COVID-19 ha exacerbado debilidades de los países y dependencia australiana de China

World Health Organization agrees to independent coronavirus probe after Australia's push

World Health Organization agrees to independent coronavirus probe after Australia's push Source: SBS

La pandemia de COVID-19 “está volviendo a exacerbar todas esas debilidades” que tienen todos los países del mundo, y en particular, la dependencia australiana en el abastecimiento de ciertas cadenas de suministro claves por parte de China, comentó en una entrevista con SBS Spanish, el experto en seguridad César Álvarez.


La pandemia de COVID-19 ha evidenciado las debilidades de los países en el abastecimiento de las cadenas de suministro como es el caso de Australia, cuya industria manufacturera se ha visto cada vez más debilitada y necesita importar productos estratégicos, entre ellos los químicos para el tratamiento de sus aguas, de países como China.

“Los países son cada vez más dependientes, como es el caso de Australia, de cadenas de suministro que no son necesariamente propiedad del Estado o de compañías privadas con su casa matriz en Australia”, dijo a SBS Spanish, el experto en seguridad César Álvarez.

El experto en seguridad y terrorismo de la Universidad Charles Sturt remarcó que el control de las cadenas de suministro por otros países como China o por empresas chinas “va a presentar un riesgo al alza que tiene Australia para futuros escenarios” en lo que se refiere a los alimentos, combustibles y los servicios esenciales como la energía y las telecomunicaciones.


Puntos destacados

  • Un grupo de expertos en planificación de la Defensa australiana pronosticó el año pasado una crisis similar a la que se vive por la pandemia de COVID-19, en un informe que puso en evidencia que la vulnerabilidad de Australia está en la dependencia en sus cadenas de suministro.
  • El experto en seguridad, el colombiano César Álvarez, remarcó que el control de las cadenas de suministro por China o por empresas chinas representa un riesgo para Australia ante futuras crisis.
  • La crisis obliga, según el académico de Charles Sturt, a que Australia tenga conversaciones más abiertas con China, como es el caso de la propuesta para que se investigue el origen de la pandemia.

 

 Los comentarios de Álvarez se da a raíz de un reciente informe de la Defensa australiana en el que se pronosticó el año pasado una crisis similar a la que se vive por la pandemia de COVID-19 y se expuso las “vulnerabilidades” de los servicios esenciales en un escenario de crisis mundial.

En este informe se determinó que la dependencia de Australia de las importaciones para la atención de la salud, el tratamiento del agua, el combustible y el mantenimiento eran vulnerabilidades fundamentales.

El informe obliga a Australia “a pensar en cómo rediseñar o ajustar las cadenas de suministros para disminuir su dependencia, de la cadena global dee suministro, y cuando hablamos de los insumos químicos (de su dependencia) de China”, comentó Álvarez.

El experto en seguridad y terrorismo de la Universidad Charles Sturt remarcó que el control de las cadenas de suministro por países como China o por empresas chinas “va a presentar un riesgo al alza que tiene Australia para futuros escenarios” en lo que se refiere a los alimentos, combustibles, así como los servicios esenciales como la energía y las telecomunicaciones.

El informe, que establece una línea de tiempo respecto al colapso de los servicios esenciales en un período de tres meses si la crisis provoca una paralización del comercio mundial, contempla tres posibles escenarios de una potencial crisis: uno referido al impacto del cambio climático y los desastres naturales, otro que está dominado por el conflicto de las potencias mundiales y el tercero vinculado a una pandemia con tasas de mortalidad más grandes que las observadas durante la actual crisis de COVID-19.

En la investigación se notó que Australia, que importa el 90 por ciento de sus insumos médicos, agotaría sus provisiones en días, mientras que en una quincena sufriría por las restricciones de los equipos médicos.

“Son esas cosas ir Australia ponderando en un mundo que ya está presentando cambios muy profundos no solo por la pandemia sino también de cambios en el plano geopolítico en donde le poder dominante de China se hace cada vez más presente”, precisó el experto, al añadir el cambio climático a este nuevo escenario de riesgo.

Álvarez remarcó que existen diferencias muy profundas entre el mundo occidental y China, que si bien ha podido sacar de la pobreza a millones de personas, su visión sobre las libertades individuales y valores siguen causando discrepancia.

“En China uno se puede volver más rico, pero no más libre”, señaló.

El nuevo orden mundial con un China más poderoso

Australia tiene que repensarse en un nuevo escenario de orden mundial, en el que la pandemia puede contribuir a un mayor fortalecimiento de China.

“Si bien desde hace más de dos décadas se ha venido hablando del alza de China, el cambio de juego se ha presentado porque la pandemia está volviendo a exacerbar todas esas fragilidades que tienen los estados y la pregunta que se hacen todos los estados, que es la misma que va a llegar Australia, es si tendrían que elegir entre el tradicional aliado que es Estados Unidos y China”, comentó Álvarez.

“El primer ministro (australiano) ha dicho que esa no es una pregunta ordinaria, no es una dicotomía, pero en algunos aspectos pesa más en una democracia liberal como en Australia y es necesario ya tener esas conversaciones en donde en algunos aspectos se va a tener que hacer”, alertó.

Una de estas conversaciones ya comenzó dado que el gobierno australiano ha impulsado la necesidad de investigar el origen de la pandemia, que se cree surgió en un mercado húmedo de vida silvestre en Wuhan, así como de la gestión china de la pandemia.

“Se tiene que investigar la génesis del virus, los enfoques para tratar con él y cuestionar la apertura con la que se compartió la información, sobre la interacción de China con la Organización Mundial de la Salud y la interacción con otros líderes mundiales, todo ese tipo de cosas deberán estar sobre la mesa", expresó Payne el mes pasado.

El pedido de Australia ha causado fuerte malestar en China en un contexto en que Estados Unidos asegura que COVID-19 fue creado en un laboratorio de Wuhan, algo que ya el gobierno de Scott Morrison ha refutado al considerar que no existen evidencias que lo prueben.
Australia tiene como mayor socio comercial a China, un país con el que mantiene además frecuentes tensiones por sus distintas visiones e ideología, mientras que es fuerte aliado de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial.

Álvarez indicó que la situación es compleja porque mientras Estados Unidos siga siendo la economía más grande del planeta, China seguirá necesitando de su crecimiento para crecer, así como de las otras economías que están en alza.

“Ahora Australia encuentran otros problemas en seguridad porque sabemos que el modelo chino es autoritario”, precisó Álvarez al mencionar problemas como los reclamos territoriales en el Mar de China Meridional, en donde el gigante asiático se ha reforzado militarmente y existe una gran polémica mundial sobre la libre navegación.

Asimismo Australia ha aprobado una serie de leyes para evitar la interferencia extranjera en asuntos domésticos así como el espionaje telefónico, sin mencionar directamente a China, así como ha rechazado la compra de terrenos estratégicos y ha censurado la participación de Huawei en la red del 5G.

Por otro lado, Australia y Estados Unidos miran con preocupación la expansión de Pekín en países estratégicos del Pacífico a través de créditos blandos y la condición de que le den la espalda a Taiwán.

“Todas estas cosas son un cóctel muy peligroso porque se ha puesto en centro y en el debate nacional cuando se habla de política y seguridad nacional”, enfatizó.





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