Sinopsis:
Los líderes federales y estatales se reunieron el miércoles en una sesión del Gabinete Nacional para abordar las presiones que enfrentan aquellos que luchan por mantener un techo sobre sus cabezas.
Los temas que dominaron fueron la asequibilidad de la vivienda y el estrés del alquiler.
El Gabinete Nacional decidió impulsar la construcción de 1,2 millones de nuevas viviendas lo que supone 200.000 más de lo planeado anteriormente. Esto ocurriría a partir del 1 de julio del año que viene.
Para llegar allí, el primer ministro está dispuesto a desbloquear 3.500 millones de dólares adicionales en fondos federales.
Además, 3 mil millones de dólares para el Bono de Vivienda Nueva para los estados y territorios que cumplan con sus objetivos de construcción y otros 500 millones para el suministro de viviendas para conectar servicios esenciales o mejorar la planificación.
Pero el problema más apremiante, para uno de cada tres australianos, es el alquiler.
El gabinete también acordó fortalecer algunas protecciones para inquilinos, incluido el desarrollo de una política coherente a nivel nacional que detallará los motivos razonables para el desalojo.
Además han señalado un movimiento potencial para limitar los aumentos de alquiler para que se produzcan sólo una vez al año.
El portavoz de vivienda de los Verdes, Max Chandler-Mather, dijo que esto no es suficiente para abordar las preocupaciones urgentes de los inquilinos.
Y el portavoz de la oposición para la vivienda, Michael Sukkar, también ha calificado la política discutida hoy como insuficiente para abordar los problemas de asequibilidad.
El economista Charlie Ríos analiza para SBS Spanish las propuestas del gabinete y explica que congelar las subidas del precio del alquiler sería empeoraría más la situación de los inquilinos.