Puntos destacados:
- Los enfrentamientos entre ELN y las disidencias de las FARC han dejado más de 80 muertos y 18,000 desplazados están motivados por la lucha por el control de los cultivos de coca y las rutas del narcotráfico.
- Excombatientes de las FARC, firmantes del acuerdo de paz de 2016, han sido víctimas de ataques y asesinatos.
- El gobierno de Gustavo Petro suspendió los diálogos de paz con el ELN tras los ataques en la región y declaró el estado de conmoción interior y emergencia económica.
Sinopsis:
La región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, Colombia, enfrenta una de las crisis humanitarias más graves de su historia reciente. Los enfrentamientos entre guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC han dejado cerca de 80 muertos y más de 18,000 desplazados, según cifras de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Entre las víctimas están firmantes del acuerdo de paz en el Catatumbo en 2016. Son excombatientes de las FARC que se reincorporaron a la vida civil a través de programas de capacitación y reinserción. Sin embargo, han sido blanco de ataques y asesinatos por parte de estos grupos armados.
Desde la Defensoría del Pueblo, la situación delicada en el Catatumbo fue alertada al gobierno Nacional el 15 de noviembre pasado, cuando advirtió que "la existencia de una disidencia de las FARC fortalecida y expandida y una eventual confrontación entre ella y el ELN conduciría a la región a una crisis desproporcionada y de elevados costos humanitarios".
El principal motivo detrás de los combates en el Catatumbo entre el ELN y las disidencias de las FARC es el control de los cultivos de coca y las rutas del narcotráfico. Esta región próxima a Venezuela es estratégica debido a su alta producción de coca, lo que la convierte en un territorio codiciado por ambos grupos armados.
Los enfrentamientos entre ambos grupos han sido intensos y brutales. Ambas han utilizado tácticas de guerrilla, emboscadas y ataques sorpresa para ganar control territorial.
La población afectada en el Catatumbo es mayoritariamente rural y campesina. Además, la región alberga una significativa población indígena, que también ha sido gravemente afectada por el conflicto.
En Cúcuta, el estadio General Santander se ha convertido en un albergue improvisado para miles de personas que huyen de la violencia. El alcalde de Tibú, Richard Claro, mencionó las tareas humanitarias que realizan.
El ELN estaba en proceso de negociaciones de paz con el gobierno del izquierdista Gustavo Petro desde finales de 2022. El mandatario suspendió los diálogos con este grupo guerrillero por los ataques en la región del Catatumbo y declaró el estado de conmoción interior y la emergencia económica, que autoriza la suspensión de ciertos derechos y garantías y la posibilidad de implementar acciones militares sin las restricciones habituales.
El ELN, bajo el mando de alias Alfredo, ha desplegado a más de mil combatientes y 900 redes de apoyo a la violencia en la región. El grupo difunde videos en redes sociales incitando a continuar la confrontación en el Catatumbo.
Por su parte, las disidencias de las FARC, lideradas por alias Andrey Avendaño, han movilizado a sus fuerzas para mantener el control de las rutas del narcotráfico.
Esta crisis en el Catatumbo pone en jaque los esfuerzos de reconciliación y evidencia la fragilidad de los acuerdos de paz en un contexto de lucha por el control territorial y recursos. Las comunidades afectadas claman por protección y una pronta solución que les permita regresar a sus hogares.