Un escéptico del cambio climático será el número dos del gobierno de Australia

La espectacular resurrección de Barnaby Joyce como líder del Partido Nacional supone una dinámica totalmente diferente dentro del Gobierno de la coalición que dirige Scott Morrison en momentos en que el objetivo de las emisiones cero está en el tapete junto al debate sobre el trato a las mujeres en Camberra.

Barnaby Joyce has been sworn in as deputy prime minister.

Barnaby Joyce has been sworn in as deputy prime minister. Source: AAP

La espectacular resurrección de Barnaby Joyce como líder del Partido Nacional supone una dinámica totalmente diferente dentro del Gobierno de la coalición que dirige Scott Morrison.

Tanto en términos de política como de publicidad.

Michael McCormack tiene desde hace tiempo detractores internos. El lunes, esos críticos consiguieron convencer a un número suficiente de sus 21 colegas para que dieran el paso.

Joyce afirma que no esperaba ser elevado de nuevo al segundo puesto político más importante del país, y cita el hecho de no haber traído su característico sombrero de ala ancha como prueba de lo poco preparado que estaba para la decisión.

Los agitadores de la revuelta han argumentado repetidamente que McCormack era ineficaz, propenso a cometer meteduras de pata y, lo que es más importante, no ha reclamado suficiente territorio político para los nacionales dentro del gobierno de la Coalición.

“Uno de los motivos centrales detrás de la elección de Barnaby Joyce es que a pesar de los riesgos y lastres que carga es alguien que se le plantará a Scott Morrison”, dijo la analista política Michelle Grattan en la revista The Conversation, al apuntar que algunas personas cercanas consideran que el primer ministro estaría “furioso”.


Puntos destacados:

  • La espectacular resurrección de Barnaby Joyce como líder del Partido Nacional supone una dinámica totalmente diferente dentro del Gobierno de la coalición que dirige Scott Morrison.
  • Los cambios se dan tanto en términos de política, incluyendo el acercamiento al objetivo de las emisiones cero y el trato de las mujeres, como de publicidad.
  • Joyce, una figura polémica en la política australiana, se diferencia de su antecesor por ser más vocal y su capacidad de darle la contra a Scott Morrison.

 

La analista política Michelle Grattan dice que es difícil predecir las cartas de Joyce, pero una “medida de la determinación de este hombre es que ha podido resucitar (políticamente), tras su salida por acusaciones de acoso sexual, que él niega, y por su relación extramarital con una exasesora con la que tuvo un hijo.

Joyce además vuelve al liderazgo cuando el debate sobre el acoso sexual y el trato a las mujeres está en primera línea de la política, advirtió Grattan.

El "problema de las mujeres" será uno de sus grandes lastres ya que la denuncia de acoso presentada por la conocida mujer rural Catherine Marriott nunca se resolvió a su satisfacción, lo que probablemente quedará grabado en la memoria de muchas votantes.

“El regreso de Joyce puede ser triunfal para él, pero podría causar molestias a los liberales. En primer lugar, las acusaciones de acoso sexual siguen sin resolverse. Anne Webster y Michelle Landry, ambas diputadas regionales de la Coalición, dijeron que las votantes femeninas del monte podrían sentirse incómodas con el regreso de Joyce”, apuntó Kishor Napier-Raman en un artículo en Crickey.

"Espero volver como una persona mejor", dijo Joyce a los medios de comunicación el lunes por la tarde.

Escéptico del cambio climático

Joyce ha confirmado, como se esperaba, que tiene previsto negociar un nuevo acuerdo de coalición con Scott Morrison.

Se espera que la política climática sea uno de los aspectos más importantes a la hora de redefinir los límites de este acuerdo secreto.

Ya sus correligionarios Keith Pitt y Bridget McKenzie han declarado claramente la semana pasada que no apoyan una política de neutralidad de carbono para mediados de siglo.

“Joyce es un ferviente negacionista del clima que lleva mucho tiempo atacando todas las formas de acción climática, y su regreso indica que liderará a los nacionales contra cualquier esfuerzo de los liberales moderados por avanzar en materia de clima, e incluso podría intentar obstaculizar la acción de los gobiernos estatales, como el de su estado natal, Nueva Gales del Sur, que han adoptado la inversión en energías renovables. En cambio, él y sus partidarios quieren subvenciones federales para nuevas centrales eléctricas de carbón”, apuntó Bernard keane, editor político de la revista Crickey.

Morrison ha descrito la ambición de cero neto como "preferible" y será presionado por otras naciones para que la respalde en las conversaciones internacionales sobre el clima en Glasgow a finales de este año.

El corresponsal político de la ABC Brett Worthington apuntó que la entrada de Joyce al gobierno se da cuando Australia busca un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, el cual se torna cada vez más importante en medio de las agrias relaciones comerciales con China.

“Si Australia no aborda el cambio climático con un objetivo de cero emisiones y un compromiso de abandonar las fuentes de energía no renovables, es probable que las importaciones de la región se enfrenten a nuevos aranceles de millones de dólares. Esto significa que los agricultores australianos podrían enfrentarse a costes más elevados para hacer llegar sus productos a los clientes europeos”, precisó.

Más coletazos de Joyce

Pero ese no es el único trastorno político que podría derivarse de este cambio.

También habrá que preguntarse hasta dónde está dispuesto a llegar Joyce en otras cuestiones, como la energía nuclear, la inversión pública en carbón, el futuro del plan de la cuenca del Murray Darling e incluso la política de refugiados.

Desde el banquillo, Joyce fue también partidario de que se permitiera a la familia Murugappan regresar a Biloela, por ejemplo.

"Envíenlos a Sri Lanka, por qué no los envían a Sudán del Sur, envíenlos a Ruanda, envíenlos a Bielorrusia, porque también son países en los que nunca nacieron", dijo la semana pasada.

"Estas personas deberían quedarse aquí. Sé que eso me va a dejar en fuera de juego con otras personas de mi partido, pero lo he hecho antes, y lo volveré a hacer, y este es uno de esos casos en los que haré precisamente eso".

Joyce dijo que sus tres años en el banquillo han sido instructivos y que ha vuelto como "mejor persona".

Su salida del liderazgo del Partido Nacional hace tres años se produjo tras una acusación de acoso sexual, que él siempre ha negado rotundamente.

Una de las compañeras de su partido se ha preguntado si su regreso alejará a las votantes femeninas.

Barnaby Joyce es un político imprevisible que no teme discrepar de sus colegas de la Coalición.

El lunes se empeñó en señalar que respetaría las opiniones de sus colegas en cuestiones clave.

"No es la política de Barnaby, es la política de los Nacionales".

Scott Morrison no puede esperar que continúe la misma relación de trabajo fluida que ha tenido con Michael McCormack.

Pero esa parece ser precisamente la razón por la que Joyce ha vuelto.

Basado en el análisis de Anna Henderson,corresponsal política jefe de SBS News, con aportes de analistas de la ABC, Crickey y The Conversation.

Share
Published 22 June 2021 9:51am

Share this with family and friends