Por estos días, Camila Jensen Fernández está disfrutando la satisfacción de haber logrado, a punta de esfuerzo, perseverancia y paciencia, un sueño al que le dedicó los últimos tres años de su vida.
Después de fallar en su primer intento por convalidar sus estudios de odontología en Australia, esta chilena de 34 años decidió no rendirse ante los insuficientes resultados. Este año Camila volvió a someterse a las mismas pruebas de conocimientos teóricos y prácticos del para jugársela por conseguir el título de dentista en Australia.
No fue una decisión fácil, ni tampoco económica. Enfrentar estos dos procesos de evaluación, además de todos los costos emocionales, le han significado desembolsar más de diez mil dólares australianos entre traducciones, certificados y las repeticiones de los respectivos exámenes en dos oportunidades.