Una de cada diez mujeres expresó que sigue siendo acosada en sus centros laborales, mientras que las féminas con discapacidad o con distinta cultura o las que estudian son las más propensas al acoso sexual.
Estos datos se desprenden de un sondeo realizado por el por el Grupo de Investigación de la Mujer, Trabajo y Liderazgo de la Universidad de Sídney, entre 2,100 mujeres y 500 hombres trabajadores.
Asimismo, un 80 por ciento de las mujeres dijo que el ser respetada en el trabajo es importante, pero solo dos tercios cree que es respetada por sus jefes. Pero menos de un tercio de las féminas creen que los hombres y las mujeres reciben un trato igualitario.
“Pedimos urgentemente al Gobierno a que facilite e implemente el marco de una política pública que ayude a las mujeres jóvenes en sus aspiraciones profesionales”, dijo una de las coautoras del estudio, Elizabeth Hill.
Por otro lado, los panelistas que asistieron anoche al programa Q&A de la cadena ABC coincidieron en que aún queda mucho por hacer en favor de la igualdad de género en el Parlamento Australiano y convertir este espacio en “un ambiente con menos testosterona de macho”, según dijo el líder del Partido Verde, Richard di Natale.
Estos comentarios se dieron en el marco de las discusiones en torno al comportamiento de la senadora liberal y ministra de Empleo Michaelia Cash durante una sesión de rendición de cuenta en la que amenazó con revelar los rumores sobre las empleadas jóvenes del líder de la Oposición, Bill Shorten.
Cash, otrora ministra de la Mujer, se vio obligada a retirar “sin reservas” sus comentarios un día después de que fuera interrogada por el senador laborista Doug Cameron sobre su nuevo jefe de personal.
Los polémicos comentarios de Cash se dieron después de que el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, implementara un nuevo código de conducta ministerial para prohibir el sexo entre sus ministros y sus subalternos y promover el respeto de las mujeres trabajadoras en el Parlamento.
Di Natale comentó que el Parlamento está dominado por una “cultura machista y tóxica”, que hace que el espacio sea difícil para las mujeres a la vez que criticó la defensa que hizo Turnbull de su ministra.
Por su lado, el titular de Ciberseguridad y Reforzamiento de la Ley, Angus Taylor, dejar el incidente atrás para centrarse en el buen gobierno que tiene el país, aunque admitió “que se debe actuar mejor en la política”.
“Creo que ese trabajo se ha hecho dentro del Partido Liberal, hay un montón de trabajo que se ha realizado y debemos seguir haciendo”, comentó el ministro.
Pero la número dos de la Oposición, Tanya Plibersek, remarcó que ella ha tenido mentores masculinos, pero que con los comentarios de Cash se pone en peligro las relaciones laborales entre un hombre y una mujer.
“Si se ve un hombre solo con una mujer joven, se asume automáticamente a estos rumores. Ese es el problema real”, acotó. “No se trata de una representación igualitaria entre un hombre y una mujer, son edades diferentes, bagajes laborales y familiares distintos. Es un Parlamento que se vea más como la gente australiana. Ese debe ser el objetivo que cada partido político y el Parlamento deberían fijarse”, precisó Plibersek.
La portavoz laborista en asuntos de la Mujer, tiene previsto anunciar que si su partido es elegido en los próximos comicios éste dará a la Oficina Australiana de Estadísticas unos 15,2 millones de dólares en los próximos diez años para realizar encuestas en 2020 y 2027 para medir el trabajo impago doméstico.
Estas encuestas son importantes en las economías avanzadas para medir la desigualdad de género en el trabajo doméstico como el cuidado de los niños y los ancianos.
Al citar las cifras de 2016, Plibersek dijo que una mujer típica australiana destina hasta 14 horas a la semana cocinando, limpiando y organizando a su familia, mientras el hombre dedica solo cinco.
“Las mujeres hacen tres cuartos del trabajo del cuidado de los niños, dos tercios del hogar, y 70 por ciento del cuidado de los ancianos o miembros de la familia o amigos discapacitados”, comentó la laborista al subrayar que Australia no tiene cómo calcular el valor que aporta a la economía el trabajo impago de cuidados en el hogar. “Como dijo Marilyn Waging, la fundadora del feminismo económico, lo que no se cuenta, no cuenta nada”, sentenció.
En 1997, el trabajo impago ascendía a 261,000 millones de dólares, es decir la mitad del Producto Interior Bruto de Australia de este año.
Plibersek dijo que las mujeres no se quejan del trabajo impago muchas veces porque lo hacen por las personas que aman, pero esta situación provoca que tengan menores ingresos porque tienden a trabajar a tiempo parcial, una situación que añade más al desequilibrio de género.
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