Los líderes liberales y laboristas están tratando de aprovechar las próximas semanas para ganar puntos con los electores, antes de que los votantes se desconecten por las vacaciones de verano.
En los últimos días, mientras que el partido laborista ha realizado importantes anuncios esbozando las políticas que llevarán a la elección, un coro de políticos liberales, entre ellos el primer ministro Scott Morrison, están abiertamente apoyando una posible candidatura de la popular ex premier de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, para el escaño federal de Warringah, ubicado en las playas del norte de Sydney.
A pesar de que aún no ha culminado la investigación pendiente sobre las acciones de Berejiklian en un caso de presunta corrupción, Morrison nuevamente desestimó la investigación de la Comisión Independiente Contra la Corrupción (ICAC, por sus siglas en inglés), y ha salido a los medios alentando a Berejiklian para que considere postularse.
“La forma en que Gladys Berejiklian ha sido tratada sobre este asunto ha sido vergonzosa,” dijo Morrison. “Si quisiera unirse a nuestro equipo, sería muy bienvenida”.
Gladys Berejiklian renunció como premier de Nueva Gales del Sur luego de que el organismo anticorrupción del estado, ICAC, anunciara una investigación sobre si la exlíder había violado la confianza pública, y si se hizo la vista gorda ante hechos de presunta corrupción, mientras estaba en una relación amorosa secreta con el exdiputado Daryl Maguire.
Berejiklian niega haber hecho nada malo o inapropiado.
El primer ministro, Scott Morrison insiste en que su colega es inocente, a pesar de que la comisión independiente no ha concluido su investigación.
No llamo a eso justicia. Lo que vi es un apilamiento por todos los flancos. No hay ninguna sugerencia de conducta criminal por parte de Gladys Berejiklian, nada en absoluto.
Por su parte, el portavoz del laborismo para la cartera de Energía y Cambio Climático, Chris Bowen, ha dicho que los comentarios del primer ministro socavan la autoridad de la comisión anticorrupción.
“ICAC no es una bandeja de comida para picar, donde puedes elegir los hallazgos que te gustan y rechazar los que no te gustan. ICAC es un organismo legalmente independiente que debe ser respetado,” señaló Bowen.
La preselección liberal para varios escaños de Nueva Gales del Sur, incluyendo el asiento de Warringah, se retrasó hasta el 14 de enero. Según los informes, la decisión se tomó para darle a Berejiklian más tiempo para considerar su candidatura. Pero ICAC no publicará sus hallazgos antes de esa fecha.
El ex primer ministro, Tony Abbott, ex diputado de Warringah, también ha apoyado públicamente a la ex premier de Nueva Gales del Sur para que se presente como candidata, así como el ministro de Economía, Simon Birmingham, y la ministra de Medio Ambiente, Sussan Ley.
El politólogo y experto electoral de la Universidad de Griffith, Ferran Martínez i Coma, advierte que considera asombroso que Morrison esté apoyando la candidatura de Berejiklian y defendiendo su integridad sin antes conocer el resultado de la investigación anticorrupción.
“A mi me ha sorprendido mucho el asunto del ICAC y la crítica tan furibunda que ha realizado sin conocer primero ninguna de las resoluciones (de la investigación anticorrupción),” dijo.
En ese sentido, apunta que de aceptar Berejiklian la candidatura, será interesante cómo reacciona el electorado de Warringah, un distrito sumamente afluente y tradicionalmente liberal, pero al cual le preocupa el cambio climático, un asunto controversial para el partido liberal.
“El partido liberal tiene visiones encontradas porque, por un lado, tiene la coalición con los Nacionales que no se sabe qué pretende (en política climática), y por otro lado, tienen candidatos intentando atemperar el asunto medio ambiental … pero el partido liberal ha perdido esa agenda”.
La agenda climática del laborismo
Tras meses de secretismo en cuanto a cuál sería su política climática, el Partido Laborista finalmente anunció un objetivo de reducción de emisiones del 43 por ciento para el 2030.
Chris Bowen lo describió como una meta “ambiciosa, pero que se puede lograr”.
“Los Liberales publicaron un folleto. Nosotros publicamos un plan integral”, añadió el portavoz laborista para el Cambio Climático.
El plan del laborismo ha sido respaldado por varios grupos empresariales e industriales de gran poder y envergadura, como lo son el Business Council of Australia y el Australian Industry Group. Grupos empresariales anteriormente habían criticado la agenda climática del laborismo en las elecciones federales pasadas, en 2019.
El primer ministro, Scott Morrison respondió desestimado el apoyo de los empresarios al laborismo, y les ha advertido que realmente quieren ir más más allá de lo que dice, para asegurar el apoyo de los Verdes.
“El 43 por ciento es solo la oferta inicial del Partido Laborista. El objetivo de reducción de los Verdes es el 75 por ciento. Si votas al laborismo, en realidad estás votando por los objetivos de los Verdes,” dijo Morrison.
Pero Chris Bowen ha rechazado esa afirmación, explicando que el laborismo mantendrá la meta en un 43 por ciento.
Labor frontbencher Chris Bowen has been sidelined from the federal election campaign trail after testing positive to the virus. Source: AAP
Bajas de figuras claves del Partido Liberal antes de la elección
El año parlamentario también ha culminado con los anuncios de renuncia de al menos dos figuras importantes del gabinete de Morrison, que definitivamente no participarán en la próxima elección, más otro exministro cuyo futuro está en entredicho. Estas bajas han sido interpretadas como un golpe para el partido liberal.
Entre los políticos salientes está el ministro de Salud, Greg Hunt, quien ha sido clave durante la pandemia.
El exfiscal general, Christian Porter, también manifestó que se retirará de la política. Porter se autoidentificó como el sujeto al centro de una acusación sexual histórica que él niega, e inició un proceso legal por difamación contra la cadena ABC que publicó los alegatos en su contra. No obstante, Porter luego retiró la denuncia. El ex fiscal general se ha negado a publicar quien financió su defensa legal, la cuál fue pagada por medio de un fondo anónimo estimado en un millón de dólares.
Por su parte, Alan Tudge, quien fuera ministro de educación, no ha renunciado, pero tuvo que hacerse a un lado la semana pasada, ya que está siendo investigado por su supuesta conducta abusiva durante una relación extramarital consensual con su exasesora política, Rachelle Miller. Tudge niega las acusaciones en su contra.
Martínez i Coma explica que los electores tendrán que considerar quién se va y por cuáles razones.
“No creo que sea lo mismo Greg Hunt en sanidad que en el caso de Porter, o el de Tudge en educación. En el caso de Hunt, él tiene mucho tiempo en política, y este último año y medio ha debido ser brutal, y probablemente decida retirarse”.
Con los otros dos, tanto como Porter como Tudge han sido salpicados por escándalos de carácter sexual. En el caso de Porter, no sabemos quien ha financiado su defensa, que es una cosa muy seria.
Sin embargo, Martínez i Coma considera que el hecho de que el partido liberal pierda a estas figuras claves y se enfrente a escándalos, eso no significa que vayan a perder las elecciones, ya que todo depende de las alianzas tradicionales de los electores en cada distrito.
“Si son distritos donde siempre han ganado los liberales por 10 o 12 puntos, prácticamente con que tengas una candidata o un candidato sensato, puedes renovar la confianza. La cuestión es cuántos de esos asientos son marginales”.
En ese sentido, el politólogo apunta que los electores “pueden perdonar errores”.
“Si ha habido casos de corrupción o cosas que están mal, la gente lo suele perdonar. Lo que no suele perdonar la gente es la inacción”.
“El partido liberal tiene un problema. Pero el que tengan un problema, no implica que vayan a perder las elecciones”, concluye.