La Asociación Médica Australiana (AMA por su siglas en inglés) está pidiendo una estrategia de comunicación más eficaz para convencer a la gente de que se vacune contra el COVID-19, y advierten que los australianos son "blancos fáciles" hasta que una parte mucho mayor de la población esté protegida.
Esto se produce después de que se publicaran nuevas encuestas que sugieren que un tercio de los adultos australianos no estaban dispuestos a vacunarse contra el coronavirus.
Las dudas sobre los efectos secundarios encabezan la lista de razones para dudar de la vacuna, mientras que muchas personas también creen que no hay prisa por vacunarse mientras las fronteras internacionales sigan cerradas.
El Primer Ministro, Scott Morrison, dijo que no estaba preocupado por los resultados y asegura que el gobierno se está centrando en los australianos que han dicho que se vacunarán contra el COVID-19, en lugar de los que están indecisos.
El vicepresidente de la Asociación Médica Australiana, Chris Moy, dijo que le preocupaba que demasiados australianos se sintieran a salvo del virus hasta el punto de no estar motivados para vacunarse cuando fueran elegibles.
En esto concuerda el doctor Lucas de Toca del Departamento de Salud ferederal y uno de los encargados del despliegue de vacunación, quien en entrevista con SBS Spanish explica que existen varios factores que hacen que las personas no se vacunen.
El miércoles, el ministro de Salud, Greg Hunt, dijo que las personas mayores de 50 años que actualmente pueden recibir la vacuna de AstraZeneca pueden esperar a recibir las dosis de Pfizer o Moderna, previstas para finales de este año.
Sin embargo, el Dr. Moy sostiene que las personas de esa edad no deberían esperar.
El Dr. Moy sostuvo que era necesaria una campaña de comunicación "más proactiva y realmente más positiva" para destacar los beneficios de las vacunas COVID-19.
Las nuevas cifras muestran que una de cada cuatro vacunas COVID-19 disponibles en Australia no se ha administrado, y que las clínicas de medicina general y todos los estados y territorios están infrautilizando el suministro asignado.
Ya se han administrado más de 3,2 millones de dosis de la vacuna COVID-19 en todo el país, incluyendo una cifra diaria récord esta semana de 95.000, pero se han suministrado 1,5 millones de dosis que aún no se han administrado.
Tasmania tuvo la tasa de utilización más alta, con un 90%, mientras que el Territorio del Norte fue la jurisdicción con peores resultados, con una tasa de utilización del 58%.
La AMA afirma que el enfoque actual se centra más en la mecánica de la distribución de la vacuna, en lugar de examinar adecuadamente los beneficios de la vacunación contra el COVID-19.
Entrevistado: Doctor Lucas de Toca del Departamento de Salud Federal.
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