Partes de los estados y territorios afrontarán un período de calor, el mayor desde el último otoño, a partir del miércoles una vez que el frío residual que se sintió esta semana se disipe.
El calor se extenderá a las llanuras occidentales antes de desplazarse a las cordilleras orientales el jueves.
El viernes se extenderá en toda la costa del sudeste de Australia y el oeste de Sídney.
“Es un sistema de presión alta que se está formando en los mares de Tasman y de Coral y ésta se combina con un sistema de presión baja y una circulación de los vientos que desencadenará una ola de calor”, dijo Graeme Brittain, de Weatherzone, al canal 9 de la televisión local.
Los vientos vendrían del mar, lo que provocará un aumento de la humedad y la sensación de mayor calor.
Pero la ola no durará mucho porque después un frente frío llegará en el sudeste al terminar el viernes y el sábado, lo que generará una inestabilidad y las posibilidades de tormentas y lluvias.
“El calor intenso se disipará durante el fin de semana”, comentó Brittain.
Se pronostica que Adelaida alcanzará los 30 grados entre el miércoles y el viernes, con su máxima temperatura el jueves, de 36 grados.
Melbourne tendrá 33 y 31, respectivamente, el jueves y viernes. La ciudad no ha tenido un día caluroso desde marzo pasado y será el primer día de más de 30 grados de la temporada.
La brisa oceánica de Sídney resistirá la ola de calor y se cree que llegará a 34 grados la temperatura el día viernes y será la más alta desde abril.
Partes del oeste de Sídney tendrán 38 grados el jueves y el termómetro se podría elevar hasta los 40 grados.
Hobart tendrá alrededor de los 25 grados, mientras que la mayor parte de Queensland no sentirá la ola de calor.
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