Al tiempo que Australia registra más de 37,000 casos nuevos de COVID-19, una cifra que se estima se podría duplicar esta semana, el país se enfrenta al colapso del sistema de pruebas para detectar el virus: continúan los retrasos en las pruebas PCR y las pruebas rápidas de antígenos (RAT, siglas en inglés) escasean en las farmacias, lo que ha propiciado la especulación de precios y un mercado negro de pruebas.
Nueva Gales del Sur, el estado australiano más golpeado por la irrupción de la variante ómicron, reportó este lunes 20.794 casos de COVID-19 y cuatro fallecidos, mientras que Victoria registró 8.577 contagios y tres fallecimientos. Por su parte, Queensland sumó 4.249 nuevos casos, Australia del Sur 2.552, Tasmania 466 y el Territorio Capital Australiano (ACT) 514 nuevos contagios.
Sin embargo, el primer ministro, Scott Morrison, ha dicho a la prensa que lo importante es que aún el número de pacientes en cuidados intensivos y en ventiladores es estable, a pesar del alza en el número de infecciones.
Es importante que, con el aumento del número de casos, veamos que la gravedad de esta enfermedad ya está demostrando ser alrededor de un 75 por ciento menor de lo que vimos con Delta. El aumento del número de casos es parte de la variante ómicron, es parte de la nueva fase de la pandemia en la que estamos.
No obstante, Nueva Gales del Sur ya superó las 1.200 hospitalizaciones y el número de pacientes con coronavirus en cuidados intensivos (UCI) aumentó de 83 a 95. En Victoria, hay 491 personas que reciben tratamiento por COVID-19 en los hospitales estatales; 56 están en UCI y 24 con ventiladores.
También se piensa que el número de infecciones es mucho mayor al contabilizado, debido al embudo causado por la alta demanda y los retrasos en la entrega de los resultados de las pruebas. Muchas clínicas y laboratorios de testeo cerraron durante el asueto navideño y de fin de año, o han operado con menor capacidad.
Médicos y el personal sanitario temen que el incremento de casos de COVID, eventualmente se traduzca en un aumento en el número de personas que necesiten ser hospitalizadas. Este lunes, las autoridades de Victoria han pedido a la población a que no vaya a las salas de emergencia si tienen síntomas leves de COVID-19, ya que éstas están al borde del colapso.
Puntos destacados:
- El Sindicato de Servicios de Salud (HSU) advirtió que el personal exhausto de los hospitales de Nueva Gales del Sur está sintiendo los efectos de la "inversión insuficiente", advirtiendo que el sistema hospitalario llegará a una fase crítica en dos o tres meses.
- El tesorero Josh Frydenberg dijo que el gobierno federal ha ordenado pruebas de antígenos más rápidas (RAT) y se espera que los estados reciban más suministros, después de realizar pedidos de 84 millones de pruebas.
- El primer ministro Scott Morrison dice que las pruebas rápidas de antígenos serán gratuitas para las personas que deben realizarlas como contactos cercanos, pero que el gobierno federal no las dará a todos sin costo.
- El experto estadounidense en enfermedades infecciosas, el Dr. Anthony Fauci, dice que, si bien el país está experimentando un "aumento casi vertical" en los casos causados por la variante ómicron, el pico puede estar a solo unas semanas.
Los expertos en economía y académicos Steven Hamilton y Richard Holden, señalaron al diario Sydney Morning Herald que, aunque los responsables políticos indican que las hospitalizaciones actuales son bajas y la situación se desarrolla según lo previsto, las cifras indican que desde el viernes se han incrementado las hospitalizaciones en un 28 por ciento y las de cuidados intensivo en un 20 por ciento.
Fuentes han dicho a SBS Spanish de manera confidencial que varios hospitales están ya en alerta roja, aunque el flujo de casos en las UCIs de los hospitales más importantes de Sídney es aún manejable.
Para aliviar la carga de los laboratorios, el gobierno australiano modificó la semana pasada el concepto de “contacto cercano” a una persona positiva al COVID, y cambió las directrices en cuanto al periodo de aislamiento. De acuerdo con las nuevas indicaciones, los contactos cercanos deben someterse a las pruebas rápidas de antígenos caseras RAT, antes de hacerse una prueba PCR.
Sin embargo, estas pruebas rápidas escasean, por lo que hay denuncias múltiples de especulación de precios.
Ante la escasez de las pruebas RAT, el alza de sus precios y la falta de acceso de las personas de bajos recursos a estos medios, el primer ministro Scott Morrison afronta una fuerte presión para que las ponga a disposición de la población de forma gratuita.
En ese sentido, Morrison declaró este lunes que las personas consideradas como contactos cercanos podrán someterse a una prueba de antígenos de manera gratuita si son asintomáticos, pero que el resto deberá pagarlo de su propio bolsillo.
Por su lado, el Tesorero, Josh Frydenberg, informó este lunes que el Ejecutivo ha ordenado 84 millones de kits.
Frydenberg recalcó que las pruebas de antígenos serán subsidiadas para las personas en las residencias de ancianos y aquellos considerados como vulnerables a través de la seguridad social o quienes cuenten con carnés de concesión, para que les cueste la mitad del precio de mercado, que normalmente es de $10 por prueba, aunque en los últimos días algunas farmacias han vendido cada unidad por más del doble.
El farmaceuta, Elías Juanas, contó a SBS Spanish que sabía de casos de personas y comercios que han acudido al mercado negro para poder acceder a las pruebas RAT, debido a la escasez.
Asimismo, el farmaceuta confirmó que los distribuidores más importantes de productos farmacológicos en Australia no cuentan con los suministros suficientes y aún se desconoce cuánto tardarán en llegar los insumos al país.
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