En el gran edificio abovedado del Capitolio de Estados Unidos, inicialmente fuera de la vista de las cámaras, ocurrieron escenas que parecían bastante similares a un golpe de Estado o a un ataque de terrorismo doméstico.
Tensos oficiales desenfundaron las armas mientras los legisladores se ponían máscaras de gas y los manifestantes rompían las ventanas: esto ocurrió el día en que el intento del presidente Donald Trump de revertir las elecciones estadounidenses se fue de las manos.
Los alborotadores lograron rápidamente su principal objetivo: suspender la ceremonia que acababa de comenzar, en la cual los senadores se disponían a certificar la victoria electoral del demócrata Joe Biden sobre Trump en noviembre.
Puntos destacados:
- Una protesta de partidarios de Donald Trump obligó a la suspensión de una sesión del Congreso, que horas más tarde se reanudó y rechazó la primera objección al triunfo electoral de Joe Biden.
- Los manifestantes, que protestan por la derrota electoral del mandatario saliente, se enfrentaron a la Policía, y una mujer resultó muerta.
- Políticos estadounidences de renombre han condenado fuertemente los acontecimientos y han acusado al Presidente Donald Trump de incitar la violencia.
Ondeando sus banderas azules y los gorros rojos de la campaña de Trump, los simpatizantes del presidente saliente irrumpieron en el edificio y avanzaron derecho a la cámara de debates.
Los legisladores recibieron máscaras de gas para que se protegieran del gas lacrimógeno mientras huían por su seguridad.
Para aquellos que huían, era una carrera contra el tiempo: los manifestantes estaban entrando tan rápidamente como salían los miembros del Congreso.
Una mujer resultó herida de un disparo de bala en el edificio del Capitolio. De acuerdo a una portavoz de la policía, la víctima, simpatizante de Trump, murió más tarde.
En la Cámara de Representantes, una foto que se viralizó en Twitter mostró a guardias de seguridad, vestidos de civil, apuntando con pistolas a través de la ventana rota de una puerta a los intrusos que pretendían entrar.
Algunos ocuparon la oficina de la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, y se tomaron fotografías ocupando burlonamente su escritorio. Otros posaron para las fotos, cual tropas vencedoras, en la Cámara del Senado.
Trump había prometido a sus seguidores que este miércoles sería un día "salvaje" para la capital de Estados Unidos.
Y así fue.
"No veo nada como esto desde que estuve desplegado en Irak", dijo Mike Gallagher, un legislador republicano y veterano de guerra, al canal de noticias CNN.
Congress staffers barricade themselves in the US Capitol after Trump supporters stormed inside. Source: AFP/Getty Images
Respondiendo la llamada del líder
Tras varias horas de caos, Trump emitió un corto video en Twitter donde pedía a la gente que volviera a sus casas.
Pero no había ninguna señal de arrepentimiento; mucho menos de condena de la violencia que se había suscitado.
En cambio, utilizó el video en la Casa Blanca para repetir afirmaciones falsas e incendiarias según las cuales le habrían "robado la elección".
"Los amo. Ustedes son especiales", añadió, felicitando al tumulto.
Desde noviembre, Trump ha estado intentado revertir el resultado de las elecciones.
La diferencia es que, dos semanas antes de la inauguración de Biden el 20 de enero, las tácticas de Trump se volvieron más crudas.
Inicialmente intentó anular los resultados en tribunales y llegó hasta la Corte Suprema con afirmaciones insostenibles sobre un supuesto fraude electoral masivo.
Tras su fracaso en esta instancia, trató de que los funcionarios electorales locales "encontraran" votos adicionales a su favor, como pidió en una llamada telefónica a uno de ellos en Georgia.
Finalmente, dijo abiertamente a su vicepresidente, Mike Pence, que encontrara la forma de anular la ceremonia de certificación de este miércoles.
Pero Pence respondió que no tenía ninguna autorización constitucional para hacerlo. Y esto enfureció a Trump.
De modo que el trabajo quedó en manos de los simpatizantes del presidente.En un discurso de más de una hora en una explanada cercana a la Casa Blanca, Trump les dijo un torrente de afirmaciones falsas y teorías conspirativas y los alentó a marchar al Congreso.
Protestors enter the Capitol building during a joint session of Congress in Washington, DC on Wednesday, January 6, 2021 Source: Chris Kleponis/Sipa USA
En minutos, la turba subía en tropel los escalones del Capitolio. Luego, pequeños grupos violentos se enfrentaron con la policía y finalmente pudieron entrar.
Imágenes de televisión mostraron a hombres, algunos con ropa militar, rompiendo una ventana y trepando hacia ella. Otros se subieron a los techos de los vehículos negros de los oficiales, estacionados frente al Congreso y abandonados por sus conductores.
"¡USA, USA, USA!", gritaban los manifestantes cuando se batían con los oficiales, tumbando postes y arrojando escombros.
"No nos pueden detener a todos", gritó un hombre en un megáfono, cuando urgía a la multitud a entrar al Capitolio.
Uno de los participantes, Jordan Shackleford, de 25 años, insistió en que estaba del lado de la razón. Había conducido desde Oklahoma, en el centro del país, para apoyar a Trump.
"Ellos manipularon la elección", insistió.
Al acabar la jornada, la policía intentó despejar a los últimos rezagados antes de que entrara en vigor un draconiano toque de queda en Washington. Pero la amenaza persistía.
Al ver una zona acordonada donde se congregaban los periodistas que intentaban cubrir las escenas fuera del Congreso, un grupo de unos 45 violentos partidarios de Trump lanzaron las cámaras al suelo y destruyeron sus equipos, gritándoles "traidores".
"¡Nosotros somos las noticias ahora!", gritaba uno de ellos.Biden calificó la violencia de "insurrección" y exigió que Trump saliera inmediatamente en la televisión nacional para instar a sus seguidores a levantar la toma.
Protesters enter the Senate Chamber. Source: Getty Images
"Nuestra democracia está bajo un ataque sin precedentes", dijo el presidente electo desde su base en Delaware.
"Esto no es disensión. Es desorden. Es caos. Bordea la sedición. Y debe terminar ahora".
Poco después, Trump difundió un video en el que pidió a sus partidarios que se retiraran, pero mantuvo sus infundadas afirmaciones de fraude electoral.
"Entiendo su dolor (...) tuvimos una elección que nos fue robada. Pero tienen que volver a casa ahora", dijo.
En una decisión poco común, las compañías de redes sociales restringieron o eliminaron el video del presidente, diciendo que podría alentar a la violencia, y bloquearon temporalmente al mandatario de sus plataformas.
Después de cuatro horas, las autoridades dijeron que habían retirado a los manifestantes del Capitolio, pero cientos de partidarios de Trump permanecieron afuera, desafiando el toque de queda de 12 horas impuesto en toda la ciudad por la alcaldesa Muriel Bowser.
"Leerán sobre esto en los libros de historia", dijo en la escalinata del Capitolio Sonya Fitzgerald, una partidaria de Trump de 43 años llegada de Florida.
People shelter in the House gallery as protesters try to break into the House chamber. Source: AP
"Incitando a un golpe"
Historiadores dijeron que era la primera vez que se tomaba el Capitolio desde 1814, cuando los británicos lo quemaron durante la guerra de 1812.
Durante más de dos siglos, la sesión conjunta del Congreso para ratificar formalmente al ganador de las elecciones había sido un trámite meramente formal, pero Trump instó a los miembros de su Partido Republicano a rechazar el resultado.
"El presidente de Estados Unidos está incitando a un golpe. No seremos intimidados. No seremos disuadidos", tuiteó la congresista demócrata Karen Bass, que generó el respaldo de múltiples legisladores.
El expresidente George W. Bush denunció a sus correligionarios republicanos. "Así es como se disputan los resultados electorales en una república bananera, no en nuestra república democrática", dijo.
Los expresidentes demócratas Bill Clinton y Barack Obama también deploraron lo ocurrido, pero no se sorprendieron.
"La mecha fue encendida por Donald Trump y sus más ardientes allegados", dijo Clinton.
Obama dijo que los disturbios en el Congreso fueron "incitados" por Trump, "que ha continuado mintiendo sin fundamentos sobre el resultado de una elección legítima".
Protesters storming the Capitol building during a joint session of Congress in Washington, DC, on 6 January, 2021. Source: AAP
"Espiral mortal"
Tal como anunció la presidenta de la cámara, la demócrata Nancy Pelosi, el Congreso reanudó su sesión la misma noche del miércoles, demostrando que no se dejaría intimidar por la violencia.
No hay dudas de que Biden se convertirá en presidente, dado que los demócratas ya controlan la Cámara de Representantes. Pero más de 140 congresistas y una docena de senadores republicanos se han puesto del lado de Trump para contestar los resultados.
El líder republicano del Senado, el senador Mitch McConnell, estrechamente alineado con Trump durante toda su presidencia, denunció empero el cuestionamiento del mandatario.
"Los votantes, los tribunales y los estados han hablado. Si los invalidamos, se dañará a nuestra república para siempre", dijo McConnell, quien perderá su posición de líder de la mayoría en el Senado.
"Si esta elección fuera anulada por meras acusaciones del lado perdedor, nuestra democracia entraría en una espiral mortal", dijo McConnell, quien también acusó a los demócratas de no aceptar la sorpresiva victoria de Trump en 2016.El líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, expresó su alarma momentos antes de que los manifestantes ingresaran al Capitolio, diciendo: "Tristemente, y peligrosamente, una parte del Partido Republicano cree que su supervivencia política depende del respaldo de un intento de golpe".
Protesters scale the walls of United States Capitol Building in Washington, D.C. Source: STRMX
Pero el senador Ted Cruz, un republicano, presionó contra la certificación de Biden diciendo que muchos estadounidenses no aceptaban los resultados de las elecciones y necesitaban una investigación.
"Les pediría a ambas partes tal vez un poco menos de certeza y un poco más de reconocimiento de que estamos reunidos en un momento en que la democracia está en crisis", dijo Cruz poco antes de los disturbios.
"Nunca concederemos"
El propio Trump había arengado más temprano a sus seguidores que marcharan hacia el Capitolio. Bajo densas nubes grises y con la Casa Blanca de fondo, Trump advirtió a los republicanos "débiles" que no certificaran la victoria de Biden y presionó directamente al vicepresidente Mike Pence, quien presidía la sesión.
"Nunca nos rendiremos. Nunca cederemos", dijo Trump a la multitud que lo vitoreaba. "Espero que Mike tenga el coraje de hacer lo que tiene que hacer".
Mientras Trump todavía estaba hablando y el Congreso abría la sesión, Pence, obedientemente leal a Trump durante cuatro años y callado desde las elecciones, dijo que no creía tener autoridad para intervenir.Pence fue sacado apresuradamente del Capitolio tras la intrusión y en un comunicado instó a los partidarios de Trump, algunos de los cuales habían comenzado a gritar contra él, a "detenerse ahora".
People shelter in the House gallery as protesters try to break into the House Chamber. Source: AP
En los últimos días, miles de partidarios de Trump se habían estado congregando a instancias suyas en Washington, donde la presencia policial era mayor y muchos negocios ya habían sido tapiados por miedo a enfrentamientos.
"No puedo decir que respeto nuestro proceso electoral", dijo a la AFP Gail Shaw, de 76 años, quien viajó desde Nueva Jersey. "Recuperaremos nuestra nación".
Biden obtuvo más de siete millones de votos más que Trump y cosechó 306 de los 538 votos del Colegio Electoral que determina el ganador de la Casa Blanca. A pesar de sus afirmaciones de que la elección fue amañada, los republicanos no pudieron probar en los tribunales ni una sola acusación de fraude.
Jake Angeli (centre) - known online as the ‘Q Shaman’ - pictured inside the Capitol. Source: Getty Images
Triunfo demócrata en Georgia
Los incidentes en el Capitolio se produjeron después de una histórica doble elección senatorial en Georgia, tras la cual el Partido Demócrata se alzó con el control total del Congreso, clave para la agenda de Biden.
La debacle republicana se selló cuando Jon Ossoff, un productor audiovisual de 33 años, fue proclamado ganador la tarde del miércoles de una las dos elecciones de segunda vuelta del Senado realizadas el martes en ese estado sureño.
Según las proyecciones, Ossoff desbancó al senador republicano David Perdue, luego de que Raphael Warnock, pastor de la iglesia de Atlanta donde predicó Martin Luther King, derrotara en la otra de las contiendas en Georgia a la republicana Kelly Loeffler, una empresaria designada al Senado en diciembre de 2019 para cubrir una vacante.
El miércoles temprano, Biden dijo que llamó a Ossoff y a Warnock, el tercer afroestadounidense en lograr un escaño en el Senado por un estado del sur, para felicitarlos. Biden elogió a los votantes de Georgia por entregar "un mensaje contundente".
Texto de AFP
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