Roberth Piñarete Villanueva creció en una humilde granja cafetera en Colombia, pero desde pequeño soñaba con ser fotógrafo.
“(Quería ser) doctor en fotografía, ese era y ha sido siempre uno de los sueños, poder ser uno de los mejores fotógrafos … en Colombia”, admite Villanueva en entrevista con SBS Spanish.
El aroma del café es la esencia de lo que soy yo, de mi pasado.
La fotografía fue siempre parte de su proyecto de vida en Colombia, incluso mientras estudiaba diseño gráfico y aún cuando empezó a trabajar como profesor en la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Bogotá y como ingeniero de computadoras en La Salle College.Pero con el transcurso de los años Roberth comenzó a mirar hacia el futuro donde se enfrentó con el gran deseo de viajar a Australia para explorar nuevas oportunidades.
Roberth Piñarete Villanueva “… para mí el café colombiano sigue marcando, por su historia, por su trascendencia". Source: Supplied (R.P.V)
Al igual que la mayoría de los inmigrantes, lo primero que hizo cuando llegó al país fue estudiar inglés y poco después se incribió en un posgrado en diseño gráfico, mientras entretenía su gran pasión por la fotografía.
“Bueno, me vine con lo poco que tenía de equipos, una camarita pequeña y un trípode que todavía lo sigo utilizando”, recuerda.
Vivió sus primeros años en alojamientos en el centro de Melbourne, la capital del estado de Victoria, donde pasaba gran parte de su tiempo libre observando el ir y venir de la gente y fotografiando paisajes urbanos.
“Estaba viviendo exactamente en la ciudad… y pues miraba esto del café todos los días… (miraba como) la gente hacía fila por un café”.
“Es increíble, el tema del café aquí casi que acapara lo artístico, o sea, una persona que va a una exhibición lleva una taza de café en la mano”.
Es increíble como el tema del café aquí (Australia) casi que acapara lo artístico.
Asombrado con algunas de las escenas que observaba, Roberth recuerda el impacto transformador en su persona tras captar la obsesión de los australianos con el café. Comenzó a sacar su cámara, papel y lápiz y se “sentaba en los cafés de la ciudad” a registrar los acontecimientos más llamativos.
En esos intercambios tuvo la oportunidad de conocer a un barista para quien la preparación de cafés “no significaba una pasión”, más bien una forma de sustentar sus ingresos.
Cuando usted huele un café, ¿qué pasa? Yo tengo esos dos o tres segundos donde me devuelvo a mi niñez.
Además de impresionarlo, la demostración le despertó ideas para incorporar en su profesión, los conocimientos que había aprendido en la finca de café de su familia en Colombia.
En la actualidad Roberth integra sus conocimientos cafeteros con la profesión de barista, diseñador gráfico y fotógrafo. Esta estrategia laboral lo ha ayudado a construir una reputación como experto en sabores, elaboración y preparación de cafés.
“Cuando usted huele un café, ¿qué pasa? Yo tengo esos dos o tres segundos donde me devuelvo a mi niñez, me devuelvo a mis raíces a donde era yo como colombiano... Me devuelve y me recuerda a mi mamá, a mi papá, a mi familia. El aroma del café es la esencia de lo que soy yo, de mi pasado”, explica Villanueva quien ha escogido a Canberra, la capital de Australia, como sitio de residencia y desde donde trabaja como representante de los cafés colombianos en Australia con el respaldo de la embajada colombiana en Canberra.
… mí me gusta ver cómo el café cae en la tasa… y (me gustaba) ponerme a pintar con lo que sobraba del café.
Su éxito en Australia en parte se debe a la forma en la que Villanueva elabora el café, llevándolo a un punto casi artístico.
“Sí, a mí me gusta ver cómo el café cae en la tasa… y (me gustaba) ponerme a pintar con lo que sobraba del café”, recuerda el colombiano, quien ahora encabeza varios proyectos de negocios y una academia donde los alumnos aprenden sobre los diferentes tipos de cafés y cómo elaborar “la mejor taza de café”.Y precisamente sobre el tema del mejor café del mundo, Roberth opina que solo hay uno.
“Sí, a mí me gusta ver cómo el café cae en la tasa… y (me gustaba) ponerme a pintar con lo que sobraba del café”, Source: Supplied (R.P.V)
“… para mí el café colombiano sigue marcando, por su historia, por su trascendencia… (confieso)… que para mí el café que yo verdaderamente considero uno de los mejores por la historia que tengo de ese café efectivamente, es el colombiano”.
La pasión por el café en Australia
El café percolado fue traído por primera vez a Australia por los inmigrantes italianos y griegos después de la Segunda Guerra Mundial. Ellos introdujeron la máquina de espresso recién inventada en Europa.
En esa época había muy pocos locales que servían café elaborado con estas máquinas por lo que la mayoría de los inmigrantes utilizaban cafeteras domesticas para disfrutar de un “buen café” en casa mientras los australianos de origen anglo-celta consumían té o café instantáneo.
Hoy en día, las opciones de lugares para tomar un buen café se han extendido a lo largo y ancho del territorio y los gustos de la población australiana por los diferentes tipos de café se han vuelto más sofisticados que nunca, con una mayor apreciación por el café espresso de calidad.
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