Julian Assange y sus seguidores han tenido poco que celebrar en los últimos años, por lo que la decisión de la jueza británica de rechazar la solicitud de extradición de Estados Unidos fue inesperada, pero recibida con entusiasmo.
En su fallo, la jueza de distrito Vanessa Baraitser citó la probabilidad de un confinamiento casi solitario en una prisión estadounidense de "super máxima seguridad" y las insuficientes medidas de prevención del suicidio en el sistema penitenciario estadounidense, como las razones por las que sería "opresivo" extraditar al australiano.
“En estas duras condiciones, la salud mental del Sr. Assange se deterioraría provocando que se suicidara con la 'determinación resuelta' de su trastorno del espectro autista”, apuntó.
Puntos destacados:
- La jueza británica Vanessa Baraitser consideró este lunes "que el estado mental del señor Assange es tal que sería opresivo extraditarlo a Estados Unidos" y rechazó, por tanto, la extradición por motivos de "salud mental".
- El Departamento de Justicia estadounidense dijo el lunes que está "extremadamente decepcionado" por la decisión de la justicia británica de no extraditar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a Estados Unidos para que fuera juzgado por la publicación de documentos confidenciales.
- Algunos juristas expertos celebran la decisión como una victoria para Assange, pero consideran que el fallo establece un prededente "peligroso" para el periodismo de interés público.
Sin embargo, en el resto de su fallo, la jueza se puso del lado del gobierno estadounidense.
Encontró que las supuestas actividades de Assange iban más allá del periodismo de investigación y que él no era víctima de un enjuiciamiento político.
Su decisión final fue sobre el bienestar mental de Assange, de 49 años, más que sobre la libertad de prensa.
La abogada de Assange, Jennifer Robinson catalogó la decisión como “una victoria importante” y “un fallo que debe celebrarse”, pero también enfatizó que Baraitser “también hizo algunos hallazgos muy problemáticos sobre los aspectos de la libertad de expresión del caso”.
Es una opinión compartida por la abogada Adriana Navarro, quién forma parte del grupo activista de defensa de derechos humanos Free Assange en Sídney, que se reúne todos los viernes en Townhall, en el centro de la ciudad, para reclamar la inocencia de Assange.
"Pensamos que es fabuloso saber que Julian podrá en algún momento estar con su familia, con sus hijos, con su padre y madre, y con todos aquellos que han luchado incesablemente por más de 10 años para liberarlo,” dice.
Sin embargo, la abogada enfatiza que le preocupa “altamente” el fallo, por considerar que se trata de un precedente legal “peligroso”.
“Significa que cualquier periodista, cualquier investigador que publique información que algún gobierno caprichosamente determine ser confidencial o privilegiada, puede sufrir la misma persecución y criminalización que ha sufrido Julian Assange los últimos 10 años, simplemente por publicar información que es de servicio público.”
Vemos que esto es altamente peligroso.
"Hay casos aún pendientes de otros periodistas con los cuales la Fiscalía podría utilizar esta decisión de Baraitser contra ellos".
Quienes apoyan a Assange consideran que el rechazo de extradición, fundado en razones de salud, y no en la discusión en cuanto a la libertad de prensa, deja el camino abierto para que Estados Unidos continúe redoblando sus esfuerzos y sus argumentos en su apelación al fallo.
“La administración de Trump se ha abocado justamente a penalizar a periodistas, no solamente en Estados Unidos, sino también a quienes han prestado asistencia (a WikiLeaks) en otros lugares, como en Brasil, donde periodistas de alto renombre también han sido perseguidos. En Ecuador tenemos a una colega y asistente de Julian Assange que está también con un caso pendiente que significaría muchísimas decenas de años de cárcel, simplemente por ser una persona que ha asistido a Julian Assange”, explica Navarro.
Asimismo, Navarro considera que Baraitser otorgó la no extradición por la presión internacional, y por un posible “acuerdo” entre Estados Unidos y el Reino Unido.
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Por su parte, el Departamento de Justicia estadounidense dijo el lunes que está "extremadamente decepcionado" por la decisión de la justicia británica de no extraditar a Assange.
Los abogados del gobierno de Estados Unidos han indicado que apelarán la decisión de extradición, un proceso que podría llevar meses, o años.
Mientras tanto, el gobierno de México ofreció a Assange asilo político tras el fallo.
Por ahora, Assange permanecerá detenido en la prisión de Belmarsh de Londres; donde ha estado desde su expulsión de la Embajada de Ecuador en 2019. Sin embargo, Assange solicitará libertad bajo fianza, y si tiene éxito, podría ser liberado de la cárcel el miércoles.
Se piensa que Estados Unidos planteará que Assange no debe ser liberado bajo fianza, porque solicitó asilo político a Ecuador en 2012.
Assange se refugió en la embajada ecuatoriana en Londres por casi 7 años, según los británicos para evitar la extradición a Suecia, donde había sido acusado de agresión sexual, alegatos que él niega.
La justicia británica declaró a Assange culpable de violar la Ley de Fianzas, tras su arresto en la Embajada de Ecuador en 2019.
Al sentenciar a Assange en 2019, la jueza británica Deborah Taylor dijo que: “Al esconderse en la embajada, Assange deliberadamente se había puesto fuera del alcance de la justicia”.
Asimismo, la jueza dijo que eso “había afectado el progreso de los procedimientos suecos”.
Pero los abogados de Assange desmienten la acusación y estos alegatos, y dicen que le explicarán a la justicia británica las razones por las que se le debe otorgar la libertad bajo fianza.
La defensa alega que Assange no huirá, por sus hijos pequeños y su prometida, entre otras razones.Para Navarro, la imputación de que Assange evadió la justicia sueca es parte de los “mitos” creados por campañas estadounidenses, que “deben ser corregidos”.
Wikileaks founder Julian Assange's partner, Stella Moris, speaks to the media outside the Old Bailey, London. Source: AAP
Navarro explica que Assange estaba en su derecho de asilarse en la embajada de Ecuador.
“Es un derecho internacional que tiene cualquier refugiado en el mundo, por haber sido perseguido por razones políticas, y eso es exactamente lo que ha sucedido con Julian Assange.”
A la pregunta de si considera que Assange pueda ser liberado bajo fianza, Navarro explica que sí es probable.
“En el fallo la jueza se refiere a la salud, a sus problemas médicos, además de salud mental que son severos. Entonces, si ella ha hecho hincapié en los problemas severos que tiene Julian de salud mental, de una depresión severa, de una condición de asperger y también de que él tiene constantes situaciones donde él considera el suicidio, es difícil que la jueza no le de la libertad provisional. Sin embargo, cómo sabemos, esta situación es producto de una presión política permanente de Estados Unidos, entonces existe la posibilidad de que se le negara la libertad provisional por esas mismas presiones”, asevera.
“Julian merece la libertad provisional mientras se decide una apelación posible”, añade.
De ser extraditado y enjuiciado en Estados Unidos, Assange podría ser condenado a 175 años de cárcel, si es declarado culpable de espionaje.
La defensa de Assange alega que él no tendría un juicio justo en el país norteamericano.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, ha dicho que Assange es libre de retornar a casa, pero que no intercederá por su liberación.
Para Navarro, la presión internacional en el caso de Assange es crucial, pero lamenta pensar que este capítulo es uno más de una larga saga.
“Estamos felices por Julian, pero aquí no termina la batalla. Es simplemente el comienzo”.
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