de aire para las escuelas en todo el estado, para ayudar a filtrar las partículas de virus del aire viciado que los niños respiran en clase.

Según el plan del gobierno, los niños de 3 años en adelante deberán usar una mascarilla en todo momento en el aula.

El gobierno ha denominado el regreso al aprendizaje remoto como un "último recurso absoluto" que se utilizará caso por caso durante períodos cortos de tiempo.

Para escuchar la entrevista completa con Marian Vidal-Fernández, presiona la imagen principal.


Temas relacionados:


Share