El partido laborista y los sindicatos aseguran que las muestras de debilidad de la economía australiana deberían eliminar el plan de recortar los “penalty rates”, las bonificaciones que cobran los empleados que trabajan durante el fin de semana.
A partir de hoy, alrededor de 700 mil trabajadores minoristas, del sector de comida rápida, de la restauración y trabajadores en farmacias, sufrirán una reducción de las tasas de penalización que cobran por trabajar en domingo, un plan avalado por la Comisión de Trabajo Justo.
El Partido Laborista se ha manifestado durante mucho tiempo en contra de estos recortes, y su líder Anthony Albanese dice que es preocupante, sobre todo cuando el Banco de la Reserva ha indicado que la economía se está debilitando.
"En un momento en que los salarios no están a la altura del costo de vida para tantas familias australianas, esto es un golpe para ellos, pero también es un golpe para la economía nacional", dijo el lunes a periodistas en Canberra.