Un grupo de chilenos refugiados en Australia tras huir del golpe y dictadura del general Augusto Pinochet en los años 70, envió el viernes una a la ministra australiana de exteriores Marise Payne, en la que expresan su “más profunda decepción y repugnancia por la participación de Australia en ese sangriento golpe de estado".
La reclama un acto de contrición por parte de las autoridades australianas: "Creemos que tenemos derecho a una disculpa sin reservas del Gobierno de Australia que, a través de su agencia secreta de inteligencia, interfirió en una nación soberana".
La carta es una reacción a la reciente publicación de documentos oficiales que demuestran que el gobierno australiano instaló en Chile una oficina de los servicios secretos australianos (ASIS) entre 1970 y 1973 a petición del gobierno estadounidense.
Los documentos, publicados en el , fueron entregados al ex oficial de inteligencia militar australiano, Clinton Fernandes, quien está envuelto en una larga lucha con audiencias judiciales que siguen activas, para que los archivos nacionales de Australia entreguen esta información.
Los documentos, aunque están bastante censurados, detallan asuntos organizativos de la oficina de ASIS en Chile.
Esta información corrobora lo que la periodista de investigación, Florencia Melgar y SBS Spanish, destaparan en 2013 con el trabajo periodístico, , (El otro 11 de septiembre), sobre la participación de Australia en el golpe de estado de Pinochet.
Uno de los impulsores y firmantes de la carta al gobierno, el periodista independiente y experto en política latinoamericana, Rodrigo Acuña, explicó a SBS Spanish que no le sorprendió esta confirmación de algo que ya sabían, pero que aún así ha provocado el enfado de los chilenos en Australia.“Es entendible que muchas personas están bastante molestas de saber que el gobierno australiano participó en esos eventos, interfirió en la política interior de un país soberano y democrático”, apunta Acuña.
Rodrigo Acuña, periodista independiente y experto en política latinoamericana, uno de los impulsores y firmantes de la carta al gobierno. Source: (Provided) Rodrigo Acuña
Uno de los detalles más reveladores de los documentos publicados recientemente, es cómo se tomó la decisión de cerrar la oficina de ASIS en Chile por parte del entonces primer ministro australiano, el laborista Gough Whitlam.
Esta decisión fue descrita como “agonizante”, porque Whitlam aparentemente sopesó los intereses australianos frente a los estadounidenses, contra los de la opinión pública si se llegara a saber públicamente sobre la presencia australiana en Chile.La carta, que se enviará también a políticos y parlamentarios, pide que "el gobierno de Australia desclasifique todos los archivos necesarios sobre las actividades de ASIS en Chile en la década de 1970".
An excerpt from one of the documents. Source: National Security Archive
Acuña insiste en la necesidad de conocer más detalles ya que según él, tras el cierre de la oficina de ASIS “un agente se quedó hasta el principio de 1974, por lo que es necesario saber en qué estuvo involucrado ese agente”, asegura.
Sin embargo, esa información no ha sido verificada.
Es entendible que muchas personas están bastante molestas de saber que el gobierno australiano participó en esos eventos, interfirió en la política interior de un país soberano y democrático.
Gustavo Mártin, investigador e historiador, es otro de los chilenos firmantes de la carta. Se le considera el primer refugiado chileno en llegar a Australia en 1974.
Mártin fue detenido y torturado al inicio de la dictadura en Chile, y no se mostraba muy esperanzado de que el gobierno australiano vaya a responder a sus peticiones de desclasificar documentos.“Yo dudo que el gobierno australiano lo haga. Yo pienso que primero ellos tendrían que consultarle a la CIA en Estados Unidos si les permiten o no revelar los documentos que tienen”, apunta.
Gustavo Mártin, investigador e historiador, firmante de la carta. Source: SBS
Según el investigador, existe un acuerdo entre ASIS y CIA para la salvaguarda de la información sensible y el chileno se remite a una reunión que sostuvo a principios de los años 90 con el ministro australiano de inmigración Gerry Hand, en la que “le solicitamos que expulsaran de Australia a una serie de agentes de inteligencia que habían participado en las operaciones de tortura y muerte de chilenos en el golpe de estado”.
Acorde al relato de Mártin, el ministro le dijo que ellos “no tenían el poder para hacerlo porque este es un convenio entre los departamentos de inteligencia de Australia y de Estados Unidos”.
SBS Spanish se ha puesto en contacto con el departamento de inmigración y está a la espera de recibir su respuesta sobre estas alegaciones.
Sin embargo, para el investigador es importante recibir una disculpa del gobierno australiano.
“Yo creo que lo merecemos, porque todos hemos sufrido las consecuencias del exilio”.
“Es cierto que llegamos a un país hermoso al que todos queremos mucho y que es parte de nuestra vida”, agrega Mártin.
“Yo espero que por lo menos ellos tengan la decencia y la calidad moral de pedirnos disculpas”.
Yo creo que lo merecemos, porque todos hemos sufrido las consecuencias del exilio.
Para Rodrigo Acuña, cuyo padre fue detenido y torturado por las fuerzas de seguridad chilenas, un reconocimiento y disculpa del gobierno australiano ayudaría a cerrar en parte, el trauma de lo vivido por su familia.
“Por supuesto, (sería) un reconocimiento de lo que ocurrió, que el estado australiano participó y estuvo equivocado en participar y en destruir la democracia de otro país”.